Por Alejandro Baeza / resumen.cl
En un contexto de crispada discusión pública respecto a la verdadera catástrofe socio-ambiental que vive gran parte de la Región de los Lagos y que se ha sido visibilizando en la prensa nacional, después de las fuertes movilizaciones de comunidades en Chiloé y de las distintas manifestaciones en solidaridad que se han vivido en muchas ciudades de Chile, el debate principalmente se ha centrado en analizar si esto se trata de un fenómeno natural de marea roja -impulsada por el actuar del fenómeno del niño- o responde en gran medida al accionar por años de la Industria extractivista del salmón. Ambas posturas son defendidas por especialistas en los medios de comunicación, bueno, siendo sincero, la segunda posición ha sido expuesta principalmente por medios de comunicación que son catalogados de “alternativos”, y entre los cuales sin duda la voz que ha sido mayormente reproducida, por su trabajo de años al respecto, es la de Héctor Kol.
Es en este sentido que el pasado 15 de mayo, en horario estelar de redes sociales, el periodista Christian Leal publica en la web de Radio Bio Bio una noticia titulada “Héctor Kol: el falso biólogo marino que culpa a las salmoneras por la marea roja” y es acá donde quiero detenerme a analizar algunas cosas de forma breve. En primer lugar, la “nota periodística” se trata de una amplificación a nivel nacional de un medio regional perteneciente al grupo El Mercurio llamado “El Llanquihue” de Puerto Montt, con circulación por varias localidades de la Región, y es uno de los tantos medios locales donde se da cuenta, a modo de cahuineo, que su verdadero nombre no es tal “Según reveló el diario El Llanquihue, su verdadero nombre es Hernán Raimundo Espinoza Zapatel, y si bien es efectivo que egresó de la Universidad de Chile, sus estudios fueron como cirujano dentista, no con relación a las ciencias del mar.” replica la nota. Aquí tres puntos:
En primer lugar y lo más importante, no hay corroboración de la información con el aludido, algo que -sin ser periodista- creo que debe ser la norma básica de un trabajo riguroso y sin duda, por lo bajo, de uno ético; se replica la información sin contrastarla ni darle una oportunidad de explicarse a quien se está refiriendo y denunciando directamente. Por otra parte, que Héctor Kol no sea su nombre no se trata de ninguna revelación ni mucho menos se está desenmascarando algo, pues es sabido (y si no, se investiga) que éste ha sido su pseudónimo por muchos años, y así se ha presentado muchas veces a diversos medios de comunicación del país, entre ellos, oh sorpresa, el mismo periódico El Llanquihue donde publicaron al menos un par de notas el año 2009. Por último, se afirma que es un falso biólogo marino, acá habría que detenerse a investigar si realmente se trata de un ejercicio ilegal de la profesión, o si simplemente es la forma como ha sido presentado en los medios de comunicación. Asumiendo también que la información referida a antecedentes académicos previos a 1981, sean de tan rápido y fácil acceso para una conclusión tan taxativa.
No sería extraño suponer entonces, que el fin único de esta nota es desacreditar a una persona y a través de éste a toda una posición en relación al conflicto desatado en el sur de Chile. Aplicando lo que las ciencias sociales llama análisis hermeneútico al titular (fase que muchos usuarios de redes sociales no supera) es decir: “falso biólogo marino que culpa a las salmoneras” es posible inferir la intención de indicar algún tipo de causalidad entre la supuesta falsedad de su título con una, entonces, falsedad de su postura al culpar a la industria salmonera por esta catástrofe. La poca seriedad de la nota hace pensar que se tratara casi de algo personal contra Kol (o Espinoza, qué más da) al agregar como “dato” lo siguiente:
¿Cuál es la relevancia de esta información? Yo puedo haber sido acusado de matar a Marilyn, pero si no es comprobado ante la justicia resulta irrelevante, pues nunca sucedió (¿sabrá que eso significa ser absuelto?). Pareciera ser que -finalmente- esta noticia hubiese sido redactada desde las mismas oficinas de Salmonchile.
Para concluir, dejar en claro que no es mi intención en esta columna hacer una defensa cerrada de esta persona, sino dejar en claro las graves faltas al rigor y la ética en pos de ganar clicks fáciles o derechamente desacreditar una postura (cuestión todavía más delicada), pues sin haber estudiado periodismo, sin red de contactos, sólo sabiendo usar google, se puede hacer una investigación realmente seria.
Además, el título universitario no es la única instancia para la creación de conocimiento y el ejercicio de un oficio, por ejemplo, en este caso en particular queda claro que incluso teniendo un título de periodista, no implica que ejerza correctamente, es el ejercicio, la práctica, lo que define a un profesional. Aun así tampoco es el único especialista que plantea la responsabilidad de las salmoneras, si le interesa la opinión de un “verdadero” biólogo marino puede leer el interesante trabajo de Víctor Guaquín al respecto. La depredación social y medio ambiental que produce el modelo extractivista en Chile ya no da para más, afortunadamente en esta ocasión, se ha instalado en la opinión pública la idea de que esta catástrofe es culpa de las salmoneras, por muchos esfuerzos que se esté haciendo en los medios oficiales.
Por último, Biobio es el medio de comunicación con mayor presencia en internet, y un medio histórico, con más de 50 años como líder en sintonía en la Región del BioBio, donde precisamente hasta el momento hay 11 proyectos ingresados de salmonicultura según sernapesca, ojo con aquello.
El descargo de Kol que Radio Bio Bio no permitió:
https://www.youtube.com/watch?v=xlafmjTjmKM