Este nuevo 8 de marzo conmemoramos una vez más la muerte de un centenar de mujeres que dieron su vida luchando por derechos laborales a principios de siglo XX en la fábrica textil de Nueva York. Mujeres que fueron y siguen siendo el ejemplo de todas nosotras por el valor político y de lucha constante que entregaron y nos entregan hoy en día. Tampoco podemos dejar de lado la gran cantidad de mujeres que han luchado en este país, en el tiempo de la dictadura de Pinochet y que ahora lo continúan haciendo, que con su teoría y práctica también son ejemplos a seguir y continuan vivas en nuestra memoria, en nuestra historia y en nuestro diario vivir.
A razón de lo anterior, como feministas conmemoramos este día, ya que su lucha también continúa siendo nuestra lucha, pero además reivindicamos la necesidad de terminar con la organización patriarcal y capitalista que rige la sociedad actual, elevando los valores del apoyo mutuo, la solidaridad y la autonomía. Hablamos de autonomía de nuestros cuerpos, de nuestras decisiones, de nuestras vidas, de una construcción en colectividad que permita desarrollarnos de forma integral sin tener al estado, ni a las instituciones ni a la religión como entes que obstruyen el desarrollo de nuestros sueños y objetivos. En consecuencia, se hace sumamente necesario que seamos capaces de crear una organización que apueste por estos valores, reconociendo la participación histórica de las mujeres en el proceso de liberación de los pueblos y tomando y haciendo carne los problemas que nos afectan como mujeres, como hombres y como niños y niñas. No sólo sirve sumar y sumar compañeras a las organizaciones con el ideal de “lucha de género”, cuando en la realidad no es más que un enunciado y una categoría de análisis, más aun cuando no se lleva a cabo ningún tipo de acciones concretas que se encamine a acabar con el patriarcado como sistema de dominación en la cotidianidad de nuestras vidas. Nuestro objetivo no va por lograr una mayor participación dentro del poder masculino ya establecido en la mayoría de las organizaciones, sino que a cuestionar el poder y construir autonomía.
Finalmente creemos que como organizaciones debemos asumir la lucha por la despenalización del aborto, contra la heteronormatividad, por terminar con la violencia institucional patriarcal, por la resistencia de nuestros pueblos originarios y por la destrucción total del estado y el capital.
¡¡FRENTE AL ESTADO TERRORISTA AUTONOMÍA FEMINISTA!!
Grupo Feminista La Ruptura, 8 de marzo del 2013.
Lorenzo Arenas - Concepción.