Aquí puedes conocer la declaración de Cumbre de los Pueblos 2019

[resumen.cl] Este sábado concluyó la versión 2019 de la Cumbre de los Pueblos realizada en la Región Metropolitana. Este encuentro de representantes de una multitud de organizaciones enfocadas en diversas áreas de la vida humana se ha realizado desde el año 2005 en distintas naciones de América Latina como una manera de compartir experiencias y saberes, además de reconocer situaciones propias de una matriz económica determinada por el orden mundial capitalista y discutir estrategias para enfrentar y superar sus políticas funcionales. Según sus organizadoras/es, en esta versión participaron unas 1500 personas acreditadas, quienes estuvieron en las diversas actividades planificadas para esta instancia. A continuación reproducimos la declaración final de esta Cumbre. DECLARACIÓN DE LA CUMBRE DE LOS PUEBLOS 2019 Entre el 2 y el 7 de diciembre de 2019, centenares de organizaciones, hombres, mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes, comunidades migrantes, campesinos, campesinas, trabajadores, trabajadoras, jóvenes, niñas y niños provenientes de Chile, América Latina y el mundo hemos sido parte del hito principal de la Cumbre de los Pueblos, en la Universidad de Santiago de Chile. En medio de una ciudad y un país en estado de rebeldía frente a un sistema neoliberal injusto y depredador, y frente a un Estado violento y abusador, la Universidad pública, cumpliendo a cabalidad su rol, nos ha abierto las puertas para debatir en torno a la crisis planetaria y sus múltiples expresiones sociales y ambientales, nacionales o territoriales, a compartir nuestras luchas, nuestras denuncias y demandas, y a imaginar juntas y juntos otro mundo posible. Más de 40 actividades en sala -paneles, talleres, cabildos, conversatorios y otros formatos- autogestionadas por las organizaciones participantes, dos espacios permanentes -la Carpa de las Mujeres y la Aldea de la Paz-, actividades artístico-culturales y los paneles y plenarias centrales de la Cumbre de los Pueblos acogieron la activa participación de alrededor de 1500 compañeras y compañeros acreditadxs. A partir de la fraterna experiencia vivida y compartida durante estos 5 días, las organizaciones de la Cumbre de los Pueblos declaramos lo siguiente: 1. Reiteramos nuestro compromiso con los pueblos de Chile y otros países latinoamericanos que se han levantado contra las injusticias estructurales, la usurpación y privatización de bienes comunes, la precarización social, la violencia estructural contra las mujeres, el racismo sistémico, y la vulneración de derechos del sistema neoliberal; y exigimos justicia en los casos de muertes y violaciones de derechos humanos con que los Estados han respondido ante estas movilizaciones. 2. Respaldamos la demanda de los movimientos sociales y las asambleas territoriales que exigen en Chile una verdadera Asamblea Constituyente, conformada íntegramente por ciudadanos y ciudadanas sin privilegios para los partidos políticos, que considere paridad de género y cupos significativos para pueblos indígenas. 3. No concebimos un proceso constituyente generado según las reglas de un sistema político-electoral que ha sido uno de los pilares del modelo neoliberal chileno, y cuya clase política ha dado una nueva demostración de subordinación a los intereses empresariales, al aprobar en la Cámara de Diputados la llamada ley “anti-saqueo”, que incluye artículos que criminalizan abiertamente la legítima protesta social. 4. Apoyamos las aspiraciones de las organizaciones y comunidades de Chile de instaurar una constitución política dotada de los principios de la plurinacionalidad, el feminismo, y el reconocimiento de los derechos de la naturaleza. 5. En el marco de las negociaciones climáticas en la COP25 de Madrid: Condenamos la mantención de la presidencia de la COP en manos del Gobierno de Piñera, responsable de asesinatos, torturas, violaciones, mutilaciones, heridas, vejámenes, detenciones arbitrarias y otras violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado. Rechazamos el impulso de falsas soluciones al cambio climático, que profundizan la crisis y robustecen el modelo que la genera, como los mercados de carbono, la hidroelectricidad y otras energías de base corporativa, los sumideros a base de monocultivos de árboles y agrocombustibles, la energía industrial a partir de biomasa forestal, la incineración, la geoingeniería y la fractura hidráulica o fracking. Demandamos la toma de medidas