[AUDIO] Crónica de Ruperto Concha: Bisagras de la Historia

Parte 1 Parte 2 Pese a las advertencias tremebundas del gobierno de Kiev, en Ucrania, a las ocho de esta mañana comenzó a acudir la gente a los lugares de votación en las regiones de Donetsk y Lugansk, que se han declarado en rebeldía y exigen una reforma constitucional que establezca un régimen federal con gran autonomía para las regiones federadas. Los líderes políticos del oriente y el sur de Ucrania invitaron a observadores europeos para garantizar el procedimiento democrático de la votación, pero ningún país de Europa quiso participar, mientras el Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, calificó la elección como un “sainete”. Por su parte, Rusia aconsejó a los líderes federalistas pro-rusos postergar la llamada a referéndum, y, al mismo tiempo, Moscú declaró que también debieran postergarse las elecciones generales de Ucrania, de las que debiera surgir un gobierno legítimo. Eso, porque obviamente no puede garantizarse una elección presidencial y parlamentaria sana, mientras el gobierno sigue lanzando ataques militares contra la oposición. Pero aparentemente nadie tiene ganas de aceptar darse un tiempo para buscar soluciones y procedimientos razonables. La Unión Europea y Estados Unidos han exigido que las elecciones generales de Ucrania se realicen el 25 de mayo, a como de lugar. Incluso si las tropas de Kiev estén ametrallando a ciudadanos que supuestamente tendrían derecho a ir a votar. Como fuere, hasta este mediodía no se había reportado que las tropas de Kiev hubieran reanudado sus ataques contra los federalistas rebeldes, la votación se desarrollaba con fuerte afluencia de electores, y se esperaba que la votación concluyese a las 10 de la noche, hora local, equivalente a la una de la tarde, hora de Chile. Los resultados serán dados a conocer en un plazo todavía impreciso.     Entre muchos de los rebeldes pro-rusos, así como en la izquierda europea y en la propia Rusia, el llamado apaciguador del presidente Wladimir Putin ha producido desconcierto. Para algunos, resulta decepcionante que Rusia no intervenga resueltamente en defensa de sus amigos y compatriotas. Para otros, Rusia estaría dando señales de debilidad ante la OTAN. Pero los analistas más perspicaces, incluyendo los de Estados Unidos y otros países de la OTAN, coinciden en que la recomendación del presidente ruso no sólo responde a un criterio estratégico muy certero. Además, revela que la Inteligencia rusa conoce con exactitud los propósitos ocultos de Estados Unidos y su instrumento militar que es la OTAN. De hecho, la perseverancia de los federalistas pro rusos, en vez de debilitar al gobierno de Kiev, le proporciona nuevos recursos publicitarios y de presión política en Occidente. En cambio, la aparente pasividad de Moscú está conduciendo la aparente victoria de Estados Unidos en Ucrania, a un desenlace de derrota total. Lo primero que podemos preguntarnos es… ¿Por qué Rusia no quiso intervenir con sus tropas en Ucrania, para apoyar a las regiones pro-rusas? Está claro que si lo hubiera hecho, la OTAN habría tenido que conformarse con dar más alaridos de furia, intensificar su campaña publi-noticiosa anti rusa, y por último inventar un nuevo ramillete de sanciones contra Rusia. Todos, absolutamente todos, tienen muy claro que la OTAN no le habría declarado la guerra a Rusia. Y que Europa ciertamente no está dispuesta a convertirse una vez más en campo de batalla.     En realidad, Vladimir Putin comprendió perfectamente bien que en la crisis de Ucrania los verdaderos protagonistas son Rusia y Estados Unidos. Y que, con una lamentable astucia de tahúr pobre, Estados Unidos estaba instigando precisamente la intervención militar de Rusia en Ucrania. Y, oiga, eso  incluso si con ello Rusia lograba recuperar las regiones del este y el sur de Ucrania que eran territorio ruso hasta 1954, cuando el ucraniano Nikita Khruschov era el líder máximo de la Unión Soviética y decidió hacerle un buen regalo a su patria Ucraniana. Pero, en el plan estratégico de Washington, a cambio de esa expansión de Rusia sobre la mitad del territorio de Ucrania, Estados Unidos lograría un objetivo inmenso. Nada menos que forzar a Europa a cortar absolutamente toda su relación con Rusia… y a construir una nueva Cortina de Hierro pero al revés, y con ello eliminar lo que para Washington es el terror máximo: La integración creciente de la Unión Europea y Rusia, que según el ofrecimiento expresado por Wladimir Putin en 2010, necesariamente crearía una zona de desarrollo económico, tecnológico e industrial que se extendería desde Lisboa en el Atlántico, hasta el Pacífico, junto a la mismísima Alaska. El quiebre total de relaciones entre Europa y Rusia dejaría a Europa por completo a merced de Estados Unidos, ligada por un tratado amplio transatlántico, que en términos reales dejaría a Europa como una especie de “protectorado” norteamericano. En otras palabras, Rusia se negó a morder ese anzuelo. Y con ello, ese mismo anzuelo amenaza con clavársele dolorosamente tanto a Estados Unidos como a sus aliados de la OTAN.   