Aunque suene sensacionalista, es así. Si las políticas respecto a la extracción de recursos pesqueros no se rectifican, las especies que hoy escasean se extingirán. En diciembre de 2012 expira la Ley que fijó Límites Máximos de Captura por Armador, que en síntesis le otorgó el mayor porcentaje de pesca a la gran Industria, que sobreexplotó al nivel que hoy conocemos, con especies ya extingidas y otras que aun podrían salvarse con un verdadero plan de recuperación.
La corriente de Humboldt y la surgencia podrían ser los primeros nombres que comenzarán a explicar por qué en nuestro país, la pesca es un tema fundamental, un tema de todos. La corriente constituye una masa de agua fría, proveniente desde el polo sur que comienza a expandirse desde el centro de Chile hasta Perú. La surgencia es un movimiento que tiene el oceano cerca de nuestras costas donde masas de agua del fondo marino suben a la superficie transportando la materia orgánica acumulada por la descomposición de los organismos.
Con la corriente de Humboldt y la surgencia llegan a nuestras costas o a la superficie de ellas, una gran cantidad de microorganismos que son la base alimenticia de la fauna que habita en nuestras costas. Por eso nuestra costa constituye uno de los lugares que concentra un ecosistema más rico del planeta y uno de los lugares desde donde se han formado grandes fortunas, dejándole una profunda herida, que tal vez sea imposible de cicatrizar.
Si bien, la pesca fue un arte desarrollado desde nuestros pueblos originarios, ésta ha ido cambiando en función de la cantidad de pesca extraída. Desde este punto de vista, el inicio de la pesca industrial, puede ser establecido en el norte del país, en los años 70. Es en las costas de de Arica e Iquique, donde se concentraron los inicios de la pesca industrial, que ya registraba toneladas de captura.
La especie que despertaba las ambiciones empresariales y que lo sigue haciendo es la anchoveta. El año 1986, el diccionario de pesca artesanal del norte de Chile, la describía de este modo; "Especie de sardina, cuyos enormes cardúmenes son la materia prima de una riqueza marina muy explotada... lamentablemente con más codicia y ambición que planificación... Su tamaño es hasta 15 cms. y 30 grms. Con dos años, teniendo de 9 a 12 cms, alcanza su madurez sexual y desova de 13.000 gasta 20.000 huevos... Su alimentación es de plancton... Su enemigo principal es el hombre que causa un 75% de su mortalidad por la pesca industrial".
La riqueza nutritiva de este pelágico ha sido el motivo de su captura, pues se convirtió en materia prima para la elaboración de harina de pescado, convertida posteriormente en alimento para animales de criadero. El alto grado de proteínas de la anchoveta, junto al jurel y otros peces llamados azules, fue y es aprovechado por las empresas criadoras de cerdos y aves, y sumándose posteriormente, la empresa salmonera.
La gran cantidad de proteína de la anchoveta la convirtió en la pesquería que dio inicio a la carrera por sacar indiscriminadamente recursos marinos, como si el mar fuese un saco sin fondo. De esta manera, las costas nortinas vieron cómo distintos empresarios multiplicaban sus inversiones, financiados directamente por subsidios estatales para producir harina.
Anacleto Angelini, muerto en 2007, fue un ejemplo de ello. Inmigrante italiano, durante los años 80, se convirtió en uno de los mayores productores de harina de pescado generando ganancias que le permitieron fundar diferentes empresas pesqueras, incursionar en el negocio de los seguros, comprar Copec y la celulosa Arauco, que hoy controla gran parte de las plantaciones forestales del país y celulosas.
Según El Mercurio, Eduardo Frei Ruiz-Tagle dijo de él: "Tuve el honor de conocerlo en los años 60, en una práctica de verano, siendo estudiante en la universidad, él estaba iniciando las primeras plantas pesqueras en el norte, y después pude seguir toda su trayectoria". Esta admiración podría explicar la red de protección que la democracia cristiana y la clase política en general ha tendido en beneficio de éĺ y de todo el empresariado pesquero.
