Acuicultura a gran escala en la costa del Bio-Bio. ¿Promesa de empleos?

Por: Andrés Fonseca López

Sube el desempleo a nivel regional

La encuesta de empleo del Instituto Nacional de Estadísticas correspondiente al trimestre móvil diciembre 2015-febrero 2016, informaba que en la región del Bio-Bío había disminuido considerablemente la masa de población desocupada. Si bien la tasa fue más alta que el 5,9% de desempleo que marcó el promedio nacional, la cifra se mantuvo como en el trimestre móvil anterior, es decir en un 6,6% (1). Un buen número si consideramos que, a la fecha, estas eran las cifras de desempleo más bajas desde el terremoto del 27 de febrero del 2010. Parecía que la región por fin se levantaba en materia de inserción laboral, sin embargo la última encuesta del INE correspondiente al trimestre enero 2016-marzo 2016 mostró una tendencia al alza del desempleo registrando un 7,1% a nivel regional (2). Esta nueva cifra es preocupante, en especial si consideramos que esta medición tiene dos grandes sesgos que ocultan en algún grado las reales cifras de desocupación en la región.

Es que en primer lugar, el muestreo no incluye a algunas ciudades reconocidas por sus históricos altos niveles de cesantía. Sí, la encuesta incluye a Lota y Coronel, las excepciones regionales –y nacionales- que se encumbran por sobre los dos dígitos en sus tasas de desempleo. No obstante, de Curanilahue, Penco y Tomé; tres ciudades afectadas por procesos de reconversión productiva relativamente recientes, no tenemos datos oficiales desde el 2010 (3). En segundo lugar, esta encuesta no da cuenta de un aspecto sumamente relevante como es la calidad de empleo. Calidad que, si atendemos a que en la última encuesta CASEN (2013), el índice de pobreza de la región marcó un 22% y el ingreso autónomo regional se posicionó como uno de los 5 más bajos del país (4), se subentiende que los empleos regionales son mal remunerados. Y cuando el trabajo se valoriza tan poco en términos de retribución monetaria podemos suponer precariedad laboral.

Lo anterior es aún más inquietante si consideramos la recesión económica global que está en ciernes (5) y que en la región podría verse agudizada con el eventual -y al parecer inevitable- cierre de uno de los últimos bastiones industriales del sur de Chile como es CAP Acero junto con las empresas ligadas a la siderúrgica: Inchalam, Moly Cop y Cementos Bio-Bío. Todas ellas en una situación extremadamente compleja al no poder competir con el alambrón chino y el hormigón mexicano en los mercados internacionales. La incertidumbre se extiende además a las cuatrocientas Pymes y Micropymes que se verían directamente afectadas con un eventual cierre de estas industrias (6). Un escenario de esas características tendría un impacto en el empleo regional equivalente al del cierre de ENACAR en la cuenca carbonífera (1997) o al fin de la industria textil local con la liquidación de Bellavista Oveja en Tomé (2007). Sin exagerar, un cuadro de esas características sería como el golpe de gracia al patrimonio industrial de la zona.

Entre la espada y la pared

El cierre de ENACAR y el fin de Bellavista movilizaron al Estado que, para paliar la cesantía y evitar el descontento social, formuló planes de reconversión laboral. Si observamos la cesantía crónica que afecta a la cuenca del carbón y a Tomé en la actualidad, no podemos hablar de reconversiones exitosas. Así surge la interrogante: En caso de que tuviéramos que enfrentar un nuevo escenario de crisis y desempleo de proporciones ¿Cuál será el plan de reconversión? O dicho de otra manera ¿Hacia dónde se orientaría la actividad productiva de la zona? Adelantados a esta crónica de una muerte anunciada de los vestigios de la industria nacional, desde el mundo privado se comienza a trazar lo que podría perfilarse como la nueva actividad productiva de la región: la acuicultura a gran escala. Luego de que las autoridades señalaran que la región es apta para esta actividad las solicitudes para instalar este tipo de proyectos se han disparado. El 31 de marzo de 2016 El Sur informaba de 72 solicitudes (7) para instalarse en el borde costero del Bio-Bío por parte de empresas acuícolas. Los más publicitados han sido los 11 proyectos que pretende instalar Cultivos Pelícano frente a Cobquecura, provincia del Ñuble.

