En la sesión de ayer jueves 2 de noviembre, la totalidad de los países miembros de Naciones Unidas votaron por terminar con el criminal bloqueo que por 63 años mantiene Estados Unidos contra el pueblo cubano como castigo colectivo, en un fracasado intento por derrocar al Gobierno. Sólo hubo dos votos en contra, el mismo EEUU e Israel; y una abstención, Ucrania.
Por Alejandro Baeza
Como viene ocurriendo durante los últimos 31 años de manera consecutiva, este 2023 nuevamente la asamblea general de Naciones Unidas volvió a pedir de manera casi unánime el fin del bloqueo que castiga y asfixia a Cuba durante más de 63 años.
Fueron 187 votos a favor, dos en contra (EEUU e Israel) y una abstención (Ucrania), un resultado mejor que al año 2022 que hubo los mismos únicos dos votos en contra, pero tres abstenciones.
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Al completarse la votación y aparecer los resultados en la pantalla gigante de la Asamblea, muchos de los delegados de todos los países presentes aplaudieron.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, que intervino justo antes de la votación, denunció que el bloqueo “viola el derecho a la vida, la salud, la educación y el bienestar de todas las cubanas y cubanos”, y constituye “un acto de guerra en tiempo de paz”.
"La magnitud del apoyo que Cuba recibe en este asunto se manifiesta en el hecho de que ocho agrupaciones de países diferentes -latinoamericanos, africanos, islámicos, Grupo de 77 más China, entre otros- han presentado este año mociones particulares de rechazo al bloqueo, y luego algunos intervienen a título individual" consigna la Agencia EFE.
Según las más recientes estimaciones de las autoridades cubanas, el criminal bloqueo causó una afectación de 4.800 millones dólares sólo entre entre el 1 de marzo de 2022 y el 28 de febrero de 2023 y perjuicio acumulado estos 63 años que superan los 159.000 millones de dólares, algo que devastaría la economía de cualquier país latinoamericano.
El canciller Rodríguez exhortó además al pleno de la organización antes de la votación: “Dejen a Cuba vivir en paz, Cuba estaría mejor sin el bloqueo”. Rodríguez sostuvo que el bloqueo “es un acto de genocidio (...), un acto deliberado de guerra económica” con el propósito de debilitar la economía cubana.
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Cabe precisar que a diferencia de las del Consejo de Seguridad, las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes. No obstante, la resolución refleja un consenso mundial sobre la materia.
La resolución de la Asamblea General también se ajusta a los principios de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, que hace hincapié en la importancia de cumplir las obligaciones de los tratados "de buena fe" y especialmente la prohibición de medidas coercitivas para obligar a un Estado a someter sus derechos soberanos.
El bloqueo como castigo colectivo a un pueblo
No se puede hablar de manera seria sobre cualquier hecho en Cuba si no se menciona como factor determinante de todos los fenómenos que ocurren en la más grande de las Antillas, al sistemático y perverso bloqueo económico, financiero y comercial al que se ha visto sometida por orden de los Estados Unidos desde 1960. Son seis décadas de boicot y despojo al pueblo cubano alentadas por la principal potencia económica mundial como un castigo colectivo para toda la población.
Las consecuencias en la vida de las cubanas y cubanos han sido dramáticas y se han visto agravadas por sanciones cada vez más estrictas en la medida de que la comunidad isleña deja de contar con el intercambio de otras naciones que ha decidido desafiar a EEUU.
Falta de suministros básicos, combustible, energía eléctrica, repuestos, alimentos, medicamentos e insumos médicos, todos ellos afectos al embargo de la criminal potencia del norte son parte de una realidad cotidiana que el pueblo cubano ha sabido resistir de manera estoica y con gran inteligencia, pero que se han visto profundizadas con la crisis provocada por la pandemia.
Para resistir el bloqueo, Cuba ha debido incurrir en una serie de millonarios gastos extras por décadas recurriendo a intermediarios que terminan inflando los precios de manera grosera. Entre las prohibiciones del bloqueo, además de no poder establecer nexos con empresas estadounidenses proveedoras de fármacos que solo ellas fabrican, están las sanciones a quienes establezcan cualquier tipo de trato comercial con el Estado cubano.