El Origen de la Ley de pesca del 2002
Previo al 2002, las leyes que el país tenía respecto a la pesca no daban cuenta de su progresivo agotamiento, no obstante, después de la primera mitad de la década del noventa el tonelaje en la pesca comenzó a disminuir. El '94 y '95 habían sido años de oro para la empresa. Las estadísticas registran 4 millones de toneladas de desembarque de jurel, sólo en Talcahuano y Coronel, donde la pesca era fundamental en la economía local. Hoy, estas comunas son unas de las más pobres del país.
Durante los "años de oro", según el profesor de la Universidad de Concepción (Udec), Hugo Arancibia, hubo 184 barcos jureleros de los que hoy sólo quedan 40. La disminución de la pesca fue drástica, desde 1998 comenzó a hablarse en nuestra Región de la "crisis del jurel", lo que apresuró al empresariado a concentrar la pesca que quedaba bajo su control. Así nace la Ley de límites máximos de captura por armador, en de 2001 y que al año siguiente se prorrogó por diez años, que terminan en diciembre de 2012.
Como su nombre lo dice, la ley establece límites de captura por armador, es decir, por propietario de embarcación. Según el Ingeniero en Pesca, Lester Chávez, las especies quedaron repartidas de la siguiente manera, en promedio entre 2007 y 2011:
-En el Norte de Chile, desde el límite con Perú hasta el límite sur de la cuarta región, la extracción de la Anchoveta, la Sardina Española y el Jurel está dominada por tres empresas que en conjunto se llevan el 80,2% de la cuota industrial.
-Entre la región de Valparaíso y el límite norte de la Isla Grande de Chiloé, el Jurel, la Anchoveta, la Sardina Común, la Merluza de Cola y la Merluza Común, está dominada por cuatro empresas que se llevan en conjunto el 50,2% de la cuota industrial para peces.
-Entre el límite norte de la Isla Grande de Chiloé y el límite sur de la región de Magallanes, la Merluza de Tres Aletas, el Congrio Dorado, Merluza Austral, Merluza de Cola, está dominada por dos empresas trasnacionales que en conjunto se llevan el 80,7% de la cuota industrial para peces".
Cabe señalar que, la anchoveta, por ser una especie que vive muy cerca de la costa, quedó para la pesca artesanal y por su alto volumen de captura modifica significativamente las cifras finales. Sin embargo, la anchoveta termina siendo aprovechada también por la industria, pues los pescadores deben vendérsela para que, con ella hagan harina.
Ante estas cifras, es necesario mencionar que la pesca artesanal concentra un universo laboral mucho mayor que la pesca industrial. De hecho, muchos de los cesantes de la pesca industrial son absorbidos por la artesanal, pues sus diferentes faenas lo posibilitan. En el 2008, se calculaba que, mientras el 80% de varias especies marinas estaban en poder de la pesca industrial y el 20 a disposición de la artesanal, esta última concentraba el 80% de las plazas de empleo del sector pesquero en general.
Esta ley se aprobó en medio de un escándalo nacional, por el que tuvo el apodo de los Zaldívar. Las acciones orientadas desde organizaciones de pescadores artesanales y defensores del ecosistema marino denunciaron la participación que tenía la familia Zaldívar en el negocio pesquero, específicamente en la pesquera Eperva, en la cual su máximo propietario era Anacleto Angelini, donde aun el clan mantiene su control a través de CORPESCA.
Los hermanos Andrés y Adolfo Zaldívar participaron activamente en la aprobación de esta ley, siendo cuestionados por la opinión pública, aunque en ningún caso por el parlamento. Si bien, el porcentaje que tenían de la propiedad no era mayor, su valor se multiplicaría cuando se aprobara la ley, esto porque la empresa, al quedar con la facultad de capturar en el norte, subiría abruptamente de valor.
Los pescadores, si bien perdieron la batalla, consiguieron que esta Ley tuviera validez por diez años, que ahora han llegado. Pero, ¿qué ha pasado en este tiempo?.