Pero la llegada de esta industria se ha visto tensionada. Es un hecho que la conciencia ambiental de la ciudadanía en general ha ido en aumento y eso en Cobquecura se ha traducido en un amplio rechazo a la instalación de los proyectos de Cultivos Pelícano. Jóvenes, adultos mayores, turistas habituales, surfistas e incluso las autoridades edilicias se ha manifestado en contra demostrando una transversal oposición (8). Es que el nocivo impacto ambiental de la acuicultura a gran escala en general y de la salmonicultura en particular ya no es mera especulación de “jipis trasnochados”. Las denuncias que el biólogo y activista chileno Héctor Kol viene realizando hace más de 20 años (9), se han hecho evidentes para la ciudadanía con la catástrofe ecológica que en este momento afecta al mar de la Región de Los Lagos, dejando a pescadores artesanales, mariscadores, recolectores y comerciantes sin fuente laboral (10). Porque aunque oficialmente se dice que está catástrofe respondería a una “natural” explosión de marea roja, para las comunidades movilizadas el origen del problema son las malas prácticas sanitarias y de producción de la industria del salmón.

Sin embargo, con toda la evidencia que tenemos unos kilómetros más al sur, con todas las investigaciones que confirman la insostenibilidad ambiental de los megaproyectos acuícolas, y pese a los avances en la conciencia ambiental de la población en general, tememos que nuestro carácter claudique frente al chantaje económico. No es difícil imaginar un contexto de crisis con el conjunto de efectos económicos y psicosociales que acompañan al desempleo (11). Un contexto así nos dejaría entre la espada y la pared. En esa complicada posición, la llegada de una industria nociva será bienvenida por simple necesidad material. Es lo que probablemente ha sucedido con los sindicalistas salmoneros de CONATRASAL y CUT Llanquihue, que, sin considerar el impacto de ambiental de sus faenas, han llegado a cerrar filas junto a sus patrones con tal de defender la continuidad de la actividad en la zona (12). Y sucedió también en Freirina, región de Atacama. El año 2013, luego de un agitado proceso de movilizaciones masivas con claro sello ambientalista, la comunidad organizada consiguió expulsar de la comuna a una planta de cría de cerdos. Unos años más tarde, el 2015, angustiados por la falta de empleos, un sector importante de la comunidad demandaba que la planta regresara a la comuna (13) sin importar los costos ambientales ni los efectos que la actividad pecuaria industrial pudiera tener en su salud, la de sus familias o en otras actividades de la zona como la pequeña agricultura.

Por ello, en las siguientes líneas quisiéramos advertir, o más bien recordar, que la industria acuícola no sólo daña el medioambiente, sino que además genera malos empleos, lo que suma otra buena razón para rechazar su instalación en la región del Bio-Bío. Y segundo, porque no todo es crítica, quisiéramos esbozar una línea de desarrollo alternativo que pudiera hacer frente a una eventual crisis económica y del empleo en la región.

Sí, la acuicultura genera empleos, pero ¿de qué tipo?

Hay que desmitificar la promesa de empleos de la acuicultura a gran escala. Para ello tenemos varios argumentos que invitan a la reflexión sobre una industria que pese tener enormes tasas de ganancia y ser uno pilares del modelo económico basado en la exportación -superando a productos estrella como el vino y la celulosa- exhibe una serie de deficiencias estructurales en materia de empleos.

Exportaciones 2014

Participación relativa

Ganancia en millones de US$

Cobre

50,0%

37.872

Frutas

6,4%

4.862

Salmón

4,8%

3.655

Vino

2,0%

1.545

Celulosa

3,4%

2.585

Fuente: Departamento de Estudios, Ministerio de Relaciones Exteriores, DIRECON, sobre la base de cifras del Banco Central de Chile.

