El 10 de mayo de 1966, dos clubes tradicionalmente rivales en el campeonato regional de fútbol: Minas Lota de camiseta verde y Federico Schwager de camiseta roja, se fusionan, creando un solo equipo representativo de todo el pueblo minero: Lota Schwager.
Su primera camiseta uniría a los colores de los equipos que lo originaron, además del negro del carbón. A ello añadirían como símbolo, la lampara grisumétrica, utilizada por los mineros para detectar el temido gas grisú gran responsable de las muertes en las minas de carbón.
El motivo de la fusión no era otro que generar un club de fútbol representativo de la zona minera que pudiera irrumpir en la liga profesional de fútbol que estaba surgiendo a nivel nacional y a la cual se habían incorporado en esos años Deportes Concepción y Huachipato. Hay que recordar que durante los años 40, 50 y principio de los 60 existían dos ligas a nivel nacional, una con los clubes de Santiago y Valparaiso, y otra en la Provincia Histórica de Concepción que incluía a los equipos de Linares, Chillan, Angol y Temuco.
Lota Schwager fue desde siempre un club con una clara identidad, por lo mismo el equipo va más allá del tema puramente deportivo y se proyecta en el plano cultural como ultimo vestigio de una cultura que se generó en el Golfo de Arauco por más de un siglo y medio y que hasta el día de hoy se niega morir.
Lota Schwager es el ultimo vestigio cultural del pueblo minero, de los “chollonkas” que con su “mondita” o con la “camarada” cada domingo concurría al mítico Estadio Federico Schwager, construido por los propios mineros, a ver la “cachaña”, siempre bien provistos de su “manche”, una buena “cuña” y en la “cacharra” un vinito pipeño o chacoli. No faltaban los “lulos” ni las sierras asadas en horno minero, el “tritre” ahumado o las “pancoras”.
Hoy es ese pueblo que creció en “colectivos” o “pabellones”, con hornos, baños y lavadreos colectivos, que generó una vida comunitaria, que asistía a los espectáculos culturales en los sindicatos, es el que se niega a ver morir su cultura. Tal vez por eso es que Lota Schwager tenga tan exigente como fiel hinchada, tan fiel que lo acompaño incluso a su muerte en 1994 y que 7 años más tarde lo hizo resucitar, por que Lota Schwager desapareció durante 7 años, pero el pueblo minero seguía siendo hincha de un solo club, su querido lotita schwager.
El club deportivo Lota Schwager brilló, no sólo en el fútbol, sino además en el atletismo. La zona minera sigue dotando a esta región de grandes atletas y grandes futbolistas. Hoy Lota Schwager sobrevive al igual que su pueblo; al limite, cuestión que los mineros llevan con un especial sentido del humor, un humor negro como el carbón, como el humor del mítico Ballico que alentaba a su equipo gritando: “al empate Schwager”.