El capitalismo es una bestia enorme y sin duda no se dejará vencer fácilmente, lo ha demostrado en sus ataques feroces contra Wikileaks y ahora contra Megaupload. Esto ha redundado en un corte de las descarga gratuitas de cine, música y otros archivos.
Desde ahora les dejamos películas que pueden encontrar en emule o amule, de momento las formas de descarga gratuita, suerte y a seguir viendo cine del bueno.
A pesar del título, inspirada en una canción de Al Jolson, esta es una cinta de producción holandesa, dirigida por Maria Peters y estrenada en 2011. La historia cuenta un drama interracial en medio de la segunda guerra mundial. El guión está basado en el libro de Annejet Van der zijl.
Inspirada en una historia real, pareciera que ni el más imaginativo guionista podría juntar elementos tan diversos para construir un drama como el de esta cinta, a saber, una mujer con cuatro hijos se divorcia de muy mala manera, su familia la rechaza y, en la pobreza, alquila una pieza a un joven estudiante negro de Surinam, a la sazón colonia holandesa, del cual se enamora y queda embarazada; en vísperas de la amenaza nazi, no había muchas expectativas.
Con actuaciones muy buenas y otras no tanto, más bien plana en el caso de Waldemar, se nota un ejercicio de dirección poco arriesgado pero efectivo para el género. Peters no se permite concesiones y privilegia una historia potente, desgarradora por la suma de injusticias que relata, es un canto a la no discriminación, por género, por etnia, por ideología, tal vez demasiado progresista en el planteamiento, pero efectiva en la denuncia.
La invasión nazi contó con importante colaboración de los holandeses, así como también de una férrea resistencia, que incluyó casas de seguridad para esconder a los perseguidos del régimen, esta labor es retratada en el filme a través de los protagonistas, que conocieron el dolor del estigma social, lo que le da un elemento emotivo significativo a la historia, que se desarrolla sin problemas, puede que sea el punto más alto. En la cinta se menciona y homenajea al resistente Kees Chardon, alias Paul Veermer, quien construyó la red en la que los protagonistas participaron.
Puede notarse el efecto de una producción que funciona muy bien, salvo en algunos aspectos menores, como el montaje y la edición, pero que no se notan a primera vista ni afectan el relato, por lo demás, convence en la ambientación y sobre todo, por la atmósfera social y cultural en que se vivía por esos años, y eso que hablamos de Holanda, país abierto en costumbres por donde se los busque, un trabajo de dirección muy acertado.
Esta película, hecha con prolijidad no falla en su afán de rescatar a quienes le plantaron cara al nazismo, porque sabían de qué se trataba el racismo y la discriminación y porque no les faltó la valentía para enfrentarlos, sólo por eso vale la pena ver esta película, sincera y clásica en sus tipo.
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