En primer lugar, si pensamos en los centros de engorda en mar abierto -también llamados off shore- como los que se pretenden instalar en la región del Bio-Bío, es un hecho conocido que estos no absorben una cantidad considerable de fuerza de trabajo por sí solos. En operaciones propias de dichos centros como son la alimentación de los peces o la cosecha de estos para su posterior traslado a las plantas de proceso, la automatización es casi total. Ahora bien, de manera indirecta, el producto cosechado de esos centros de engorda si crea puestos de trabajo. ¿Dónde? En las plantas de proceso. Esto podría ser una buena noticia, salvo por el hecho de que esas plantas no necesariamente estarán establecidas dentro de la región y, también, porque hay cifras, estudios y cientos o miles de relatos que no dejan la mejor imagen de las condiciones de trabajo al interior de esas plantas.

Las plantas de proceso de productos acuícolas y pesqueros se han convertido en un auténtico símbolo de la precariedad y la explotación laboral. En pleno apogeo del salmón, antes de la crisis del virus ISA, cuando todo iba “bien”, el reporte del año 2005 de Kremerman, Pinto y Pizarro, “Cultivando Pobreza: Condiciones laborales en la salmonicultura” (14), nos entregaba los detalles de las duras condiciones de trabajo en el principal rubro de la industria acuícola, la salmonicultura. Cinco años después, el artículo “Análisis de las condiciones laborales durante la crisis en la industria chilena del salmón” de Ganga, Burotto y Silva (2010) confirma que nada ha cambiado con el paso de los años y, retomando el trabajo de Kremerman, Pinto y Pizarro, resumen las condiciones laborales de la industria en los siguientes puntos:

  • “Sueldos excesivamente bajos: el 80% de los trabajadores recibe menos de $200.000 (US$ 385,7) al mes.*

  • Alta variabilidad de las remuneraciones. Cerca del 30% de la remuneración depende de un bono de producción, a diferencia de Noruega donde sólo es de un 3,3%.

  • La subcontratación es una práctica creciente y asociada a precariedad, desprotección y trato discriminatorio.

  • 53% de los trabajadores no posee seguro de vida y el 78% carece de seguro de invalidez.

  • 58% de los trabajadores evalúa como regular, malas o muy malas las condiciones de higiene y seguridad de su empresa.

  • 3 de cada 10 trabajadores señala haber sufrido algún accidente o enfermedad asociada a su trabajo.

  • Los trabajadores sufren serias dificultades para configurar organizaciones sindicales, principalmente por la resistencia y presión ejercida por el empresariado.

  • La situación de la mujer es de cuidado. En muchas empresas existe un elevado nivel de incumplimiento de los principales derechos laborales, como tiempos de amamantamiento y turnos más livianos para mujeres embarazadas. “ (15)

Podríamos suponer que ahora, a más de 10 años del primer diagnóstico, las malas prácticas laborales han cambiado. Frente a la falta de estudios empíricos recientes en este ámbito recurrimos al relato de un trabajador de amplia experiencia en plantas de proceso, entre ellas una gigante del sector: Camanchaca. Rápidamente advertimos que suponíamos mal.

Nuestro entrevistado sostiene que en las plantas de esa empresa, de la totalidad de los trabajadores, apenas un 20-30% se encuentran con contrato indefinido. El 70% restante (o más) sólo son contratados por faena. En términos salariales, el sueldo base de esta enorme mayoría de trabajadores eventuales se limita al mínimo legal con sus descuentos correspondientes, señala el ex trabajador de Camanchaca. Al igual que hace 10 años, se trabaja “a destajo” por un bono de producción que dignifique el escuálido monto del salario mínimo nacional. Agrega además, que el régimen “por producción” incentiva el sobresfuerzo laboral, por lo que las enfermedades musculo-esqueléticas asociadas a la repetitiva actividad manual están a la orden del día, no así las licencias médicas o las jubilaciones por invalidez.

Un dato no muy auspicioso en términos de malas prácticas labores sobre los proyectos que anuncian llegada a la región del Bio-Bío: Detrás de Cultivos Pelícano, la empresa que amenaza el borde costero de Cobquecura, se encuentra la familia Stengel, familia ligada a Camanchaca Pesca Sur (16) y célebres por ser una de esas familias que se sindican como los dueños del mar chileno luego de la aprobación de la llamada “Ley Longueira” (17).

