Apaga la tele: La mirada invisible
Ahora más que nunca tenemos medios para combatir la dictadura de los medios de comunicación, sobretodo la tele, la peor de todas y su programación sexista, racista, clasista y atontadora.
Por lo mismo, aquí te ofrecemos reseñas de películas poco difundidas y que puedes descargar gratis desde internet. El ejercicio de apagar la tele durante dos horas y mirarte una película entretenida y crítica puede que no cambie tu vida, pero el gustito de conocer historias diferentes, nuevos enfoques a las bellezas y a las miserias del mundo te hará sentir un poco más libre, con más ideas para enfrentar el día a día, prueba, bájate esta película y apaga la tele.
La mirada invisible
Basada en la novela “ciencias morales” de Martín Kohan, esta película argentina del director Diego Lerman fue estrenada el año 2010. Una de las tareas más complejas para un artista es llevar el formato de la novela a otro lenguaje artístico, mucho más sintético y provocador para los sentidos, como lo es el cine.
En una Argentina en plena dictadura, 1982, la historia se desarrolla en un estricto y tradicional colegio público de Buenos Aires, la disciplina marca como si fuera el siglo XIX y en medio de todo ello, los preceptores o inspectores, son los encargados de imponer el orden, una de ellas es la protagonista, María Teresa Cornejo, personaje delicadamente planteado en su complejidad, en su sobriedad y contención emocional.
Esta joven mujer se ve atrapada entre el deseo y un mundo de rigidez, oscuro y tenebroso, sobretodo por el fascista jefe de preceptores, un derechista devenido en educador por obra y gracia del gobierno en manos de militares. Es allí en que esta chica se inventa de todo para tener pequeños y recatados momentos de placer mirando a los alumnos, escondida en los baños, bajo la excusa de sorprender a los chicos fumadores. En una imagen que nos puede parcer turbia, se devela la tristeza de observar la frustración de un ser humano en busca del deseo, esa pulsión natural y políticamente reprimida por el poder patriarcal, un orden injusto, antidemocrático y cruel.
La historia concuerda totalmente con el macrorelato político, presente a través de una banda sonora atrás de la historia mínima, pero igual de reprimida que la protagonista, se funden las dos para hacernos la idea de esos años rabiosos y misirables. Una película evocadora y creativa en sus recursos, adobada con una producción correcta y elegante, sin abundar en los efectos epocales de ciertas producciones, que abusan en elementos que den a conocer que se está en el tiempo en que se ambientan, haciendo gala de los esfuerzos estilísticos.
El guión es preciso y no excede los códigos fundamentales en los que se expresan las actuaciones, miradas, gestos físicos, actos aparentemente banales que se cargan de erotismo o de represión hablan de ideas y actitudes, más que los mismos diálogos. Es aquí donde decimos: y todo esto es en un colegio, toda esta mala educación nos lleva a pensar que esta gente estaría mejor en su casa o en la calle, acabamos pensando.
Esta película habla de porque hemos de cuestionarlo todo, las instituciones educacionales para empezar, y llegamos a preguntarnos cómo sentimos, hasta cómo pensamos, en definitiva, alienta a buscar la libertad, más allá del miedo.
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