A 10 de años de la huelga en la UNAM

Seguiremos el ejemplo de la generación aguerrida y valiente de 1999

Discurso central, al finalizar la marcha del Ángel al Zócalo, por el décimo aniversario del estallamiento de la huelga en la UNAM


Compañeros estudiantes, profesores y trabajadores de la UNAM

Compañeros solidarios de las organizaciones sociales y de otras escuelas y universidades

A todo nuestro pueblo


Hace 10 años, el 20 de abril de 1999, estalló en la UNAM la huelga estudiantil más larga y más tenaz que haya existido en la historia contemporánea de México. La huelga más atacada por el gobierno y la más defendida por los estudiantes de abajo.


Con ella, los jóvenes reclamaban su legítimo e histórico derecho a decir ¡no! a la imposición ilegal de cuotas. No al autoritarismo neoliberal que a través de sus gobernantes y rectores querían imponer el modelo privatizador que ponía en venta el derecho a la educación de los mexicanos.


Estos jóvenes juzgados y estigmatizados, organizando desde abajo la resistencia, demostraron una vez más que con firmeza, organización, tenacidad y lucha, el pueblo puede hace temblar a los gobiernos autoritarios, y derrotarlos.


Esa huelga tuvo que enfrentarse a 10 meses de ataques de Televisa, Tv Azteca y tantos medios de comunicación que se burlaban de la rebeldía y las causas de este movimiento. Diez meses de noches de guardias, de reuniones y discusiones entre la diversidad histórica del estudiantado; diez meses de debates, cansancio, desesperación y de ir contra los que decían que no se podía, que contra el neoliberalismo, contra el Banco Mundial y el gobierno, no se podía ganar nada, pero también de la constante nutrición del alma, de los trabajadores, amas de casa, obreros, estudiantes, que llamaban a los huelguistas a no cejar, a no rendirse, a continuar hasta las últimas consecuencias el derecho de todos a la educación, y así lo hicieron.


Los hechos son más fuertes que las palabras: la UNAM hoy es gratuita gracias a esa huelga, sí se pudo. Ellos, los de arriba, metieron a la policía militar a la Universidad, encarcelaron a más de mil estudiantes, pero ni así lograron hacer de la máxima casa de estudios una institución de privada.


Esos10 meses de huelga y la libertad de todos los compañeros apresados, sólo pudieron ser posibles gracias al apoyo de las organizaciones sociales, campesinas, urbanas, y sobre todo a las miles de personas anónimas que cotidianamente daban alimento y esperanza a este movimiento. Esa solidaridad hoy nos hace pensar en Atenco, en Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y todos los presos políticos de ese grandioso pueblo, que es ya un gran ejemplo de dignidad y resistencia para todo nuestro pueblo, pues hace 10 años la cerrazón fue derrotada por la solidaridad, con la presión de todo el pueblo los presos políticos de la UNAM fueron liberados, y esta vez, frente a las infames sentencias de hasta 120 años de prisión dadas a Nacho, opondremos, una vez más, la solidaridad de los de abajo. Compañeros de Atenco: no están solos, los presos políticos son de todos, y todos los liberaremos con la fuerza de la unidad. Nos sumamos a la Campaña por la libertad y la justicia para Atenco, e invitamos a todos a ser parte de la presentación que se hará en la UNAM de esta iniciativa, el lunes 27 de abril, a las 12 horas, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de Ciudad Universitaria.


Como Atenco es ya un emblema en la lucha por la defensa de la tierra, el CGH (Consejo General de Huelga) es un hito en la pelea por la educación. La defensa de la gratuidad es el gran logro de este movimiento y eso es ya un hecho imborrable en la historia de este país.


Pero a pesar de esa gran victoria del CGH, el movimiento estudiantil debe seguir en pie de lucha, pues son grandes las amenazas que hoy se yerguen contra la educación pública de todo el país.


