[AUDIO] Crónica de Ruperto Concha: Canción del tiempo

Por Ruperto Concha / resumen.cl http://www.ivoox.com/audio-cronica-ruperto-concha-cancion-del-tiempo_md_10432666_wp_1.mp3 La palabra “Ya” es un adverbio que dice que algo que era una posibilidad ahora es una realidad. Que algo que se veía futuro, ahora está en el presente. Que debe producirse “Ya”, o sea, ahora mismo. Y fíjese Ud. que esta semana parece quedar marcada por esa temible palabreja “Ya”. Porque lo que eran advertencias y anuncios ahora se nos están viniendo encima… ella solitas, como si un titiritero misterioso estuviera moviendo los hilos, y los grandes poderes del mundo se limitaran a obedecer como marionetas. Podríamos comenzar con una noticia del martes pasado, que difundió únicamente la agencia estatal alemana Deustche Welle. Los hechos son que el ex ministro de hacienda de Grecia, Yanus Varufakis, se reunió en Berlín con un importante grupo de dirigentes alemanes, españoles, británicos, italianos y suecos, incluyendo varios alcaldes y miembros del Parlamento Europeo, de una amplia gama de partidos de izquierda, incluyendo a los ecologistas. El propósito de la reunión fue crear ya, cuando antes, un Partido Internacional de Convergencia Progresista y Democrática, integrado por la gran gama de ciudadanos de pensamiento izquierdista, socialistas auténticos, radicales, liberales, verdes. El llamamiento de Varufakis dice que la Unión Europea se está desmoronando muy rápidamente, y la causa principal de ese derrumbe está en la cobardía de los partidos políticos tradicionales, que han aceptado anular la democracia europea y entregar el poder a un paquete de burócratas que están al servicio de la Banca Internacional. El mismo día que los dirigentes difundieron la convocatoria, ya, ya mismo, comenzó el trabajo de deliberación que tiene como base primordial llevar a plebiscito un proyecto de Constitución Política Europea. Es decir, echar a andar de hecho una Asamblea Constituyente, que garantice el carácter democrático de Europa y así ponga normas fundamentales por encima de la burocracia y el mercado de capitales. Para los políticos tradicionales, la convocatoria del líder de la izquierda griega es poco más que un sueño idealista e impracticable. Pero todos, aunque sea a regañadientes, admiten que a partir de esa convocatoria, se vienen encima grandes cambios políticos y de hecho, se ha dicho que puede pasar lo que le pasó al Partido Demócratacristiano de Italia, que finalmente se desintegró y desapareció por su incapacidad de aceptar reformas verdaderas y profundas y poner fin a la corrupción y la venalidad de sus dirigentes. Y al lado de acá del Atlántico, sonando incluso más fuerte que los escándalos de corrupción de políticos sudamericanos, le está tocando a los vetustos partidos de Estados Unidos, el Elefante Republicano y el Burro Demócrata, hacer frente a una reacción indignada de sus respetivas bases sociales. En el caso de los Republicanos, la insatisfacción de las bases se ha expresado de dos maneras. Una, en la multiplicidad de los precandidatos presidenciales, que inicialmente fueron 15, lo que muestra la falta de una propuesta capaz de unificar a las bases. Y, dos, el hecho de que el más controvertido, más atacado e incluso más injuriado de todos, el milllonario Donald Trump, haya obtenido el apoyo de una mayoría abrumadora de las bases republicanas. Al otro lado, los demócratas partieron con un número razonable de precandidatos. Seis, que muy rápidamente se redujeron a dos, Hillary Clinton y Bernie Sanders, frente a los cuales los otros precandidatos optaron por renunciar. Y es así como, en estos momentos, el Partido Demócrata quedó enfrentado a la más inesperada y potente rebelión de sus bases de ciudadanos menores de 40 años que, en una marejada incontenible, se volcaron en favor de Bernie Sanders, en contra de la candidatura oficializada de Hillary Clinton. Y ello, fíjese Ud., pese a que la campaña de la Clinton ha contado con aportes multimillonarios, de empresas e instituciones, mientras que Sanders ha tenido que financiarse básicamente por aportes personales de sus simpatizantes. Y, fuera de ello, pese a que Hillary Clinton cuenta con casi la totalidad del aparato político y administrativo del Partido en el Gobierno, Bernie Sanders de hecho ya sobrepasó a la Clinton, sin ser él mismo ni siquiera un militante del Partido Demócrata. Es decir, se estaba haciendo sentir que la gran base joven estaba en abierta rebeldía y que esa rebelión se debía a que el programa de gobierno de Sanders es de veras un programa progresista, mientras que Hillary Clinton ha quedado fatalmente marcada como la “regalona” de las grandes financieras y del inmenso conglomerado de las industrias de armamentos. De hecho, a partir de sus propias declaraciones, ya se considera a Hillary Clinton como la “Candidata de la Guerra Perpetua”. Al comenzar la campaña de asambleas primarias y Caucus partidarios, Sanders, que aparecía 25 puntos por debajo de Clinton, en