Pasaron diez años "desde el 21 de marzo de 2003, cuando ocupamos el hotel e hicimos la resistencia", contó a Télam Ruarte, un empleado gastronómico con 32 años de servicio en el hotel, que tiene 600 plazas distribuidas en 224 habitaciones, restaurantes, siete salones para eventos, solarium y otras comodidades.
"En 2001, los empresarios que regenteaban el hotel aprovecharon la crisis financiera estructural para cerrar nuestra fuente de trabajo. Los trabajadores estábamos muertos de hambre, algunos hicimos trueque desde que cerró hasta que lo recuperamos", describió.
Regresar al trabajo "fue una posibilidad que manejaba el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas -señaló-, que articulaba la conformación de cooperativas, porque era el marco jurídico que correspondía".
Hace una década, los trabajadores tomaron el Bauen, reseñó, "para hacer el aguante dentro del esquema que tenía el movimiento: ocupar, resistir y producir".
"Nosotros iniciamos esta historia en un contexto muy salvaje, y más porque era muy difícil poner a producir empresas que fueron vaciadas, desguazadas", sostuvo.
La Cooperativa Hotel Buenos Aires Una Empresa Nacional inició sus actividades con 28 empleados y actualmente tiene unos 150 trabajadores, contó Ruarte.
Durante los dos primeros años "estuvimos en un proceso de reacomodamiento. Estábamos en un estado deplorable de salud y las condiciones económicas eran terribles, pero teníamos la convicción de ser un grupo de personas que querían mejorar su situación", explicó.
"Nosotros pedíamos plata en los semáforos de la esquina con una alcancía", recordó Ruarte y agregó: "es de agradecer que la comunidad toda nos acompañó en esto. Fue muy duro pero le encontramos la vuelta".
En la recuperación del Bauen, dijo, "tuvo que ver Venezuela, con el desembarco de PDVSA -la petrolera nacional- a fines de 2004, porque necesitaba alojar a unos 60 chicos que, mediante un programa estatal, reclutaban en la calle, los vocalizaban y los ubicaban luego en grandes orquestas".
"Esos chicos fueron los primeros a quienes alojamos, luego de una suma de dinero que puso PDVSA, gracias a la decisión de su interventor en Argentina, Alejandro Gómez, que nos permitió poner en funcionamiento dos pisos, cuatro líneas telefónicas, mejorar el lobby y comprar vajilla, ropa de cama y uniformes", relató.
Este jueves, cuando se cumpla una década de autogestión, los trabajadores del Bauen lo celebrarán a partir de las 16 con un festival frente al hotel, en avenida Callo 360.
"Estamos muy orgullosos de este emprendimiento, y no en vano decimos que el Bauen es de todos. Fue hecho con plata del Estado, porque a nuestros ex patrones, con una ligazón total con la dictadura -se construyó por el Mundial de Fútbol de 1978-, les otorgaron una línea de crédito y ese dinero nunca se devolvió", sostuvo Ruarte.
Ese emprendimiento que comenzó en 2003, apuntó, "es posible con una filosofía distinta: hay una mirada colectiva, con una apertura en nuestra cabeza en donde prima la necesidad mejorar lo que aún no está hecho".
"Logramos salir de la quiebra y hemos invertido 15 millones de pesos, que salieron de acá, de la factibilidad que le dimos al negocio", afirmó con orgullo el trabajador.
Los organismos del Estado "también nos acompañan: hoy, por ejemplo, estamos en una apertura con el Ministerio de Educación y tenemos otros mercados: acá se ha alojado gente de cooperativas que son empresas consolidadas, como Sancor Seguros", señaló.
"Nuestro único capital -sostuvo- es el trabajo, porque acá no hubo presupuesto, sino compañeros y compañeras con hambre de comida y también hambre de buscar una posibilidad para los hijos, hambre de salud, y también de respeto".
Ruarte agradeció a la Secretaría de Cultura, que les prestó un escenario y equipos de sonido para el festival por el décimo aniversario de autogestión de los trabajadores en el Bauen, que arrancará "con dos murgas, Tumbalata y los Dandys de Boedo".
"Luego se presentará un grupo de rock, La Yugular, que son compañeros que vienen de Jujuy, y también un grupo de compañeros que se ha formado acá", en el hotel que hace diez años autogestionan los trabajadores del Bauen, anunció Ruarte.
