[resumen.cl] Hostigamientos y requisamiento de mercadería ordenados por la Municipalidad del democratacristiano, Álvaro Ortiz, han debido sufrir durante los últimos días los comerciantes ambulantes de las afueras del Hospital Regional de Concepción. Los trabajadores deben irse con sus bolsillos vacíos, a una cuarentena bastante difícil de cumplir.
Una de las principales críticas que se plantea a la aplicación de las cuarentenas es que los trabajadores y trabajadoras que viven con lo que ganan diariamente, como los comerciantes ambulantes, no pueden respetarla pues deben cubrir sus necesidades básicas. Una situación que se ha complejizado más cuando se asocia su presencia en las calles a la presencia del Covid-19 en la ciudad.
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En este contexto, durante los últimos días, funcionarios municipales y Carabineros han hostigado a los comerciantes ambulantes que se instalan en las afueras del Hospital Regional de Concepción.
Según señalan, ellos no son los que han promovido estar en la calle “ilegalmente”. Hace un tiempo presentaron un proyecto para ser incorporados a la ciudad con recintos acordes con el sector residencial y hoy deben vivir en la precariedad absoluta, vendiendo en la calle, debido a que esto no fue solucionado y fue postergado por la Municipalidad y el Gobierno Regional.
Mauricio Concha, parte del sindicato de trabajadores ambulantes que se ubican en la intersección de Janequeo con San Martín, en las afueras del Hospital, señaló a Resumen que las autoridades buscan asociarlos con el Covid -19 y que además han hecho oídos sordos a sus peticiones. “Como sindicato organizado de trabajadores ambulantes nosotros le presentamos un ante proyecto al Alcalde para poder regularizar nuestra situación, y el junto a Humberto Toro, quedaron de verlo y presentarlo al CORE y a todos los entes correspondientes […] A eso se comprometió el Alcalde y ahora sale con otro discurso”
El dirigente apunta a que hay una nula voluntad política del Alcalde, Álvaro Ortiz, para solucionar la problemática. Explica que años anteriores han sido duramente perseguidos y hostigados de la mano de Ortiz y de la Cámara de Comercio penquista, pero que desde el estallido social hasta hace pocos días, se les había permitido trabajar porque habían continuas protestas en el centro. Sin embargo, los últimos días, de manera oportunista se buscaría sacarlos de los lugares apelando a la contingencia Covid-19.
Es decir, se busca sacarlos de la calle -tras negarles un recinto - sin pensar en que es su forma de ganarse la vida diariamente. Insólita situación pensando que la cuarentena apuntaría al bien común.
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Consultado por si había una suerte de ofrecimiento, un bono o algún tipo de remuneración de parte del Municipio o del Estado para que los ambulantes pudieran estar aislados en sus casas, Concha explica que no hay absolutamente nada y que todos los comerciantes deben vivir al día, pagar cuentas y mantener a sus familias, por lo que no pueden irse a sus casas sin trabajar.
Según la Fundación SOL, hay alrededor de 3 millones 600 mil trabajadores que se ven en serias dificultades para quedarse en la casa porque carecen de un contrato que les de protección y que además no tienen ninguna garantía del Estado que les de un respiro económico.
