Por Felipe Soto Cortés
La tropa de asalto independiente se subió a la Convención dándole una nueva estocada a una derecha tradicional, neoliberal, conservadora y corrupta, cuya situación electoral la deja en el suelo, fuera del margen de su propia definición como pacto “bloqueante”, pues su debacle es tal que ni siquiera alcanzaron el tercio del quórum suficiente para paralizar las medidas más importantes que puedan darse al interior de la Convención, mecanismo que han utilizado en todo el período de la transición: no lo vieron venir ni en sus peores pesadillas. La llegada a la Convención de portavoces independientes hace naufragar la representación de todos los partidos que se han turnado en el poder político desde la dictadura hasta la fecha, una situación abierta e inesperada que da la razón a algunos analistas -que en su tiempo quedaron, al menos, de ilusos- que plantearon desde la firma del acuerdo del 15 de noviembre, el pueblo debía ser capaz de ganar la Convención e impedir el tercio de la derecha a través de un amplio pacto de independientes. Bajo una táctica distinta, completamente improvisada, debido a lo acotado del tiempo de campaña en un contexto de pandemia, con reglas que potenciaron las campañas de los partidos, enfrentando la dificultad de reunir firmas, conocerse y hacer pactos, lidiar y resolver luchas intestinas de organizaciones sociales y competir con los millonarios financiamientos a candidatos proempresariales, la oleada independiente logró a través de listas completamente independientes y en otros casos, en cupos que abrieron para independientes algunos partidos, llegar a la Convención y continuar profundizando con el triunfo popular en las urnas, conseguido en el plebiscito de Octubre del 2020, donde cerca del 80% de las chilenas y chilenos exigieron una nueva Constitución. Te puede interesar| De la coyuntura electoral a la recuperación de la iniciativa popular El dique de contención se ha roto, dejando al neoliberalismo chileno con una representación ínfima en la institución que definirá el articulado que regirá la vida política del país en las próximas décadas. El Estallido Social Chileno sigue así librándose de su vampiro dictatorial de más de 30 años. Por esta razón, los derrotados en las urnas no escatimarán recursos para cooptar de alguna manera la Convención, ya sea a través de su reglamento, su representación en cupos claves, dividiendo con la “compra” de votos, nuevas alianzas con partidos o individuos vacilantes, etc. Es decir, la derecha agonizante apostará a todas las formas de lucha. Vamos a ver como reaccionará el pueblo chileno frente a una posible traición de algún “independiente” o de algún portavoz del apruebo. Lo que se viene, es alienígena. https://www.youtube.com/watch?v=pZ45eT5X-5M