Arrastre y Cerco
La pesca de arrastre, como su nombre lo dice, consiste en que una red se arrastra por el fondo marino, arrasando con toda la flora y fauna que hay ahí, echándolos a una "boca" gigante, dejando el suelo sin nutrientes necesarios para que vuelva a aflorar vida. La pesca de cerco, captura los cardúmenes donde están presentes peces que acompañan a las especies que son objetivo de la pesca o bien el cardumen es mucho mayor que la capacidad de pesca.
Cuando, las empresas tienen pesca que no pueden vender o convertirla en algo que se transforme en dinero, sencillamente la botan al mar, así es como millones de toneladas de peces muertos se devuelven al mar en un proceso que eufemísticamente le llaman "descarte". Durante todos estos años, ninguno de estos tipos de pesca ha sido eliminado.
Fronteras en el mar
La Ley de 2002 establece que a la pesca artesanal le corresponden cinco millas marítimas, de las 200 millas que tiene la zona marítima chilena. Estas cinco millas son equivalentes a unos 8 kms, desde la costa al mar. Las 195 millas restantes quedan a disposición de los industriales. Estas cinco millas son traspasadas por barcos de pesca industrial, declarando "un error en el equipo de posicionamiento por seis horas, en las cuales puedes hacer un lance y pescar lo que, se supone, le han dejado a la pesca artesanal", declara un profesional.
Cosme Caracciolo, dirigente de la pesca artesanal en San Antonio, abre otro cuestionamiento, diciendo que estas cinco millas son menos que la milla que antes protegía la pesca artesanal. Esto porque "se tiraba una línea imáginaria una milla mar adentro, pero de las puntas más salientes", en nuestra zona, desde Punta Lavapie en Arauco, hasta Carranza en Constitución.
"De esta manera quedaban protegidas unas 17 millas del Golfo de Arauco", explica.
Actualmente, la pesca artesanal debe salir de estas cinco millas y de su región, pues sus caladeros están agotados, pero a la vez, el Estado intenta imponerles el uso de posicionadores satelitales que acusen su localización, con el propósito de castigar su salida de estos márgenes.
Cuotas y Áreas de Manejo
El otorgamiento de cuotas de captura al propietario de la embarcación, no sólo ha sido el método por medio del cual las empresas se han quedado con casi toda la pesca, sino que también ha sido el gatillante de divisiones al interior de los pescadores. Cosme cuenta que tradicionalmente los pescadores trabajaron con el método de "la sociedad a la parte", que significa que la pesca extraída en una faena se reparte en partes iguales para los que laboraron. "Esto es porque todos nos reconocemos el derecho a pescar... es un derecho colectivo, no individual... así no se permite el enriquecimiento de uno y el empobrecimiento de otro...".
La ley contradijo todo, entregándole el derecho a pescar a los dueños de embarcaciones. Así es como surgió el nombre de "tripulante", para el pescador que no tiene lancha y armador para quien la posee. La diferencia, no se ha quedado en nombres, sino que se expande en todos los ámbitos: organizaciones, ganancias e intereses distintos.
Las áreas de manejo son otra situación que evidencia la destrucción del andamiaje cultural de los pescadores y/o mariscadores. Rosendo Arroyo, de caleta Lo Rojas en Coronel cuenta que cuando el Estado comenzó a implementar zonas donde los mariscadores pudieran tener exclusividad sobre ellas, se generó un gran conflicto, pues muchos nunca se inscribieron en los registros que permitían acceder a ellas, al contrario, que hubo otros que no tenían ningún vínculo previo con la zona y con la faena que sí se inscribieron.
La privatización de zonas que antes eran de uso colectivo, no sólo devino en la marginación de algunos sectores, sino que también en el uso destructivo de estas áreas. Esto porque, muchas veces los que las "manejaron" carecían de conocimientos o del interés para garantizar su sustentabilidad, provocando un deterioro respecto al periodo anterior.
