Apaga la tele: Habemus papam

La dirección es de Nanni Moretti para esta producción ítalo francesa estrenada en 2011 y que creó cierta polémica. La historia trata acerca de la elección del papa tras la muerte de Juan Pablo II, pero es completamente ficción, se interna más bien en la psicología de los personajes.


Moretti es conocido por hacer ironía fina en su cinematografía y ésta no es la excepción, sin ser una cinta crítica, como otras que ha realizado, se interna en el pánico que aqueja a un cardenal tras su designación como nuevo papa, con este pie se inicia una película que reflexiona acerca de la vulnerabilidad de las personas, sus sueños truncos y los límites que su conciencia le impone.


Más allá del guión, el desarrollo de algunos personajes saca sonrisas y pensamientos alentadores y de los otros, con soltura y buena mano. Es una película inteligente y bien lograda, con actuaciones buenas y una producción a la altura, pues los escenarios vaticanos ya son un gran elemento para construir el arte y la fotografía, belleza y estilo que se aprovechan.


Con respecto a la crítica frontal que se pudiera esperar, esta no es tan presente, más bien escasa, se centra en escudriñar al ser humano tras el personaje, pero podría haber sido un profesor, un militar o un artista, no hay una feroz crítica a la iglesia, aunque si velada, que pasa casi inadvertida y en ningún caso es el nudo de la cinta.


Con la frescura necesaria, es una película que no tiene grandes monólogos acerca del alma humana, es ágil y entretenida, entrega elementos para que el espectador aumente sus juicios con más puntos de vista y especula acerca de una situación impensada pero que podría ser perfectamente real, he ahí el interés que despierta a poco andar la película.


Se echa en falta el tono político que tienen los cónclaves del colegio cardenalicio, por todos es sabido que allí se traman una serie de decisiones más que importantes y el filme abunda en la cordialidad y asume un tono de geriátrico monjil, con toques globalizantes que dudamos que tenga ese espacio de poder, lo que por otra parte ayuda a la comicidad del filme; no sé si sea un fallo notable de la cinta, pero podría haber combinado crítica y humor con más énfasis.


Finalmente, es una buena cinta, bien organizada y de planteamiento crítico, con los bemoles típicos que podemos hallar en una cinta sin género definido, es una película que podemos ver y comentar alrededor de una de las instituciones más cuestionadas en la actualidad, un aporte, sin duda.


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