El rector José Narro, como el carcelero Juan Ramón De la Fuente, hablan del carácter gratuito de la universidad, sin mencionar que esa gratuidad es gracias a los estudiantes que expulsaron y encarcelaron hace 10 años; sin decir que la gratuidad fue gracias a esa Huelga que reprimieron militarmente; sin reconocer que hoy la Universidad más importante de México es gratuita gracias a la generación aguerrida de 1999, algo que nos hincha el pecho de orgullo y dignidad. Y son farsantes, pues se llenan la boca enarbolando la gratuidad de la educación, pero por la via de los hechos han instrumentado toda una serie de cobros ilegales en toda escuela, prepa, CCH y facultad, desde cursos, diplomados, trámites, laboratorios de cómputo, hasta la titulación, todos cobros que son una verdadera artillería en contra de la gratuidad, en contra de la educación como derecho.


Se equivocan quienes creen que fueron 10 meses donde el conocimiento se detuvo. Por el contrario, las generaciones que vivieron esta huelga, lograron aprender más allá de los libros, lo que significa la responsabilidad histórica ante un país de millones de hambrientos y desempleados.


Esta Huelga dio esperanza a quienes creían que no era posible parar una reforma neoliberal; dio fuerza aquellos que creían que jamás podríamos parar los intereses capitalistas que hubiera dejado a las próximas generaciones sin educación.


No pudieron privatizar, pero la educación superior sigue siendo privilegio de unos cuantos. Entrar al Poli o a la UNAM es hoy, más que nunca, casi como ganarse la lotería, más del 90% de los aspirantes son rechazados, coartando el derecho a la educación para cientos de miles de jóvenes en nuestro país. Los responsables de la privatización de la educación en México cometen un delito, un aberrante crimen, arrebatan un derecho esencial al pueblo, y deberían ser juzgados peor que narcotraficantes. Nacho del Valle, como Gloria Arenas y Jacobo Silva, deberían estar libres, y Elba Esther Gordillo, Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota tras las rejas, por impedir el derecho a estudiar a tantos jóvenes de nuestro país. Negarle la educación a un joven, no debiera ser un hecho normal, al cual tengamos que resignarnos, por el contrario, nosotros, los estudiantes, profesores y trabajadores de la UNAM, junto al pueblo solidario, debemos alzar nuevamente las banderas y exigir más escuelas, más CCH’s, más prepas, más vocacionales, no vaciladas de lugares en educación a distancia y en línea, sino más educación de calidad, gratuita para todos. Sí se puede, si el gobierno tiene el dinero para construir dos penales más de máxima seguridad, gastando en ello millones de pesos, puede también construir más escuelas. Hoy la consigna es más válida que nunca ¡no más prisiones, no más carceleros, exigimos escuelas y profesores para todo el pueblo!


Y que lo oiga bien el gobierno y la rectoría: si no abren más espacios, los tendremos que abrir nosotros. Pensemos compañeros, la posibilidad de crear grupos de rechazados en cada una de nuestras escuelas, hablar con los profesores conscientes, dar clases de calidad. José Narro y las autoridades de nuestras escuelas podrán decir que no caben más, nosotros sabemos que eso es una vil mentira, demostrémoslo, metamos más compañeros a nuestras escuelas en grupos de excluidos, y si aun así nos dicen que no caben, podremos decir “ya cupieron, ya están dentro, ya están estudiando, y ya hasta pasaron algunas materias… ¡denles una matrícula, reconózcanlos!”. Eso sí abriría paso a una educación de calidad para todos, no el programa del “bachillerato único” que se impulsa desde la SEP, no la reforma a los planes y programas de estudio en muchas escuelas de la UNAM, que sólo busca hacer de nuestra formación una baratija al servicio de las empresas.


Ese compañeros, el de los rechazados es uno de los grandes problemas de la educación, somos nosotros quienes tenemos que luchar para solucionarlo, es nuestra responsabilidad.


