Creo que a 200 años, no han cambiado mucho las cosas. Si consideramos que por una parte no tenemos autonomía productiva, no tenemos industria. Entonces todo nuestro consumo “moderno” depende de la importación, y no de nuestra producción.
Toda la civilización que decimos tener es una civilización consumista, que no produce nada y que vive de lo importado. La compramos para consumirla, no la producimos. Ese aparato (pendrive) es importado, ese vehículo es importado. Y como dijo por ahí Francisco Antonio Encina “consumimos como civilizados, pero producimos como bárbaros”.
La pregunta es si uno puede ser civilizado si no produce algo civilizado; yo creo que no. En esa medida dependemos totalmente de las civilizaciones productivas del mundo hasta el día de hoy. Los intentos que se hicieron por industrializar el país y autonomizarlo productivamente, fueron todos abortados. El intento de industrializar de los artesanos en el siglo XIX fue reprimido brutalmente, el intento de los técnicos e ingenieros extranjeros por 1900, también. Fueron apoyados y luego liquidados y pulverizados. Los intentos de la Corfo, de los gobiernos desarrollistas a fines del siglo XX fueron pulverizados por Pinochet. O sea, los intentos de la autonomía productiva que es la base de la autonomía civilizacional moderna, han sido abortados, por lo tanto no somos independientes.
Se puede hablar de independencia política, pero que independencia política, si la independencia ha consistido justamente en globalizar y reconstruir todos los lazos de dependencia con el mercado mundial. No, para mi no. No somos en absoluto independientes. Que nos creamos independientes y que nos creamos la ilusión de la independencia, por último del orgullo falsete, eso sí. Pero de otra manera no.
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