Trabajos con fecha de expiración.

El año 1987 la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, elaboró para la ONU el informe “Nuestro futuro común”. En ese documento –conocido también como “Informe Brundtland”- se utilizó por primera vez la expresión “desarrollo sostenible” y fue definida como la satisfacción de “las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades” (18). Originalmente esta definición hacía referencia a la dimensión ecológica. A casi treinta años de la publicación de ese informe, es evidente que la industria acuícola chilena no ha alcanzado ni siquiera estándares mínimos en relación a la sostenibilidad ambiental. No obstante, actualmente la noción de sostenibilidad también se aplica a las dimensiones social y económica. En esos casos, el concepto se refiere a la capacidad de, por ejemplo, una empresa, para “perpetuar en el tiempo” su actividad. En ese sentido, quisiéramos examinar la capacidad de la industria acuícola de sostener fuentes de trabajo a través del tiempo.

Corría el año 2007 y la pujante industria salmonera se ve remecida con la aparición del virus ISA o Anemia Infecciosa del Salmón. Las pérdidas en el sector fueron enormes y eso lo sintieron los trabajadores: Se registraron 26 mil despidos (19). Como las hipótesis que explicaban la proliferación de este virus apuntaban a las malas prácticas sanitarias de las salmoneras, las empresas del rubro se vieron obligadas a mejorar en algún grado sus protocolos y estándares productivos. La industria eventualmente se recuperó al punto que las cifras de producción recientes duplicaban a las del 2007 con alrededor de 800 mil toneladas al año. Sin embargo este buen momento se eclipsa con una nueva crisis que golpea al sector, un “bloom de algas” que supuestamente tendría orígenes climáticos, aunque mujeres y hombres de mar en la región de Los Lagos aseguran que esta nueva crisis tendría su raíz en el mal manejo sanitario de la industria otra vez. En términos laborales esto ya se ha traducido en 5000 despidos (20). Lejos de los centros de engorda, en la planta de proceso de Camanchaca ubicada en la comuna de Tomé, Bio-Bío, a unos pocos kilómetros de Cobquecura también han comenzado a desvincular trabajadores a causa del llamado “bloom de algas” (21).

Pero no sólo las crisis ambientales afectan duramente a la industria. A su insostenibilidad ecológica, se suman una serie de factores que en su informe “Análisis Razonado de los Estados Financieros Consolidados” (2014-2015) (22), Camanchaca denomina “variables críticas”. Con esa expresión la empresa se refiere, entre otros factores, a la extrema sensibilidad de la actividad frente a los vaivenes de la oferta y demanda internacional, a la dura competencia con productores extranjeros y a las fluctuaciones en los costos de producción en suministros tan básicos como el combustible para el transporte. Como si fuera poco, durante el último tiempo, a esas variables se han venido a agregar los factores que han configurado lo que los empresarios han denominado la “tormenta perfecta”: “un rápido crecimiento, problemas sanitarios, antibióticos y reputación, falta de regulaciones inteligentes, lenta consolidación, escasez de financiamiento y adversos tipos de cambio” (23). Todo ello nos dibuja una industria acuícola sumamente frágil.

Y aunque podríamos esperar que en una industria que factura enormes tasas de ganancia y que puntea en el mercado global, estas variables críticas se gestionaran con un sello de responsabilidad social hacia los que agregan valor a los productos. Lo concreto es que a cada problema o “variable crítica” la industria ha respondido cortando por lo más delgado, vale decir despidiendo trabajadores. Socializan las pérdidas y privatizan las ganancias.

En resumen, hablar de empleos en la acuicultura a gran escala es hablar de empleos mal remunerados, precarios y, además, con pronta fecha de expiración.

