Para los jóvenes que en este año comienzan a ver la verdadera cara de las autoridades y sus instituciones.
A muchos de nosotros, cuando nos hablan de Francia, pensamos en la torre Eirfel y no puede faltar el mundial de futbol del 98, donde Chile casi casi...
Los opinólogos nos hablan en sus reportajes, de las protestas de mayo de 1968, y nos dicen que los jóvenes franceses salieron a tener sexo por montón y a quemar autos como locos.
Esta pequeña nota tiene el objetivo de mostrar algunos testimonios los protagonistas de la protestas de mayo del 68 y tomar elementos que le puedan servir particularmente al movimiento estudiantil, que hoy se encuentra en medio de un proceso de organización y movilización...Para los jóvenes que en este año comienzan a ver la verdadera cara de las autoridades y sus instituciones.
A muchos de nosotros, cuando nos hablan de Francia, pensamos en la torre Eirfel y no puede faltar el mundial de futbol del 98, donde Chile casi casi...
Los opinólogos nos hablan en sus reportajes, de las protestas de mayo de 1968, y nos dicen que los jóvenes franceses salieron a tener sexo por montón y a quemar autos como locos.
Esta pequeña nota tiene el objetivo de mostrar algunos testimonios los protagonistas de la protestas de mayo del 68 y tomar elementos que le puedan servir particularmente al movimiento estudiantil, que hoy se encuentra en medio de un proceso de organización y movilización. Todo esto a 40 años de este hecho histórico.
Las protestas de mayo y junio de 1968 no nacen de la nada, sino que son el resultado de un proceso de organización social y político, donde los estudiantes progresivamente van cuestionando el sistema capitalista, el sistema de vida que impone y los instrumentos que usa para perpetuarse.
Este proceso no sólo se da en Francia, sino que en la mayoría de los países del mundo hay una ola de luchas en contra las injusticias. Este proceso se potencia con el triunfo de la Revolución Cubana, con las luchas de liberación nacional en Vietnam, en Argelia y en otros países de África y toma fuerza con la caída en combate del Che Guevara, a quien la juventud lo toma como ejemplo por su moral y por su consecuencia.
Este proceso de politización ya había cobrado su primer estudiante asesinado por un grupo auspiciado por el gobierno, era un destacado dirigente estudiantil de la Alemania Federal, llamado Rudi Duske.
Muchos de los grupos que participaron en las protestas de mayo y que formaron el Movimiento 22 de marzo[1], se conocieron en las campañas de solidaridad con la lucha de los países colonizados por países imperialistas, como era el caso de Argelia, colonizada por Francia y Vietnam colonizada por los yanquis.
Estas acciones de solidaridad con los pueblos en lucha, fueron parte de un proceso de politización de la juventud, lo que se expresó en la conclusión que para terminar con las injusticias que los pueblos vivían era necesario luchar contra el capitalismo.
El capitalismo se define como el sistema económico en que los dueños de las empresas (nacionales o multinacionales) se apropian de los frutos del trabajo de la mayor parte de la sociedad. Tenemos la obligación de trabajar para estas empresas, porque de otro modo no ganamos la plata necesaria para satisfacer las necesidades básicas (comer, vestirse, etc.). En otras palabras en el capitalismo somos como unos “esclavos libres”, donde nos dicen que somos libres e iguales ante la ley, pero estamos obligados a trabajar en las empresas y a aceptar las leyes que no hemos hecho.
El movimiento estudiantil estalló cuando a los estudiantes se les prohibió realizar reuniones y manifestaciones políticas y se les reprimió brutalmente. Cuando las protestas estallaron, ya había una buena cantidad de estudiantes encarcelados. La UNEF (unión de estudiantes franceses) definía sus funciones, quedando como un amplificador y un coordinador de la lucha estudiantil. Además de asumir la responsabilidad de anticiparse a las situaciones a las que podría enfrentarse el movimiento. La UNEF, planteaba que sólo la organización y la critica constante de los estudiantes era la única garantía de que las demandas por las que luchaban fueran satisfechas. Esto exigía que los estudiantes asumieran una participación y un compromiso con sus compañeros, es decir, una democracia directa o participativa. Aquí la idea de que democracia significa votar de vez en cuando, queda superada por la necesidad de participación constante de todas las bases.
Los estudiantes franceses pusieron el ojo en los instrumentos que tenia el capitalismo para sobrevivir en el tiempo, uno de estos instrumentos era la Universidad y la educación en general. El Movimiento 22 de marzo decía: “es al sistema en su conjunto al que atacamos, al capitalismo, a su concepción de Universidad... La politización parte desde allí: cuestionar al sistema por la función que le asigna a la Universidad; los estudiantes rechazan ser los futuros profesionales, capacitados para explotar a los obreros”
Pero se sabe que “no se puede cambiar la Universidad, sin cambiar la sociedad a la que ella se adapta. Cuando estamos en la U, peleamos ahí, pero sabemos que todo está ligado”.
Bajo estos razonamientos muchos estudiantes, en especial los del Movimiento 22 de marzo, buscaron organizarse con trabajadores. Estos se sumaron a la ola de protestas con sus demandas, en algunos casos los trabajadores se tomaron sus lugares de trabajo, como es el caso de la histórica toma de la fabrica de automóviles Renault.
Las marchas por las calles francesas fueron multitudinarias, en más de una ocasión desbordaron a la policía y lo único que quedaron fueron helicópteros militares sobrevolando las ciudades. (en Paris se calcula que más de 1 millón de personas salió a las calles).
Los trabajadores estaban en una mala situación, el costo de la vida subía constantemente y la cesantía se hacia sentir en una gran cantidad de familias trabajadoras francesas. Los motivos sobraban para que los trabajadores se sumaran a la protesta que iniciaron los estudiantes. Una conversación entre un trabajador y un estudiante retrata el carácter de la protesta, “a ustedes los estudiantes, los policías los molestan de vez en cuando, a nosotros en todo momento, no podemos hacer nada sin que nos caigan encima y no podemos defendernos por que estamos solos. Hoy somos muchos y podemos hacerles frente!!”
Pero después de estas declaraciones y de esta unión entre estudiantes y trabajadores, mucho se preguntarán Y después de todo... ¿qué pasó? El movimiento 22 de marzo hace su evaluación del significado que tienen las protestas para la lucha popular de todos los tiempos: “no creo que sea posible la Revolución de la noche a la mañana. Creo que no se pueden obtener, sino arreglos sucesivos, más o menos importantes, pero esas concesiones no se podrán imponer sino por acciones revolucionarias... utilizando los medios de acción tradicionales del movimiento obrero, como la Huelga, la ocupación de la calle, el sabotaje, etc. Nosotros saltamos el primer obstáculo; el mito de que nada se puede hacer contra este régimen. Hemos demostrado que eso no es verdad.
[1] El Movimiento 22 de marzo fue un grupo que aglutinó a varias organizaciones que consideraba imprescindible que la lucha estudiantil se transformara en una lucha política, es decir, que los estudiantes fueran capaces de apoyar a los trabajadores en sus luchas y plantear la necesidad de luchar contra el capitalismo.