[resumen.cl] Los tiranicidios o ejecución de los tiranos, han constituido acciones importantes en la historia de la humanidad, como la ejecución del fascista Benito Musollini el 28 de abril de 1945, o la ejecución de Carrero Blanco, quien dio continuidad a la dictadura franquista en España el 20 de diciembre de 1973.
Sin embargo no es Europa en la historia reciente quien ha tenido más tiranos, sino América Latina. Impuestos por golpes de Estado, planeados y financiados por el gobierno de los Estados Unidos, nuestros pueblos han vivido gobiernos de facto sustentados en el terrorismo de Estado y la violación sistemática de los derechos humanos.
La década del 70 en América Latina fue una de las más oscuras. Estados Unidos había implantado dictaduras a lo largo de casi todo el continente, algunas de estas dictaduras se establecieron como gobiernos vitalicios y hasta hereditarios como el caso de la dinastía Duvalier en Haití o la dinastía de los Somoza en Nicaragua.
Sin embargo Nicaragua se liberó el 19 de julio de la dinastía Somoza. El dictador Anastasio Somoza Debayle, conocido como “Tachito” hijo del anterior dictador “El tacho” Anastasio Somoza García, logró escapar junto a su familia y encontrar refugio en Paraguay, por entonces una de las dictaduras más largas de América Latina, encabezada por el general Alfredo Stroessner.
La herencia del último de los Somoza en Nicaragua fue horrible: unos 50 mil muertos, la mayoría población civil, cerca de 100 mil heridos y mutilados, unos 40 mil huérfanos y alrededor de 150 mil desplazados hacia otros países de Centroamérica.
Pero la historia de “Tachito” no terminaría ahí. Un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), organización revolucionaria argentina, integrante de la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR) en Sudamérica, junto al MIR de Chile, MLN Tupamaros de Uruguay y ELN de Bolivia, realizó una acción de ajusticiamiento contra Somoza. El 17 de septiembre de 1980, en Asunción, la capital paraguaya, específicamente en la entonces avenida Generalísimo Franco, hoy Avenida España.
El comando del ERP estaba dirigido por Gorriarán Merlo, un histórico militante de la organización. La operación había sido bautizada como “reptil”. En pleno centro de la capital paraguaya, los militantes de ERP bloquearon a Somoza y su escolta, los guerrilleros argentinos dispararon ráfagas contra el Mercedes Benz blanco sobre el que viajaba Somoza. La autopsia señaló que el cuerpo calcinado del dictador nicaragüense tenia además 25 impactos de bala.
Pero junto con las ráfagas de armas automáticas, se lanzaron 2 cohetes RPG-2. El primero no funcionó pero el segundo si.
Fue el propio Enrique Gorriarán Merlo quien vació el cargador de su fusil de asalto M-19 sobre el parabrisas del auto de Somoza , y su compañero Hugo Irurzún quien logró impactar el RPG-2 completando la tarea.
Varios de los militantes del ERP habían combatido como internacionalistas en Nicaragua, junto a chilenos, uruguayos y otros latinoamericanos. De hecho el propio Gorriarán Merlo señalará años después que el atentado se había empezado a planificar en el restorán Los Gauchos de Managua, un restorán que hasta hoy existe.
Ese miércoles 17 de septiembre a las 9.55 de la mañana, el comando de siete guerrilleros, cuatro hombres y tres mujeres, fue por su objetivo. Un Jeep Cherokee que conducía Roberto Sánchez, uno de los guerrilleros, que años más tarde caería muerto en el asalto al cuartel La Tablada en Argentina (23 de enero 1989) se le cruzó de golpe a un vehículo de seguridad que antecedía al auto donde iba Somoza, la caravana completa se detuvo, ahí fue que Gorrián Merlo se montó sobre el capot del auto del tirano y descargó su arma. Tras ello el santiagueño Irurzún, sobreviviente de las guerrillas de Tucumán en Argentina y también de Nicaragua, impacto el cohete.
Irurzún seria el único que no podría eludir el cerco policial, por su altura, mas de 1 metro 90, no pasaba inadvertido, capturado por los cuerpos de seguridad del dictador paraguayo, tras torturas, fue asesinado y desaparecido.
El 2007 se realizó una exhumación de restos en el cementerio de Asunción que no arrojó resultados positivos. En su ciudad natal de La Banda, en Santiago del Estero, se lo recuerda desde 2015 con un pequeño monumento en una plaza pública.
A continuación, puedes revisar el documental sobre el ERP "Gaviotas Blindadas"Parte 1Parte 2Parte 3