Dentro de las formas de producir conocimiento occidental, el sentido de la vista adquiere un rol predominante. Sin duda, lo visual, impera en nuestra forma de aprehender nuestros entornos, por lo que pensar-interpelar ese relato no sólo es disruptivo sino que se convierte en una posibilidad única de hacer girar las esferas educativas, sociales y artísticas. En ese marco, volver lo acústico importante, para desde ahí activar una lectura relacional y crítica de lo que nos rodea, ha sido la pulsión que ha hecho sentido a Valentina Villarroel y Camila Arzola, de AOIR Laboratorio Sonoro. Su trabajo ha sido constante, tanto en lo formativo como en lo creativo, siendo valorado entre sus pares a nivel nacional y promoviendo el reconocimiento del patrimonio sonoro en la región.
Paulina Barrenechea Vergara / resumen.cl
Antes que ellas, hay todo un archivo de experimentación con el sonido, cuyos aportes globales han sido, fundamentalmente, de mujeres, que tensionando estereotipias construyeron nuevos modos de hacer en la electrónica, las artes sonoras y en las posibilidades que lo acústico tiene en sus diferentes áreas. AOIR Laboratorio Sonoro recoge esas genealogías y acciona en forma renovadora, desde el presente, situando la dimensión sonora desde sus derivas, sobre todo, políticas. Entre su accionar más relevante están los Talleres Sonoros y la plataforma cartográfica AOIR, que localizan su interés en activar, registrar y difundir la memoria sonora, de nuestra región. Se suma a ello, los cruces e intersecciones que ambas imprimen a su trabajo artístico, donde la experimentación acústica y visual han conformado un proyecto transdisciplinario, musical, sensitivo y profundamente incómodo para los relatos musicales tradicionales.
[caption id="attachment_78476" align="aligncenter" width="1280"] AOIR[/caption]
Por tercer año, AOIR se entrama al Día Mundial de la Escucha (WLD), celebrado cada 18 de julio, organizando una serie de actividades desde Concepción. Se trata de una extensión de su accionar permanente durante el año y- que en esta contingencia- adquirió la forma de un llamado colectivo a construir un archivo sonoro de rituales que será presentado, precisamente, este próximo 18 de julio. Ad portas de ese lanzamiento, nos encontramos con Valentina y Camila para dialogar en torno a la trayectoria de AOIR, aquello que define su práctica, los afectos y saberes que se desprenden del reflexionar sobre el sonido como una micropolítica.
Ustedes llevan trabajando juntas un tiempo largo y han generado todo un archivo de obra conjunta. ¿Cómo se activa el cruce entre sus trabajos y cuál creen es la pulsión vital que ha logrado darle sentido en el tiempo?
Camila: “El trabajo de Valentina, que es lo sonoro, y mi trabajo, que viene de lo visual, lo entendemos desde la premisa de que ambos lenguajes pueden transformar a la otra. Que lo sonoro puede ser visual y lo visual sonoro, y desde ahí tratamos de crear una obra, concierto o instalación, y entregarla a modo de experiencia. Son lenguajes básicos y elementales, que pueden traducirse unos a otros, pero también mezclarse o hacer una serie de relaciones entre ellos”.
Valentina: "Con relación a la pulsión vital, uno de los puntos esenciales es que tenemos los mismos intereses con Camila, los mismos gustos, trabajamos las dos desde el ámbito de las artes y tenemos una confianza y el respeto con el trabajo mutuo”.
Camila: “Somos una pareja que está haciendo arte y trabajamos desde la admiración de la una con la otra, además de cómo nos vamos sintiendo a partir de la admiración y la sorpresa de cada proceso. También ver obras de otras personas, de amigas que nos inspiran, de artistas en el pasado. Todo ello le da sentido a nuestro trabajo y permite que permanezca en el tiempo. Lo que estamos haciendo nosotras es un proceso constante, estamos todo el rato alimentando nuestro quehacer y, en ese mismo proceso, nos vamos retroalimentando. Hay mucho de exploración y contemplación en materia sonora y muchas veces ocupamos alguno de esas acciones como parte de nuestra metodología”.