Penetración Industrial
Después de la Ley del 2002 se permitió que muchos pudiesen inscribirse en los registros de la pesca artesanal como armadores. Luis Reyes, ex patrón de pesca, afirma que en los años posteriores al 2002, se llegó a 500 matrículas, de las 100 que había. Por su parte, Cosme declara que estos "son palos blancos de la industria... es un cartel de mafiosos que llegó a la pesca artesanal, con dineros de la industria... ¿Cuánto cuesta una embarcación metálica? Ninguna cuesta menos de 400 millones de pesos. La respuesta es obvia..."
Para la industria, el negocio funciona cuando obliga a este armador a entregarle su pesca al precio que ellos imponen, provocando divisiones al interior del sector artesanal. Entonces, "gran parte de la pesca artesanal es pesca cautiva de la industria, lo que ocurre bastante en la octava región".
Para Juan Montenegro, presidente de la FETRAPES (Federación de Trabajadores Pesqueros), es necesario "hacer una limpieza del sector artesanal", en la cual hay que dejar fuera a los representantes industriales. Sólo así, habrá claridad y podrán elaborarse políticas coherentes.
Fiscalización e Investigación
Todos los entrevistados coincidieron en que la investigación no es tomada en cuenta por quienes deciden o bien, junto a la fiscalización, "avalan la depredación realizada por la industria pesquera". Ejemplo de ello son las cuotas de captura que han establecido últimamente para especies que están casi en extinción y de las cuales se están capturando sólo especies juveniles, sin dejar que puedan reproducirse. Tal es el caso del jurel y la merluza. Este crimen que podría ser considerado cómo de lesa humanidad, en tanto amenaza la alimentación de la población presente y futura, no tiene ni el más mínimo llamado de atención por Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca).
Para empezar, plantea Juan Montenegro, hay que ver qué significa IFOP, que es el instituto de investigación que financia el Estado. "Es de fomento pesquero", sin que haya ningún lugar para una perspectiva conservacionista de los recursos.
Para Cosme, la investigación pesquera es ciega ante realidades mucho más complejas, un ejemplo de ello es que no considera que cuando una especie sufre sobreexplotación, las especies que la acompañan también sufren con ella. Un ejemplo es lo que ha pasado con la merluza, "que tiene unas cien especies asociadas; congrio negro, congrio dorado, pejegallo, toyo, lenguado, una serie de especies que eran capturadas por la pesca artesanal... Éstas, cómo andaban junto a la merluza, que era la especie que le interesaba a la industria, las pescaban y luego eran devueltas muertas al mar; descartadas... La investigación no ha estudiado la extinción de esta fauna acompañante".
Lo peor, dice Cosme, "es que los chilenos ignoran la calidad de empresarios pesqueros que hay en el país; son unas verdaderas pirañas, porque nada de esto les importa... sólo el dinero en el corto plazo".
Acuicultura
En estas dos últimas décadas se ha profundizado la acuicultura en nuestro país. Intentando compensar la disminución provocada por especies de crecimiento silvestre y sacar mayores ganancias, la industria ha optado por engordar especies en un criadero acuático. El mayor ejemplo de ello es la salmonicultura en el sur que ha sido nefasta para nuestro país.
Por una parte, ha sido el motivo económico por medio del cual se ha sobreexplotado el jurel, la sardina y la anchoveta. Investigaciones dicen que se necesitan unos cinco kilos de jurel para fabricar un kilo de salmón, lo cual es negado por la industria planteando que el alimento de estos ha ido cambiando y ya no se compone exclusivamente de harina de pescado, llegando a la proporción de 1.5 kilos de jurel por un kilo de salmón. Lo cierto es que muy pocas veces hemos comido anchoveta y la mayor parte del jurel que se ha extraído se ha convertido en harina.
Por otra parte, las salmoneras, al traer especies extrañas a los lugares donde los crían, han provocado diversos trastornos con consecuencias funestas. Cosme comenta que "se han introducido más de treinta enfermedades en especies que no estaban" a causa de la llegada del salmón del atlántico. También el ecosistema es destruido a causa de la manera de criar, donde se encierran los salmones en jaulas y estos acumulan sus desechos orgánicos saturados de antibióticos y comida artificial, dejando el fondo marino inerte.
