Designaron al sacerdote Juan Carlos Molina, lo anunció ayer el jefe de Gabinete de Cristina Fernández, Jorge Capitanich, quien conoce a Molina por su labor social en el Chaco. También trabajó con adictos en la Patagonia y en Haití. Los obispos habían pedido que se ocupara ese cargo vacante.
El gobierno nacional sorprendió al designar a un sacerdote al frente de la Secretaría de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). El cargo, vacante desde la renuncia de Rafael Bielsa en marzo de este año, quedará en manos de Juan Carlos Molina, un cura santacruceño de extensa relación con el kirchnerismo que realiza trabajo de base con adictos en la Patagonia, el Chaco y Haití. “La instrucción de la Presidenta ha sido precisamente su designación para trabajar desde una óptica diferente –informó ayer el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al hacer el anuncio en la Casa Rosada–. Respecto del tema de la drogadicción, la secretaría va a tener una mirada cualitativamente diferente; el abordaje será sistémico, territorial pero con amplia inclusión social y ciudadana.” El nombramiento llega tres semanas después de que la conducción de la Iglesia Católica reclamara la designación de un nuevo titular de la Sedronar en su documento “El drama de la droga y el narcotráfico”.
Muy ligado al kirchnerismo (vierte sus opiniones políticas sin filtro a través de su cuenta de Twitter), Molina es el párroco de confianza de Alicia Kirchner, a quien conoció en el sur, y desde hace años se desempeña como asesor ad honorem del Ministerio de Desa-rrollo Social. Además, a través de su trabajo en El Impenetrable conoció a Capitanich, a quien considera su amigo. En octubre de 2010, fue uno de los dos sacerdotes que participó de la íntima ceremonia de sepelio de Néstor Kirchner en Río Gallegos. Se trata, de todas formas, de un cura muy particular: apoyó la ley de género, la fertilización asistida, la ley de muerte digna y el matrimonio igualitario, además de proponer posturas progresistas en el marco de la Iglesia Católica. También mantiene una buena relación con el papa Francisco.
El anuncio del nuevo titular del Sedronar se hizo minutos después de las 18 desde la Casa Rosada y estuvo a cargo de Capitanich. El jefe de Gabinete anunció que se reunirá hoy con Molina para fijar la “asignación de los recursos y metas en términos de organización” del área que le fue asignada. Aunque la secretaría estaba vacante desde que Bielsa dejó el cargo, el lugar estaba ocupado de forma interina por el subsecretario Salvador Postiglioni, quien aparentemente permanecerá en su cargo, según dijeron ayer a Página/12 fuentes gubernamentales. Molina ya “ha recibido el retiro de las licencias ministeriales” por parte del obispo de Río Gallegos Miguel Angel D’Annibale, paso necesario para poder asumir.
“El padre Molina es una persona de amplia vocación de servicio, de experiencia en el trabajo territorial, de una compenetración y una vocación de servicio hacia los más pobres, más humildes de nuestra tierra”, lo caracterizó Capitanich, cuya bendición fue clave para su llegada a la Sedronar. “Su opción preferencial –apuntó el chaqueño– es por los pobres y por aquellos que demandan una mirada muy especial desde el punto de vista del trabajo humano y territorial, lo cual ha permitido observar su trabajo en distintos lugares.” El jefe de Gabinete resumió el currículum del sacerdote, destacando su labor en El Impenetrable, en Santa Cruz y en Haití, que “ha permitido una inclusión social educativa, un proceso de formación y de salida laboral” para jóvenes en recuperación. También recordó su vínculo como asesor con Alicia Kirchner.
En Jefatura de Gabinete comentaban que la intención es que Molina le dé “otro sesgo” a la labor de la Sedronar en el contexto de una creciente problemática del narcotráfico en el país, “que requiere respuestas complejas coordinadas desde distintos sectores del Estado”. En ese sentido, la secretaría se ocuparía de “bajar al territorio” para “marcar de cerca lo que sucede en los barrios”. Aunque aún no ha habido definiciones oficiales al respecto, la perspectiva de modificar la ley de drogas, que se venía debatiendo en el Congreso, no estaría entre las prioridades del nuevo secretario, quien de todas formas llega para proponer un esquema de trabajo que no se ciña al aspecto represivo de esta problemática.
En ese sentido, Capitanich destacó ayer que “es necesario separar lo que significa el componente de seguridad de lo que significa el componente social de abordaje sistémico y de carácter integral que tendrá la secretaría a partir de esta nueva estrategia”, y que en ese sentido el objetivo será generar “las condiciones para el trabajo con los gobiernos locales, intendencias, las provincias” y “los mecanismos de integración con entidades y organizaciones no gubernamentales vinculadas a la temática”. Además, “el padre deberá, por instrucción de la Presidenta, hacer una convocatoria amplia, plural y democrática para todas las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la problemática de las adicciones en general y de la drogadicción en particular”, informó Capitanich. “Esto implica una visión política e integradora de la problemática. Nosotros entendemos tanto la seguridad pública como la recuperación de los adictos desde una visión absolutamente diferente. Entendemos que desde la inclusión social educativa hasta las oportunidades laborales, el deporte, la recreación, la cultura y las expresiones artísticas se nos permitirá recuperar a jóvenes, adolescentes que han incurrido en adicciones de distinta naturaleza”, agregó.