Y en ese sentido, ¿Qué creen que define su accionar? ¿Cuáles son esas dimensiones políticas que ustedes reconocen están detrás del Laboratorio AOIR?
Valentina: “El trabajar con el sonido me ha llevado a que, como paisajista sonora o recolectora de sonidos, también me sienta una activista. Detrás de este accionar hay un fin. Todo este archivo de sonidos y el levantamiento de esta documentación sonora es con el objetivo de generar algo, para hacerte reflexionar y poner en evidencia una problemática. Creo que el activismo sonoro, si o si, está presente en el trabajo de AOIR Laboratorio, enfocado en el paisaje sonoro y en la escucha; y, también, en los talleres que hacemos. De todo ello se relevan álbumes y archivos que resaltan lo bello que puede ser un lugar, pero, al mismo tiempo, poner en evidencia el peligro en el que están”.
Camila: “Bueno, una segunda dimensión política que toma este accionar está en los conciertos, donde estos registros que menciona Valentina, también, tiene su correlato en registros visuales y videos que yo realizo. En el concierto sonoro visual y de música experimental, ponemos en evidencia la noción de ruido o de ruido visual, deconstruyendo, por ejemplo, las armonías y los cánones que están presentes en la música tradicional. Lo que hacemos es deconstruir una serie de parámetros musicales en un concierto sonoro”.
Valentina: “Hablamos de la presencia de las mujeres en este ámbito, es decir, estamos trabajando con instrumentos que mayoritariamente están asociados al rol masculino. Trabajamos con tecnologías y con dispositivos electrónicos, entonces, poder abordar la naturaleza y el medio ambiente tiene que ver con un activismo que es también, feminista”.
Camila: “Son varias decisiones que tal vez no están tan explícitas, pero que siempre están presentes en los conciertos, en los talleres y en todo”.
Tanto los Talleres Sonoros como la plataforma cartográfica AOIR invitan a pensar acerca de las implicancias de los paisajes y la memoria sonora de un territorio. En ese marco, ¿Qué relatos incomoda o tensiona el patrimonio sonoro?
Valentina: “El sonido es más que esa condición perpetua, establecida y declarada de algo que suena y que se manifiesta. A nosotras nos interesa la deriva, la evolución de los sonidos en una ciudad y lo que el paisaje sonoro da cuenta. Por eso nos gusta más hablar de paisaje sonoro, que nos parece más dinámico y que va variando en el tiempo. Por ejemplo, los elementos naturales, los paisajes, los espacios urbanos, climáticos, las tecnologías, todo eso, todas esas devoluciones, nos interesa capturar o dejar en evidencia”.
Camila: "Yo creo que los relatos que tensiona o incómoda este manifestar el paisaje sonoro es poner en evidencia los cambios. Cómo han afectado a un paisaje, comunidad o territorio, como se ven amenazados, aniquilados, devastados. A partir del registro del sonido de un lugar, de su paisaje sonoro, se puede poner en evidencia la ausencia de aves, por ejemplo, en algún sector de humedales o la ausencia de agua en lugares que antes sí tenían agua”.
Valentina: “También hablar de la situación de las tecnologías. Asimismo, la situación ecológica y política de un lugar, pues de todo eso puede hablarnos el paisaje sonoro de un país o de una ciudad. Tensiona lo que había y cómo reconocemos el territorio. Eso tiene mucho que ver el registro, por ejemplo, de las manifestaciones feministas que se han realizado. Nosotras tenemos mucho material sobre eso”.
Camila: “Me imagino los mismos bosques de monocultivo que, en algún momento, el sonido en su interior evidenciaba una biodiversidad única y un sistema más complejo de diferentes sonidos. Después de 10 años, el registro puede ser totalmente diferente, con ausencias de especies, por ejemplo, y es ahí como el registro de un paisaje sonoro es relevante e incomoda una narrativa”.
