40 años: El militante popular Patricio Sobarzo

En la ciudad de Santiago, el 2 de julio de 1984, fueron asesinados por la CNI dos militantes de agrupaciones anti dictatoriales, Enzo Muñoz Arévalo, del Partido Comunista y Héctor Patricio Sobarzo Núñez, del MIR. Presentado como un enfrentamiento por los medios del régimen, cómplices de la represión, pero se ha demostrado la falsedad de tal versión. Patricio Sobarzo fue un ejecutado político y esta es su historia. Patricio Sobarzo fue un importante activista por los derechos humanos y del magisterio, originario de Concepción, destacó como un incansable reorganizador del movimiento popular al fragor de la lucha contra la dictadura militar, su rol fue destacado en ese marco. “Es que en un falso enfrentamiento montado por la dictadura se había llevado a Patricio Sobarzo, el hijo del obrero ferroviario nacido en Lebu y criado en San Rosendo, el ex alumno y militante del FER del Liceo Enrique Molina en Concepción, el estudiante de primer año de sociología en la Universidad de Concepción, al que la dictadura le cerró su carrera.  Detenido primero en el Estadio Municipal de Avenida Collao y la cárcel de Concepción, retoma los estudios universitarios años más tarde (1977) en la sede de la Universidad de Chile en Chillán, allí destaca como dirigente de la Unión Nacional de Estudiantes Democráticos (UNED) que trabajó en la reconstrucción del movimiento estudiantil en los años más oscuros de la dictadura, además del trabajo de resistencia cultural (www.resumen.cl, visitado el 15-6-2013). El movimiento social y popular había levantado un fuerte ciclo de protestas contra el régimen, en medio de ello se crearon organizaciones fundamentales en la defensa de los derechos del pueblo, una de estas fue el Codepu, fuera de las organizaciones de la Iglesia Católica, tal vez la más importante de las agrupaciones vigilantes de los derechos humanos. Patricio Sobarzo formó parte de esa pléyade de sujetos militantes, devenidos de la rica experiencia mirista de los setenta, educados en el trabajo de masas a través de frentes de lucha en diferentes ámbitos del campo popular, en el movimiento sindical por cierto, pero también en los nuevos agenciamientos sociales que el pueblo chileno había constituido, en las tomas de terreno de las ciudades y corridas de cercos del campo, en el movimiento estudiantil tanto secundario como universitario, y en el mundo de la cultura popular, donde la liberación de las subjetividades comenzaba a gestarse. Sobarzo representaba fielmente ese nuevo hombre dispuesto al compromiso con su pueblo, en medio de la ferocidad militar se dedicó a ocupar un lugar en la resistencia, en esas tareas lo sorprendió la fatídica noche de julio en que fue asesinado, montada una falsa acusación contra su vida de militante intachable. El FPMR había atacado, el 29 de junio, la Dirección de Inteligencia del Ejército en el centro capitalino, uno de los milicianos rodriguistas fue alcanzado por disparos, Enzo Muñoz, quien recurrió al Codepu para recibir algún tipo de ayuda médica, en esa labor estaba Patricio Sobarzo cuando fueron alcanzados por la brigada verde de la CNI, dirigida por Juan Rubilar Ottone, bajo órdenes de Álvaro Corbalán. Estos grupos represivos montaron un falso enfrentamiento, un montaje para ocultar el crimen, para ello recurrieron a los medios de prensa, mintiendo frente a las autoridades judiciales. La falsedad de las versiones de los represores quedó desmentida por los testigos de las acciones de la CNI tal cual sucedieron. “Estuve por razones accidentales en el lugar momentos antes de la ejecución de Hector Sobarzo y Enzo Muñoz, fueron pocos minutos , pero no sé cómo describir estos momentos, intentaré: Íbamos aquella noche en un colectivo de la línea 24 hacia San Luis de Macul, éramos 5 personas, al llegar a la rotonda departamental, aparecieron varios sujetos armados con armas grandes, no sabría decir de qué tipo, me parece eran metralletas, uno de ellos dijo: "CNI" al vernos nos pararon y amenazaron, todo ocurrió en pocos segundos, no nos hicieron bajar del automóvil, pero gritaban , amenazaban y estaban alterados, luego y con insultos y amenazas le dijeron al conductor del colectivo que se fuera, el conductor dio la vuelta y se devolvió por calle J.Pedro Alessandri. Volví la mirada para ver que acontecía, había dos personas cerca de un teléfono, la rapidez del momento me nubla un poco, pero veo correr tras nosotros con la mano estirada a un hombre más bien joven y de contextura delgada, se escucharon disparos y no pude ver más porque el automóvil se alejó a toda velocidad. Este hombre era distinto a los otros porque no lo vi con arma alguna en sus manos. Se sintieron disparos, por las noticias me enteré que en ese lugar fueron ejecutados Hector Sobarzo y otra persona que ahora sé era Enzo Muñoz” (www.memoriaviva.cl, visitado el 15-6-2013). Los falsos enfrentamientos fueron de uso común por parte de la cobarde policía política del régimen, muchas veces hicieron aparecer a milicianos de diversos grupos políticos como parte de una lucha heroica contra el marxismo, tras esa versión miles de civiles pinochetistas, muchos de ellos activos militantes de la derecha, justificaron esos crímenes. Patricio Sobarzo formó parte de los ciudadanos que, de lado del pueblo, no dudaron en enfrentar a la dictadura. Patricio se vio mancillado por el poder represor, denostado en su función de defensor de la dignidad humana y utilizado como una amenaza para quienes persistieran en oponerse al dictador. Pero Sobarzo, lejos de esos intentos se sobrepone a ese montaje y deviene en un símbolo de las organizaciones de derechos humanos y de los profesores chilenos, durante la década del ochenta fue recordado y homenajeado permanentemente por las organizaciones del pueblo. El Codepu, su organización, denominó con su nombre una colección de estudios acerca de la lucha por los derechos humanos, el primer tomo de esta serie trata específicamente sobre él y los falsos enfrentamientos. Patricio Sobarzo desplegó su pensamiento en poemas y en medio de ellos se define como un hijo de la provincia, del pueblo, en esa idea quedamos compartiendo su camino, palabras que desmienten el montaje y elevan su figura, junto a la de miles de militantes populares. Aquí he llegado con este equipaje de provincia maletas de esperanza todo el viento del Sur toda la lluvia al centro del cemento buscando los puntos cardinales al continente de las palomas pedacitos de sueño como la pobre luz de los faroles en una plaza de barrio o en una esquina miserable Aquí he llegado llegamos… . . como arrimándonos a algo. (Santiago, 1982) 40 Años: La octava protesta nacional en Concepción 40 años del Golpe: Una extraña explosión en calle Maipú
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