Iowa quedó prácticamente empatado con ella, y luego, en New Hampshire, el martes pasado la derrotó con una ventaja abrumadora. Fue entonces que emergió la crisis más profunda en el seno del Partido Demócrata, pues los dirigentes del aparato partidista, actuando como Súper-Delegados, con facultad de votar sin necesidad de representar votos, dieron su apoyo total a Hillary Clinton, anulando con ello la superioridad electoral de Sanders y produciendo así un impresentable “empate”. ¿Cómo funciona eso de los súper-Delegados? Bueno, los votantes eligen delegados que favorezcan a determinado candidato. Sanders, que obtuvo el 62,5% de los votos demócratas, obtuvo con ello 15 delegados, mientras que los votos de Hillary Clinton sólo alcanzaron para 9 delegados. Pero, por una pillería inventada por el ex presidente Bill Clinton, se introdujo en el proceso de elección en Primarias a un grupo de otros delegados, los “súper delegados”, que no tienen la obligación de favorecer a algún candidato, pues se trata de “militantes superiores” del Partido. Ex ministros, ex parlamentarios, ex funcionarios de gobierno… en fin, Ud. puede imaginarse cómo son. Se supone que esos súper delegados son tan “superiores” que no tienen que darle explicaciones a nadie y pueden, si les da la gana (a ellos o a los capos que los designan), tomar decisiones en contra de la voluntad de las mayorías electorales. Así, pues, el Partido Demócrata, muy gentilmente, le ofreció a Hillary Clinton un ramillete de 6 súper delegados, con lo que la candidata se encontró empatada con Bernie Sanders, pese a que éste la había superado por más del 20% de los votos. Por supuesto, este escándalo en que la cúpula del Partido Demócrata simplemente le robó el triunfo a Bernie Sanders, ha aparecido como una estafa y una deslealtad a las bases del propio partido. Según la mayoría de los analistas políticos e Estados Unidos, este escándalo ha provocado indignación y resentimiento en la base militante demócrata, y se presume que un gran número de los electores se negarán a votar por Hillary Clinton. Quizás una parte de ellos optará por apoyar a los Verdes, y otros se abstendrán de votar. Y con ello, esta maniobra de robarle el triunfo a Bernie Sanders puede marcar definitivamente la derrota de Hillary Clinton. Y esto, en momentos en que la base social general en Estados Unidos, ha comenzado a expresar cólera por la sumisión de los líderes de ambos conglomerados políticos, Elefantes Republicanos y Burros Demócratas, a los que se les ve prácticamente como operarios a sueldo de las grandes sociedades anónimas. De hecho, cuando recién se conocía el triunfo electoral de Bernie Sanders, y luego cómo se le había despojado de él, otra noticia impactaba a la clase media estadounidense: que la empresa industrial Carrier SA, de Indiana, va a cerrar su fábrica, dejando cesantes a 1.400 trabajadores especializados, pues se instalará en México donde pagará sueldos de una cuarta parte de los que paga actualmente. La rabia y la angustia de los trabajadores ocupó grandes espacios en todos los canales de TV y en la prensa, como prueba de que los Tratados de Alianzas Comerciales de Estados Unidos son traición a los trabajadores. Tanto a los del propio país como a los de los países supuestamente favorecidos, donde se eternizan los sueldos miserables bajo la figura de captar inversión internacional. Junto con ello, el Presidente de la Cámara de Representantes, en Washington, admitió en conferencia de prensa que, hasta ahora, la propuesta de Tratado Trans Pacífico, el TTP o TPP, no cuenta con suficientes votos para su aprobación. Y ello, cuando ya en el Senado una mayoría, incluyendo a senadores del propio partido de gobierno, se habían declarado mayoritariamente en contra. Y, como lo señalamos en nuestra crónica del domingo pasado, nos encontramos con que los dos más potentes líderes, tanto Bernie Sanders de los Demócratas como Donald Trump, de los Republicanos, han jurado oponerse con todas sus fuerzas a la aprobación del Tratado Trans Pacífico que, señalan, no es un auténtico tratado económico y comercial, sino una mala maniobra estratégica de Barack Obama en contra de la China. De hecho, el propio Barack Obama declaró abiertamente, que, fíjese Ud.:, que “El TPP le permite a Estados Unidos, y no a países como la China, redactar los términos en que se harán los negocios durante el siglo 21”. Eso lo dijo en Nueva Zelandia, el 4 de febrero, luego de la firma del proyecto de TTP, junto a los genios de la economía de Chile, Perú y México que se mostraban muy felices y alborozados. Así, pues, los hechos YA están mostrando que, a nivel mundial, las bases sociales están rebelándose contra la burocracia secretista y mañosa de los partidos políticos tradicionales. Y esos mismos partidos están evidenciando un anquilosamiento, una incapacidad de recobrar el mínimo de dinámica para reinsertarse en la sociedad de cada país. Ni más ni menos, están dando muestras de senilidad. Esa que no es simple