Su trabajo ha tenido una fuerte deriva en el ámbito educativo. ¿Porqué es relevante pensar lo sonoro desde lo educativo y la mediación?
Camila: “Nosotras percibimos que este trabajo estaba haciendo muy hermético y que era necesario mediarlo y difundirlo. Por eso la celebración del día de la escucha y otras actividades que hemos estado haciendo desde arte y la tecnología han tenido ese objetivo”.
Valentina: “Nos interesa mucho acercarnos a las escuelas y liceos, a personas de temprana edad, pero también adultos. Creemos necesario que conozcan la disciplina, que conozcan sobre el arte sonoro, lo que es el paisaje sonoro y todo lo que estamos trabajando desde y para los sentidos . No solamente trabajar con la expresión artística, sino que, también, con el sentir y el respeto. Promover en los docentes la motivación para que incentiven en los estudiantes el saber de la escucha no sólo a través del oído sino que en el sentir del cuerpo y desde la energía que está en todos lados. Cuando hacemos los talleres, tratamos de dejar en claro que el paisaje sonoro es una expresión de la vida cotidiana y una forma de entender nuestra sociedad.”
Algo de esto ya han mencionado, pero como mujeres en el ámbito de la cultura y relacionadas con el ámbito de la técnica, hasta hoy espacio masculinizado, ¿cómo ha sido su experiencia profesional y cómo creen que se puede hacer una diferencia que marque futuras generaciones de mujeres en dicho escenario?
Camila: “La diferencia va a estar marcada por el hecho de respetarnos y valorarnos entre mujeres, entre diversidades y disidencias sexuales y de género, sabiéndonos parte de minorías que han sido excluidas en su trabajo invisibilizado. Reconocernos, solidarizar y colaborar en el traspaso de conocimientos”.
Valentina: “Hemos realizado talleres enfocados en el trabajo con mujeres porque sabemos que es difícil, sobre todo, en el ámbito de la música. Nosotras tratamos de enseñar lo que hemos aprendido, tratando de que en los talleres se genere una confianza y una comunicación donde no sólo se compartan contenidos sino que se construya un espacio para compartir experiencias en el ámbito de lo técnico, en la autogestión. Para nosotras es súper importante y enriquecedor que tanto mujeres en Concepción, como personas que se reconocen dentro de minorías y diversas identidades sexuales y de género, cada vez más puedan acercarse y aprender sobre temas relacionados a lo técnico”.
¿Cuáles son las proyecciones que tiene el laboratorio?
Camila: “Tal vez está relacionado con la idea de mediación. A través de la producción de actividades y charlas, nos proyectamos como un laboratorio que va a seguir experimentando y encontrando nuevos formatos. Sentimos que es súper necesario visibilizar nuestra plataforma AOIR, cartografía sonora que es colaborativa. Queremos desarrollar más talleres, recorrer el territorio, reconociendo e identificando hitos de la ciudad. Ahora tenemos el Día de la escucha y esperamos pronto compartir otras novedades en nuestras redes sociales”.
Valentina: "Deseamos promover a nivel local más prácticas de artes sonoras e incentivar el interés por el sonido y su importancia cultural. Éste Día de la Escucha es una oportunidad de incentivar, promover y acercar a las personas para que conozcan estas áreas del sonido y el trabajo que hemos venido realizando desde hace seis años en la preservación de los archivos sonoros que contiene la cartografía sonora AOIR. Queremos alentar a la gente en la búsqueda de los paisajes sonoros, sobre todo en nuestra región y para otras generaciones”.
Este 18 de julio se celebra el Día Mundial de la Escucha y el Laboratorio AOIR mantuvo una convocatoria abierta para co crear un archivo sonoro de rituales. Su lanzamiento está programado para el próximo sábado 18 de Julio. Será transmitido de manera virtual en las plataformas y redes sociales del laboratorio, y será re transmitido durante todo el mes de Julio a través de diversos canales mediales y radiales colaboradores. Todos los detalles acerca del proyecto y su estreno lo puedes revisar en sus redes sociales.
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