Pelear por las generaciones futuras, pero también por las actuales generaciones que están siendo expulsadas por la crisis económica. No basta con que la educación en la UNAM sea gratuita, porque si el desempleo y la pobreza siguen extendiéndose en nuestro país, más alumnos de abajo serán expulsados, impidiendo su derecho a la educación. Por eso, es que tenemos que luchar por la gratuidad de todos los servicios internos en la Universidad y en todas las escuelas, impresiones y transporte estudiantil gratuitos, bonos de fotocopias, becas a los que más lo necesitan independientemente de sus promedios, comedores subsidiados en cada una de nuestras escuelas, casas del estudiante para los alumnos que vienen de lejos, etc.


No es una carta de buenos deseos, son cosas que se pueden arrancar con organización y lucha. Y no sólo eso, si no peleamos por eso, si no logramos la presión necesaria para que estas cosas se hagan realidad, muchos miles de estudiantes de abajo verán truncado su derecho a la educación, serán expulsados, ensanchando las filas de la deserción, e incluso del narcomenudeo, del crimen, de la violencia, etc.


Los renovados ataques neoliberales sobre el artículo 3ro constitucional, sobre los contenidos de los programas y los derechos laborales de los maestros, hace que los retos de la universidad nos trasciendan hacia la defensa y construcción nacional de una educación gratuita y transformadora. Ayer querían la UNAM, ahora quieren toda la educación.


A 10 años de la Huelga no bastan una marcha, ni discursos, lo que se requiere es una red de acciones estudiantiles articuladas hacia objetivos comunes para la defensa y construcción de la educación que este país necesita. Todos en el mismo frente de batalla.


Hoy muchos compañeros hemos coincidido en la necesidad de despertar al movimiento universitario que permanece latente en cada universidad de este país y lograr dar una alternativa ante la crisis.


Para esto hemos formulado el siguiente plan de acción:


i. Ante los miles rechazados de las universidades lucharemos por que se construyan nuevos planteles y se les dé un uso exhaustivo a los existentes de tal modo que ni un solo joven quede sin educación por el pretexto irresponsable de la falta de espacios o recursos. La educación no debe ser un privilegio, es una necesidad básica, por eso, si no abren más espacios, tendremos que abrirlos nosotros.


ii. Ante la deserción de cientos de estudiantes por dificultades económicas lucharemos por alimentación, transporte, servicios, becas, y apoyos que aseguren la continuidad, así como por la discusión y transformación de los programas de estudio, investigación y difusión de la cultura de la universidad desde un contexto social que exige una respuesta universitaria ante la crisis histórica de este país.


iii. Ante el desempleo y explotación de miles de egresados de las universidades nos uniremos a los grandes movimientos sociales y sindicales que se están gestando en el país y que se verán reflejadas en las movilizaciones del próximo primero y quince de mayo.


iv. Porque hace 10 años el movimiento hizo suyos a los estudiantes presos, contribuiremos a la lucha por la libertad de los presos políticos de Atenco y de todo el país, empezando por la próxima presentación de la Campaña por la Libertad y la Justicia para Atenco, el 27 de abril a las 12 horas en Ciencias Políticas.


El pasado 15 de marzo hemos arrancado una jornada anual conmemorativa por los 10 años de la Huelga que habrá de terminar el 6 de febrero del 2010. Iremos a cada escuela de la universidad, del Poli, la UAM y la UACM con actos políticos culturales para poder encender el fogón del movimiento estudiantil.


Desde esta memoria hemos dado los primeros pasos para constituir una asamblea universitaria en conmemoración de la huelga y en defensa de la educación, cuya próxima reunión será este viernes 24 de abril a las 5 pm en el auditorio Ho Chi Minh de la Facultad de Economía, y que seguirá en los tiempos y espacios que el mismo movimiento lo vayan exigiendo.


Estudiantes de 1999, son ustedes nuestro ejemplo, gracias a su valentía y entrega hoy nosotros podemos estudiar en la UNAM, frente a esta plaza les hacemos una promesa: levantaremos nuevamente el puño y las banderas del movimiento por la defensa de la educación como un derecho para todo el pueblo.


Su lucha no será en vano. La educación será para todos.


¡Educación primero al hijo del obrero!

 


¡No más rechazados!

 


¡No más expulsados de la educación a causa de la crisis capitalista!

 

¡Presos políticos Libertad!


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