vejez, sino incapacidad de entendimiento. Y junto con ello, también los anuncios de colapso económico mundial están apareciendo YA como hechos reales e inmediatos. De partida, en los últimos días, la mayor parte de los países ricos, YA comenzó a aplicar no sólo reducción de tasas de interés, sino, de frentón, tasas de interés negativo. Es decir, los depósitos bancarios no sólo no pagarán intereses a los depositantes y ahorrantes. Ahora los dueños del dinero tienen que pagarle al banco por el “privilegio” de que acepte recibir sus depósitos. El Estado le cobra a los bancos una especie de impuesto, que es la tasa de interés negativo, y los bancos le transfieren ese gravamen a los depositantes bajo la figura de “costos de mantención” de las cuentas de ahorro o corrientes. Los depositantes, sean empresas o personas que juntan ahorros, en general aceptan pagar, ya que la tasa negativa es baja, no más de un 0,5%, y tener en cambio su dinero en sus propias cajas fuertes y manejarlo en billetes, no sólo difícil y peligroso. Además resulta caro, pues les exigiría armar todo un sistema para administrar esos fondos en dinero efectivo. Ahora, la propia Janet Yellen, directora de la Reserva Federal de Estados Unidos, ha eludido responder si efectivamente seguirá su plan de elevar las tasas de interés, o si seguirá la tendencia de aplicar interés negativo, iniciada por Japón, Suecia, Suiza, el Banco Central Europeo, y otras potencias financieras. En realidad, la supuesta “recuperación económica” de Estados Unidos está siendo crudamente desmentida por las cifras concretas. De partida, entrevistado por un reportero de la Fox, el propio Barack Obama tuvo que admitir que hay alrededor de 94 millones de estadounidenses adultos que no tienen trabajo. La única respuesta que dio Obama fue que bueno, es el arrastre de la crisis de 2008. Pero, a la vez, las cifras del déficit comercial aparecen abrumadoras. Las exportaciones de Estados Unidos cayeron en un 4.8% en 2015, y el déficit llegó a 531 mil 500, millones de dólares. Más de medio billón de dólares que Estados Unidos tuvo que pedir al fiado, mientras que su producción industrial seguía reduciéndose. En tanto, pese a la bronca contra China, también las cifras netas resultan elocuentes. Fíjese que en Estados Unidos, las inversiones chinas llegaron a 15 mil 700 millones de dólares, que se suman a los 14 mil millones que inversionistas chinos hicieron en 2014. Y en Europa, las inversiones han sido aún mayores, y sin duda han posibilitado al menos evitar que la Unión Europea en masa cayera en recesión. Pero es sólo economía. Tanto en Europa como en Estados Unidos, la percepción humana, psicológica acerca de China y su gente, se está volviendo más y más negativa, a la vez que se percibe a la China como un peligro latente, peor que el de Rusia, a la que se reconoce como una nación básicamente europea. Y ahí encontramos el tercer Ya de los últimos días. El supuesto defensor de los derechos humanos y querido amigo de la presidente Bachelet, el mandatario turco Tadyip Erdogán, ayer por la mañana comenzó a bombardear con artillería pesada, desde Turquía, las aldeas que los milicianos kurdos habían liberado del ISIS Daesh en el norte de Siria. Arabia Saudita, en tanto, anunció el envío de escuadrones de aviones de bombardeo a las bases de Turquía, supuestamente para atacar en territorio sirio, a los milicianos kurdos y a las fuerzas leales del gobierno. Además, Arabia Saudita anunció que enviará batallones de sus llamadas “fuerzas especiales” para invadir Siria. Esas “fuerzas especiales” son en realidad mercenarios, en su mayoría colombianos, salvadoreños y africanos de Sudán. Además, el Ministro saudita de Exteriores declaró que, si las negociaciones de paz en Munich no incluyen el derrocamiento del presidente Assad, su majestad el rey empleará su fuerza para invadir Siria, derrocarlo y destruirlo. Bueno, hasta ahora Erdogán sigue mostrándose simplemente como un genocida experto en poner caritas de inocencia para conmover a presidentas ingenuas y estresadas. Rusia ya dijo lo suyo. Si penetran aviones turcos o sauditas al espacio aéreo sirio, serán derribados. Y si la artillería turca impacta una posición ocupada por Rusia, la respuesta será demoledora. Ya el primer ministro ruso Dmitri Medvedev señaló que es el momento en que la OTAN tendrá que dar la cara. ¿Quieren Europa y Estados Unidos, una guerra larga y generalizada?... Si lo desean sin duda alguna la van a conseguir, pero seguramente no les va a gustar. El próximo domingo enfocaremos esta crónica a los datos reales y concretos de estrategia, geopolítica y recursos militares tanto de la OTAN y sus aliados, como del bloque anti-hegemónico encabezado por Rusia, China e Irán y sus aliados… Al parecer, occidente ya perdió la paz. ¿Perderá también la guerra?... ¿O entenderá la gente que YA es tiempo de hacer algo? ¡Hasta la próxima, amigos! Cuídense, es necesario, Ud. lo ve, hay peligro…
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