La contaminación llega a tal punto que se han detectado lugares donde la falta de oxígeno impide el surgimiento de vida. El biólogo Héctor Kol ha manifestado que es la consecuencia de "la acumulación de heces y de restos de alimentos para salmones... en el sedimento bajo las balsas-jaulas, entraron en descomposición y consumieron, finalmente, el oxígeno del agua intersticial de los sedimentos, imposibilitando la vida."
¿Qué comemos?
La harina de pescado está presente en gran parte de lo que comemos a diario, los huevos y el pollo son algunas muestras. Los cambios en nuestra alimentación se caracterizan por el consumo de derivados o sucedáneos de diferentes productos, también, la producción industrial de alimentos ha alterado la composición de estos, poniendo en riesgo la salud de la población.
En cuanto a la pesca, los pescadores proponen que la población debe volver a comer pescados y mariscos de manera natural y las cifras de salud están de su parte. Marcel Leonario, estudiante de nutrición declara que simultáneamente a que "el Gobierno recomienda consumir 2 o 3 porciones de pescado a la semana, la encuesta nacional de la salud 2009-2010, arrojó que uno de cada 10 chilenos consume pescado más de una vez a la semana".
Marcel explica que es importante el consumo de pescado, pues los de nuestra costa "son ricos en proteínas y lípidos, siendo este último el nutriente principal de estos peces... Aquí destacan los ácidos grasos de la familia omega 3... que inciden mucho en el desarrollo neuronal del sistema nervioso, en la agudeza visual de los niños y su perspicacia, también en la prevención de la diabetes Mellitus tipo II y las enfermedades cardiovasculares".
Para Marcel, es paradójico que con la inmensa cantidad de recursos marinos, tengamos niveles de obesidad galopantes y muertes por enfermedades cardiovasculares que en nuestra Región alcanzan un 22% del total. Por su parte, los pescadores se preguntan, "hay comerciales que han dicho coma huevo, tome leche y ¿cuándo habrá uno que diga coma pescados y mariscos".
El negocio alimentario ha establecido que tiene mucho más ganancia, fabricar industrialmente animales, a partir de jurel y anchoveta y ha creado una cultura alimentaria entorno a ello. Cosme cuenta que hace años, cuando un pescador llegaba de la mar, escogía el mejor pescado y se lo llevaba a su casa para compartirlo con su familia. Su venta o su cambio por otra cosa estaba sancionada por los pescadores. Actualmente, los pescadores, muchas veces, venden esta pesca para comprar pollo asado en un supermercado.
La pesca es de todos
Hasta el momento, los acuerdos de los que se ufanan el Gobierno y los empresarios, no contemplan la extinción de los recursos, tampoco lo que esto implica en términos laborales y alimenticios.
Hasta el momento, la extinción de los recursos pesqueros ha causado una cantidad indeterminada de pérdida de puestos de trabajo, comunas que vivieron de la pesca, hoy agonizan, sobreviviendo del asistencialismo estatal, con planes proempleo y programas que perpetúan la pobreza.
El 2010, se decretó el límite de 1.3 millones toneladas, llegando a pescarse sólo 500 mil toneladas, porque sencillamente no encontraron más. El 2011 fue peor. Para este 2012, negligentemente, la cuota de pesca de jurel se fijó en 250 mil toneladas. Hoy, el jurel que se vende en el supermercado lo pesca la flota china, porque dentro de las 200 millas ya no queda.
La irracionalidad de quienes gobiernan amenaza la vida de la población completa, por lo tanto es necesario que sea ella la que se introduzca en el debate y la acción. La pesca debe ser sustentable y para ello, los artes de pesca deben ser selectivos, por ello debe abandonarse cuanto antes la pesca de arrastre y de cerco.
El tema ya no soporta la discusión sobre cuotas más o menos, debe ser de raíz, lo que implica que la pesca se aborde desde los intereses de toda la población, pues no es nada menos que nuestra fuente de alimentación, hasta el momento en depredación.
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