Apaga la tele: Hambre
Ahora más que nunca tenemos medios para combatir la dictadura de los medios de comunicación, sobretodo la tele, la peor de todas y su programación sexista, racista, clasista y atontadora. Por lo mismo, aquí te ofrecemos reseñas de películas poco difundidas y que puedes descargar gratis desde internet.
El ejercicio de apagar la tele durante dos horas y mirarte una película entretenida y crítica puede que no cambie tu vida, pero el gustito de conocer historias diferentes, nuevos enfoques a las bellezas y a las miserias del mundo te hará sentir un poco más libre, con más ideas para enfrentar el día a día, prueba, bájate esta película y apaga la tele.
Esta película irlandesa dirigida por Steve Mc Queen, narra los sucesos de la huelga de hambre de 1981 en la prisión de Maze, Irlanda del Norte, tal vez la más trascendente de las huelgas de hambre de la historia contemporánea. Fue estrenada el año 2008.
Sin complejos y con una maestría valiente en la manera de dirigir, es un filme tan intenso como la historia en la que se instala, tal vez los más sorprendente es reconocer que está contada desde el preso, desde su cuerpo convertido en arma política, no verán manifestaciones o debates lineales entre políticos acerca del problema, es muy íntima la fibra que Mc Queen elige para acercarnos al drama que nos quiere hacer recordar.
El drama de los huelguistas irlandeses, tratado en diversas películas, ahora es explorado desde el efecto político en la persona del preso, en su más íntima subjetividad, en su memoria, en su cuerpo, en su identidad, perspectiva que hace de la biopolítica un ejercicio de cine. En ello los recuerdos de niñez, que ayudan a entender el contexto de su sociedad, desde su experiencia de vida.
Con primerísimos planos impacta observar el cómo se vive una huelga de hambre, además esta, histórica entre las históricas. La cinta se va acercando poco a poco al personaje de Bobby Sands, el mítico líder de esta protesta, no sin antes dejarnos ver detalles de los carceleros, los presos, las familias y algún otro involucrado, en voz en off, aparece la fatídica Margaret Thatcher, intransigente y corta de miras, como la recordaremos siempre. La dirección está magnífica y logra recordarnos que estamos en medio de una violencia del estado que se ensaña con la vida de una persona, es igual si es irlandés o chileno, es una voluntad a destruir.
Cabe recalcar esas miradas a los procesos de rebelión, el insultante menosprecio del poder hacia ellos, los rebeldes, no se puede mirar esta película sin rememorar como son tratados hoy la izquierda abertzale por los estados español o francés, o la lucha contra la dictadura en el Chile pinochetista, revivimos eso, estupefactos al mirar esta película, tan bien contada, con poco diálogo, el justo; tan sentida, explicándonos con imágenes lo que miles de tinterillos nos ocultan, desde sus fiscalías o sus tertulias de radio y televisión.
Una película necesaria de ver, además de ser un acierto cinematográfico, es una experiencia de aprendizaje emocional y político que no podemos dejar pasar, este tipo de estructuras llega a ser tan inquietante que, lejos de la perplejidad, despierta hasta a el más indiferente. Imperdible los diálogos con el sacerdote, un momento de honda reflexión acerca del poder y sus herramientas de coerción, así como de argumentación de quienes luchan siempre.
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