Después del 27 de febrero, quedó destruida la idea de que lo privatizado representa la eficiencia y calidad que lo público nunca entregó. La distribución del agua potable fue deficiente en varios lugares que terminaron por abastecerse de punteras y vertientes, que por su contaminación, provocaron enfermedades en quienes bebieron de ellas.
En Talcahuano la reposición del agua potable todavía no se hacía en su totalidad, cuando ESSBIO ya anunciaba que estaba todo funcionando. En Dichato, en abril, ESSBIO acudió hasta ahí a dejar en las ruinas de las casas de los vecinos, las boletas de pago del servicio. Pero este panorama ya lo predecían importantes sectores sociales que se opusieron a la privatización de la Empresa de Servicios Sanitarios de Bío Bío.
El año 2000 R. Lagos asumía la presidencia y ese mismo año concretaba la privatización de ESSBIO que había dejado inconclusa E. Frei. ESSBIO fue puesta en venta con los tradicionales argumentos: no es rentable, es ineficiente y termina siendo una carga para el fisco. Sin embargo, estas excusas fueron desmentidas por el economista Hugo Fazio, quien publicó que ESSBIO, en 1999 tuvo una rentabilidad de 11,05%, entregando al Estado $ 8.500 millones de pesos.
El primer trimestre de 2009, la canadiense "Ontario Teachers" que controla actualmente la sanitaria ganó $15 mil millones de pesos. Esta diferencia, con las ganancias del '99, son el fruto del alza sostenida que ha tenido el agua potable, soportada por muchas familias con el subsidio que el Estado les entrega. Este 2010 los subsidios llegaron a 111.491 en la región, representando un gasto fiscal de más de 5 mil millones de pesos. A nivel nacional, este subsidio, ha experimentado una notoria alza desde el 2002, llegando este 2010 a ser de 37 mil millones de pesos, significando un nuevo gasto fiscal.
Cuando se privatizó ESSBIO, otras sanitarias en Santiago y Valparaíso, ya habían sido privatizadas e implementaban alzas de precio. Hugo Fazio relata que Eduardo Arriagada, presidente del Sistema Administrador de Empresas Estatales, dio la gran idea de que se subieran los costos, antes de privatizar ESSBIO, para que no se culpara a la privatización de las alzas.
Aunque se realizó un plebiscito en la región, donde participaron 136.783 personas y el 99,02% de ellas rechazó la privatización, Lagos la hizo igual. Uno de los promotores de este plebiscito, Edgado Condezza, plantea que si bien no se logró detener la privatización, en gran parte de la ciudadanía quedó claro que no se le había consultado, negando la posibilidad de participar en esta trascendente decisión. Condezza agrega que, la realización de plebiscitos y consultas, son herramientas democráticas que deben alcanzar un lugar decisivo en nuestra comunidad.