Una alternativa

El modelo económico chileno ha tocado fondo. Las viejas industrias, vestigios del pasado modelo desarrollista, se extinguen. Paralelamente, su reemplazante, la matriz productiva basada en el extractivismo para la exportación de materias primas y mercancías de bajo valor agregado, comienza a mostrar grietas. El extractivismo ha convertido prácticamente todo el territorio nacional en una auténtica “zona de sacrificio”. Si no es minería y sus relaves, son agroindustrias y sus pesticidas; si no son plantaciones forestales de especies invasoras, son salmoneras ecocidas; si no son termoeléctricas que oscurecen el cielo, son represas que inundan lo vivo. No han dejado nada. Y todo con la venia y gentil auspicio del Estado chileno que no sólo se conforma con una débil legislación ambiental, sino que además, con su vocación subsidiaria, ha apoyado financieramente a los grandes capitalistas forestales y salmoneros con sumas estratosféricas que ya quisiéramos ver invertidas en las Pymes o en salud o en educación. Por una cuestión ética no corresponde que el dinero público termine en mano de privados.

En lo que respecta al empleo, el modelo extiende cada vez más la precariedad laboral, desvalorizando el trabajo al punto que tiene a la mitad de los operarios, obreros, empleados, oficinistas -e incluso técnicos y profesionales- chilenos percibiendo un ingreso mensual inferior a $ 305.000 (24). En contraste, el empresariado obtiene groseras utilidades.

Es concluyente que las llamadas “externalidades negativas” de la acumulación de capital de algunos pocos, han hipotecado el futuro de muchos y eso, por supuesto, no es justo.

Así es como llegamos a la vieja pregunta “¿Qué hacer?”. O mejor dicho, en vistas de que no existe voluntad empresarial ni política de –por lo menos- mejorar -en algo- las condiciones bajo las que opera su modelo de acumulación ¿Qué hacer al corto y mediano plazo para no ser víctimas de la precariedad laboral ni cómplices de la irracionalidad económica? En paralelo a la denuncia y rechazo activo a estos flagelos del modelo y al fortalecimiento del tejido social a través instancias de organización barrial, estudiantil y sindical, un buen comienzo sería intentar materializar aquí y ahora una “utopía real” como sugiere Erik Olin Wright, académico de la Universidad de Wisconsin que ha encontrado inspiración en las cerca de 350 empresas recuperadas que actualmente existen en Argentina y que son gestionadas en forma cooperativa por sus propios trabajadores bajo los principios de solidaridad, igualdad y democracia efectivos (25).

En Chile, con la legislación actual, se pueden organizar fácilmente y sin mucho trámite cooperativas de trabajo, de consumo, redes de economía solidaria, etc. que pueden convivir con el mercado, pero a la vez representan una alternativa a este. También existen múltiples oportunidades de fondos y créditos para el tan manoseado “emprendimiento”, concepto que podemos sacar de la lógica del luchador o luchadora que le gana a la vida y sale adelante por si sólo y abordarlo de manera colectiva. Este paso mínimo abre la posibilidad inmediata de: 1) escapar de los circuitos de la precariedad laboral y los bajos salarios y 2) comenzar a experimentar las posibilidades y límites de los distintos modelos de economías alternativas que andan dando vuelta por allí fuera y que si no tienen tanto éxito es porque aún son experiencias aisladas. Hablamos de las viejas –pero aún vigentes- propuestas de autogestión productiva que históricamente han levantado grupos sociales tan amplios y diversos como son cooperativistas, socialistas, libertarios, social-cristianos, humanistas, etc. Hablamos también de propuestas académicas como la “economía participativa” (ParEcon) que pregonan Michael Albert y Robin Hahnel en EE.UU o la “economía a escala humana” que hace bastante tiempo ya sugirió el profesor de la Universidad Austral de Chile, Manfred Max-Neef. Y nos referimos especialmente a las mil y una fórmulas de economía social, ecológica y solidaria que levanta gente común y corriente, a pulso, en distintas partes del mundo, creando valor con trabajo genuino y decente, disminuyendo el impacto en el medio ambiente y contribuyendo a generar una sociedad menos desigual.