efectivas para evitar la captura corporativa de las negociaciones, así como para que las grandes corporaciones y países más contaminantes reduzcan de manera radical sus emisiones de gases de efecto invernadero y paguen por los daños y perjuicios causados, fundamentalmente en los territorios más vulnerables. Llamamos a dar mayor visibilidad a la migración climática y promover políticas migratorias con enfoque de derechos humanos. Llamamos a impulsar de manera efectiva la transición justa y las soluciones verdaderamente sustentables, fuera de los mercados y el extractivismo, basadas en la soberanía territorial, en las prácticas, culturas y economías locales, en condiciones de trabajo y vida dignas, así como en el intercambio solidario entre pueblos y comunidades. 6. Rechazamos el impulso del extractivismo por parte de los gobiernos y organismos internacionales, en colusión con el poder corporativo, que concibe todos los territorios como potenciales zonas de sacrificio, y avanza destruyendo ecosistemas, desplazando comunidades o afectando sus estilos de vida y economías locales; incluyendo el fomento y el subsidio a la minería metálica o no metálica, las plantaciones forestales, la agroindustria y la ganadería convencional, la que carga también con una gran dosis de crueldad hacia los animales. 7. Reivindicamos y hacemos nuestras las demandas de pueblos indígenas y afro-descendientes, especialmente por la desmilitarización de sus territorios -en particular del Wallmapu-, la devolución de sus tierras ancestrales y el ejercicio pleno de sus derechos políticos, sociales y culturales. 8. Citando a la declaración de la Carpa de las Mujeres, “reivindicamos la economía feminista como una estrategia de resistencia y transformación para la vida de las mujeres y sus comunidades, como una forma de reconocer y valorizar los saberes, el trabajo doméstico y de cuidados que sustentan la vida y que, en este sistema capitalista, recae en las mujeres.” 9. Celebramos la fortaleza y participación activa de jóvenes, niñas y niños en los espacios de la Cumbre y reconocemos el rol protagónico que han asumido en denunciar la crisis y en promover cambios estructurales. 10. Demandamos la desprivatización del agua en Chile, la protección efectiva e integral de los glaciares, la recuperación de tierras para los y las campesinas y el impulso en los territorios y en las políticas públicas de modelos agroecológicos, libres de transgénicos y pesticidas químicos, basados en la soberanía alimentaria y en la recuperación e intercambio de productos y semillas, así como priorizando la conservación, regeneración y restauración ecosistémica. 11. Demandamos políticas y promovemos iniciativas comunitarias orientadas a generar ciudades más justas y amables, armonizando la relación ciudad-campo, desprivatizando los servicios básicos, impulsando una planificación territorial ampliamente participativa, implementando modelos de basura cero y sistemas de movilidad urbana sustentable. 12. Demandamos la transformación radical de los modelos energéticos, con criterios de soberanía, suficiencia y solidaridad, mediante sistemas de generación distribuida basados en fuentes limpias y diversas de base comunitaria. 13. Rechazamos la firma de tratados de libre comercio e inversión que benefician a las corporaciones, vulneran derechos sociales y atentan contra las economías locales y la soberanía alimentaria. Demandamos el retiro definitivo del TPP11 del parlamento. 14. Llamamos a construir movimientos y articulaciones latinoamericanas e internacionales, integrando organizaciones de justicia ecológica y climática, feministas, pueblos indígenas y afrodescendientes, migrantes, campesinos trabajadores, jóvenes, niños y niñas, para detener el modelo privatizador de bienes comunes y levantar paradigmas alternativos como el buen vivir y otras que surgen desde las cosmovisiones de los pueblos. 15. Finalmente, citando la declaración de la Aldea de la Paz, “nos invitamos a la cocreación colectiva de una forma de relacionarnos con la naturaleza y también de una forma consciente y amorosa de relacionarnos entre nosotros mismos. (...) Entendimos la necesidad de incorporar los derechos de la naturaleza y de todos los seres vivos que sustentan el tejido planetario, como constituyentes de nuestras vidas y de las leyes de los pueblos.” Santiago, 7 de diciembre de 2019 “SALVEMOS LA TIERRA, CAMBIEMOS EL SISTEMA” Foto extraída de Cumbre de los Pueblos 2019
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