Por Daniel Mathews / Resumen.cl
El acto terrorista perpetrado en París no puede sino despertar toda nuestra solidaridad. 129 muertos y 352 heridos no pueden producirnos sino espanto. Y la falta total de respeto contra la vida incluye el menosprecio de la propia. De los 8 atacantes, 6 han hecho explotar sus chalecos-bomba, y otro ha muerto en un intercambio de disparos.
En ese espanto nos encontramos todos. Pero no todos reaccionamos igual. Sectores de la derecha populista busquen reorientar la situación con una campaña xenófoba indiscriminadamente antimusulmana y hostil a los inmigrantes. De prosperar esa campaña, facilitaría precisamente uno de los objetivos evidentes del “Estado islámico”: abrir un frente social, provocar en Europa un conflicto étnico-religioso que presione a los gobiernos que participan en la coalición anti-EI en Siria e Irak.
Otros pensamos que la respuesta al fundamentalismo no puede ser otro fundamentalismo. No puede ser la restricción de libertades, ni el fomento de la islamofobia, ni tampoco la continuación de un intervencionismo imperialista que no hace más que provocar centenares de miles de muertos, el odio y el éxodo masivo de poblaciones. Con las guerras y el terror no se construirá nunca una paz con justicia. Que el terrorismo sea practicado por los Estados occidentales, sea Europa o Estados Unidos, no lo hace menos terrorismo.
La respuesta tiene que ser un apoyo irrestricto al pueblo kurdo. El terrorismo en París no está desligado del estado de guerra que ha declarado el “Estado islámico”. La víspera del atentado en París se había producido otro en un barrio shiíta en Beirut, Líbano: 50 muertos, 250 heridos. Pero el eje principal de la actividad de EI ha sido el enfrentamiento contra los kurdos. Y han sido ellos también los que mejor han peleado. La organización que le ha sabido dar a su pueblo Abdullah Öcalan es clave en esto. Se trata de un intento de autoorganización no estatista y con clara orientación de género.
Y un apoyo también al pueblo sirio. Tenemos que seguir hermanándonos con los refugiados. Sobre todo si entendemos que el proyecto del EI es alentar un conflicto étnico-religioso contra las minorías musulmanas en Europa que radicalice a distintos sectores en favor de la guerra santa proclamada por el Estado Islámico, lo que viene a favorecer su reclutamiento bélico para los frentes internos y externos. Pero no basta apoyar a los refugiados. Verte obligado a salir de tu país es lo peor que puede ocurrir. Hay que terminar con la necesidad de refugio. Hay que darle al pueblo sirio la posibilidad de acabar con la dictadura. Pero eso no pasa por bombardear Siria, eso no pasa por apoyar a Asaad en contra de EI ni viceversa. Lo único democrático es, permítanme ser redundante, el gobierno del “demos”, del pueblo.