En ejemplos concretos y en relación a los recursos del mar, decimos que no queremos que se den concesiones a proyectos de acuicultura a gran escala ni tampoco que se siga permitiendo la pesca de arrastre en el borde costero de la región del Bio-Bío. Quisiéramos acceso colectivo a los recursos marinos tal como demandaron las comunidades Mapuche-Lafkenche en el 5to Congreso Lafkenche, celebrado en Lebu en febrero del 2016 (26). Y con acceso colectivo, quisiéramos otra lógica de explotación, producción y comercialización de los recursos. Quisiéramos, por ejemplo, sindicatos y/o cooperativas y/o asociaciones de pescadores dedicados a la pesca artesanal sostenible, que diversifiquen y complementen su actividad principal con sistemas de acuicultura de pequeña escala como ya sucede en varias caletas del norte de Chile. Quisiéramos pescadores y pequeños acuicultores organizados para comercializar sus productos en circuitos comerciales locales, tal como ya ocurre con varios pequeños agricultores a lo largo y ancho del país. Por ahora parece lejano, pero lo cercano, es decir el modelo actual, simplemente no da para más.

  • Andrés Fonseca López es Licenciado en Filosofía y Diplomado en Políticas Sociales, Pobreza y Territorio en América Latina. Artículo publicado en Estudios del Trabajo www.estudiosdeltrabajo.cl

Notas

* Esta cifra la podemos actualizar en $250.000 pesos, el salario mínimo legal a la fecha. No obstante, el dato es elocuente reflejando una tendencia a la pauperización de los trabajadores.

Referencias

(1) INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (2016). Empleo trimestral. Edición No 209. Disponible en: http://www.ine.cl/descarga.php?archivo=786&codigo=ff56yVfNHOqTNF2w

(2) BIOBIOCHILE.CL (2016). Desempleo bajo a un 7,1% en la región del Bio-Bío. Disponible en: http://www.biobiochile.cl/2016/04/29/desempleo-bajo-a-un-71-en-la-region-del-bio-bio.shtml

(3) BIOBIOCHILE.CL (2010). Cifras de desempleo no consideran comunas con alta cesantía como Curanilahue, Tomé y Penco. Disponible en: http://www.biobiochile.cl/2010/08/31/cifras-de-desempleo-no-consideran-comunas-con-alta-cesantia-como-curanilahue-tome-y-penco.shtml

(4) CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES (2015). Región del Bio-Bío. Síntesis regional. pp. 19-20. Disponible en: http://www.cultura.gob.cl/wp-content/uploads/2015/08/Informe-Biob%C3%ADo-final.pdf

(5) DIARIO U CHILE (2016). Análisis económico: vientos de una nueva crisis. Disponible en: http://radio.uchile.cl/2016/01/12/analisis-economico-vientos-de-nueva-crisis-economica

(6) DIARIO CONCEPCIÓN (2016). Más de 400 pymes peligran en Bío Bío por crisis del acero. Disponible en: http://www.diarioconcepcion.cl/?q=node/5658

(7) EL SUR (2016). Salmoneras ya han ingresado 72 solicitudes para instalarse en la región. El Sur. Disponible en: http://www.elsur.cl/impresa/2016/03/31/full/cuerpo-principal/5/?utm_source=pagina&utm_campaign=soychile&utm_medium=6

(8) CAPITAL (2015). El grito de Cobquecura. Disponible en: http://www.capital.cl/poder/2015/12/23/091239-el-grito-de-cobquecura

(9) EL CIUDADANO (2008). Héctor Kol, biólogo: La ciencia ha sido sometida al poder del dinero. El Ciudadano. Disponible en: http://www.elciudadano.cl/2008/10/24/3880/hector-kol-biologo-la-ciencia-ha-sido-sometida-al-poder-del-dinero/

(10) TORRES, Vladia. (2016). Crisis en Chiloé: que la urgencia no oculte la relación entre salmonicultura y Estado subsidiario. Disponible en: http://www.eldesconcierto.cl/debates-y-combates/2016/05/05/crisis-en-chiloe-que-la-urgencia-no-oculte-la-relacion-entre-salmonicultura-y-estado-subsidiario/