Laura Vales / Página 12
La cooperativa del Bauen cumplió diez años de autogestión y lo celebró con un festival. Desde un escenario montado frente al hotel, los trabajadores agradecieron el respaldo social que los protegió cada vez que estuvieron a punto de ser desalojados y celebraron el haber llegado a la década con 150 puestos de trabajo recuperados. “La historia del Bauen es de volver a empezar, pero sobre todo de entender que si no se les pone el pecho a las cosas, es imposible que la sociedad cambie”, dijeron desde el palco.
La recuperada pudo festejar con un respiro en su situación legal, y tal vez más que eso. Hasta diciembre la orden de desalojo del hotel era una amenaza latente; ahora, la situación dio un giro.
La Justicia federal comenzó a investigar si los antiguos dueños del Bauen –los empresarios Iurkovich, que reclaman la propiedad del edificio de Callao 360– defraudaron al Estado nacional en connivencia con la dictadura. La sospecha es que en el nacimiento del hotel, que fue construido para el Mundial ’78 con créditos oficiales del Banade, hubo una estafa al Estado, ya que los préstamos nunca fueron pagados. Se otorgaron a través del EAM (Ente Autárquico Mundial ’78), a cargo del vicealmirante Carlos Alberto Lacoste. El juzgado también debe establecer si hubo una venta simulada del inmueble.
La denuncia fue presentada el año pasado por los trabajadores del hotel, con el acompañamiento del entonces defensor general porteño Roberto Gallardo. “Habíamos reunido documentación dato por dato y con el apoyo de Gallardo pudimos darle forma y llevarla a la Justicia”, apuntó Federico Tonarelli, ex presidente de la cooperativa.
Tras recibir el escrito, la jueza en lo Comercial Paula Hualde, que había ordenado el desalojo del hotel, dispuso su suspensión y mandó el expediente a la Justicia federal para que se investigue. La causa recayó en el Juzgado Federal en lo Penal Nº 7, a cargo de Sebastián Casanello, y la fiscalía de Miguel Angel Osorio, que ya recibieron la ratificación de la denuncia por parte de los trabajadores y le dieron curso.
“Esto nos sacó de la situación de desalojo en puerta y abrió la vía penal sobre el origen del hotel. Lo que nosotros decimos es que el Bauen es de todos porque se pagó con fondos del Estado, que los Iurkovich nunca devolvieron”, agregó Tonarelli mientras en el palco sobre la avenida comenzaban a subir las bandas.
Abrió el festival la Babel Orkesta, un grupo que de los escenarios callejeros sabe saltar a otros menos franciscanos como el Hotel Faena; la militancia no quita el profesionalismo. Llegada desde Jujuy, también tocó La Yugular Reggae. Una bandera con la consigna “Bauen: lucha, trabajo, cultura” adornó el escenario. Abajo había trabajadores de otras recuperadas, como Zanon, la ex Aurora Grundig, Chilavert y Brukman.
“Nosotros iniciamos esta historia en un contexto muy salvaje, y más porque era muy difícil poner a producir empresas que fueron vaciadas, desguazadas”, recordó allí Diego Ruarte, ex empleado del Bauen y hoy integrante de la cooperativa. Lo más duro, contó, fue volver a entrar al hotel con la idea de reabrirlo y encontrarlo semidestruido. “Fue terrible, porque nosotros veníamos ansiosos por empezar a trabajar y también cagados de hambre. Pero los primeros tiempos tuvimos que salir a pedir monedas en el semáforo, pasaron dos años hasta que pudimos reabrirlo.”
Otro momento de crisis fuerte les tocó en el 2007, cuando les llegó la primera orden de desalojo y tuvieron que decidir si dejaban el hotel. En medio de la estampida de pasajeros en pánico por los anuncios de un inminente operativo policial, votaron defender su lugar, y el día del de-salojo hubo un festival en el que tocó León Gieco y cuatro mil personas ocuparon la calle. A partir de allí seguiría una etapa de crisis permanente, porque la Justicia en lo Comercial ratificó el de-salojo en Cámara y el caso llegó incluso a la Corte Suprema, que ratificó el fallo de primera instancia. En ese camino sin aparente salida, los trabajadores lograron finalmente la apertura de la investigación penal sobre los antiguos dueños del hotel.
En el haber, a los 150 puestos de trabajo recuperados la cooperativa del Bauen suma 15 millones de pesos invertidos en el edificio y el haberse convertido en una pieza clave de todo nuevo intento de recuperación de empresas. Cuando se cierra una fábrica o comercio, al primer lugar que van los trabajadores es al Bauen. El hotel también ha sido eje de la creación de Facta, la Federación de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados que impulsa políticas para el sector y ya reúne a 47 recuperadas con 1700 trabajadores sin patrón.
Movimiento de ocupación fabril y autogestión obrera en Argentina