(11) APARICIO, Abraham. (2006). Efectos psicosociales del desempleo. En: Revista de Investigación Social, México DF, 2(3), 67-82. Disponible en: http://www.economia.unam.mx/profesores/aaparicio/Efectos.pdf

(12) KOL, Héctor (2016). La crisis salmonera y el “moon-walker” de la CUT Llanquihue [Mensaje en un blog]. Disponible en: http://sinrepresassinsalmoneras.blogspot.cl/2016/02/la-crisis-salmonera-y-el-moon-walker-de.html

(13) BIOBIOCHILE.CL (2015). Vecinos de Freirina piden regreso de planta de cerdos por presunta cesantía extrema. Disponible en: http://www.biobiochile.cl/2015/02/03/vecinos-de-freirina-piden-regreso-de-planta-de-cerdos-por-presunta-cesantia-extrema.shtml

(14) KREMERMAN, Marcos, PINTO, Francisco y PIZARRO, Rodrigo. (2005). Cultivando Pobreza: Condiciones laborales en la salmonicultura. Disponible en: http://www.terram.cl/2005/04/20/rpp_n18_cultivando_pobreza_condiciones_laborales_en_la_salmonicultura/

(15) GANGA, Francisco, BUROTTO, Juan y SILVA, Daniela. (2010). Análisis de las condiciones laborales durante la crisis en la industria chilena del salmón. Disponible en: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-85972010000300002

(16) CAPITAL (2015). El grito de Cobquecura. Disponible en: http://www.capital.cl/poder/2015/12/23/091239-el-grito-de-cobquecura

(17) RADIO U CHILE (2012). ¿Cuáles son las siete familias a las que se les acusa de apropiarse del mar chileno? Disponible en: http://radio.uchile.cl/2012/11/11/%C2%BFquienes-son-las-siete-familias-a-las-que-se-les-acusa-de-apropiarse-del-mar-chileno

(18) NACIONES UNIDAS (2016). Desarrollo sostenible. Disponible en: http://www.un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml

(19) REVISTA KAWESQAR (2015). ISA: El Virus que marcó la historia del Salmón en Chile. Disponible en: http://www.revistakawesqar.cl/isa-el-virus-que-marco-la-historia-del-salmon-en-chile/

(20) PULSO (2016). Industria salmonera desvinculará a unas 5 mil personas luego del término del bloom de algas. Disponible en: http://www.pulso.cl/noticia/empresa---mercado/empresa/2016/04/11-82999-9-industria-salmonera-desvinculara-a-unas-5-mil-personas-luego-del-termino-del.shtml

(21) BIOBIOCHILE.CL (2016). Tomé pierde 400 puestos de empleo: desvinculan a trabajadores en pesquera Camanchaca. Disponible en: http://www.biobiochile.cl/2016/04/04/tome-pierde-400-fuentes-de-empleo-desvinculan-a-trabajadores-en-pesquera-camanchaca.shtml

(22) CAMANCHACA S.A. (2015). Análisis Razonado de los Estados Financieros Consolidados. Disponible en: http://www.camanchaca.cl/wp-content/uploads/2015/05/Camanchaca-AR-2015-Q1.pdf

(23) RADIO DEL MAR (2015). Ahora es Marine Harvest que afirma que salmoneras chilenas viven una tormenta perfecta. Disponible en: http://www.radiodelmar.cl/2015/11/ahora-es-marine-harvest-que-afirma-que-salmoneras-chilenas-viven-una-tormenta-perfecta/#

(24) FUNDACIÓN SOL (2016). Los verdaderos sueldos de Chile. Panorama actual del valor del trabajo utilizando encuesta NESI 2014. Disponible en: http://www.fundacionsol.cl/estudios/los-verdaderos-sueldos-de-chile-panorama-actual-del-valor-del-trabajo-nesi2014/

(25) WRIGHT, Erik Olin (2016). Un anticapitalismo del siglo XXI. Disponible en: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/un-anticapitalismo-del-siglo-xxi/

(26) ECOCEANOS (2016). Mapuche-Lafkenche reafirman eliminar Ley de Pesca chilena y demandan acceso colectivo al mar. Disponible en: http://www.ecoceanos.cl/?p=1981

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