Mientras tanto, poco a poco, la verdad sobre la crisis de Ucrania va abriéndose paso a través de la maraña de publi-noticias anti rusas. Por lo pronto, la gran empresa estadounidense investigadora de opinión, “Pew”, considerada la más prestigiosa y confiable del mundo, dio a conocer esta semana que es falso que la población del este y el sur de Ucrania, de sentimientos pro rusos, desee independizarse totalmente de Ucrania o integrarse territorialmente a la Federación Rusa. De acuerdo a las encuestas realizadas hasta ahora por la Pew, sólo un 18% de la gente quiere separarse completamente de Ucrania, mientras que el 82% lo que desea es una reforma constitucional que garantice una mayor autonomía de las regiones, y que preserve el carácter neutral de Ucrania, como país no alineado. Ni anti Europa ni tampoco anti Rusia. De hecho, el texto del referéndum de hoy, no hace ninguna referencia a independizarse de Ucrania. Simplemente dice: “¿Aprueba Ud. la autonomía estatal de la República Popular de Donetsk, o de Luhansk?”. Por cierto, ese texto podría ser interpretado de maneras muy diversas. Pero cualquier observador inteligente se da cuenta de que en Ucrania el pueblo no está ni ahí con el enfrentamiento de la OTAN y Rusia. Que se trata de un pueblo de trabajadores y sus familias frente a la tropa de los oligarcas que, con el respaldo de la OTAN, se aprontan para seguir atornillados en el gobierno. De hecho, ya varios de esos oligarcas fueron nombrados a dedo como gobernadores de regiones. Incluso en el sudeste, donde los echaron a paso de polca. Y en ese contexto, ¿por qué Estados Unidos y la OTAN le dan tanta importancia a que las elecciones generales de Ucrania se realicen el 25 de mayo, y no se posterguen por ningún motivo?. También esa pregunta tiene una respuesta verdadera que no tiene nada que ver con las angustias morales por los padecimientos de la democracia ucraniana. .     La verdadera razón del apuro por que haya elecciones cuanto antes, está en que ya esta semana el Fondo Monetario Internacional aprobó un préstamo salvavidas para Ucrania por 17 mil millones de dólares, de los cuales ya se giraron al gobierno de Kiev 2.500 millones. Eso, porque Kiev ya aceptó en su totalidad la carta de condiciones y compromisos impuestos por el FMI. Son las mismas exigencias que tuvieron que aceptar los griegos, los italianos, los españoles y los portugueses. Recortes drásticos a sueldos y salarios, reducción del número de empleados públicos, privatización de las empresas estatales, reducción de las pensiones y jubilaciones hasta en un 50%, eliminación de las subvenciones a los precios de combustibles y artículos de primera necesidad y reducción de las prestaciones sociales del gobierno. Bueno, la gente de Ucrania comenzará a contrastar la nueva realidad impuesta por el FMI, contra el modo de vivir que tenían antes del derrocamiento del gobierno. Y sobre eso, la gente se encontrará también con que aquellos 17 mil millones de dólares que les van a prestar, casi en su totalidad se destinarán a pagar las deudas que tiene el gobierno, con bancos internacionales, con el mismo FMI, e incluso la deuda de por lo menos 2.700 millones de dólares que Ucrania le debe a Rusia por importación de gas natural. Está clarísimo que la ciudadanía ucraniana no se va a sentir contenta una vez que comience a experimentar los  rigores neoliberales que les ofrece Occidente. Y, claro está, mientras más se demoren las elecciones presidenciales y parlamentarias, menos es posible que la gente vote favoreciendo a los protagonistas de Maidan. ¿Se fija Ud. cómo se van aclarando las cosas?... ¿Se fija Ud que Rusia no tuvo en ningún momento necesidad de intervenir militarmente de Ucrania, y que todos esos embustes sobre que el presidente Wladimir Putin quiere resucitar la Unión Soviética no son más que cuentos para asustar a los tontos? Ya hay un criterio prácticamente unánime de que las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia, aunque afecten la economía rusa, no tendrán ningún efecto serio. Eso, sobre todo, porque Rusia tiene en sus arcas una acumulación enorme de reservas internacionales. Como quien dice, tiene caja para enfrentar al contado cualquiera emergencia que se produzca.   Cifras oficiales de esta semana, del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, señalan que Europa dista mucho de estar saliendo de la crisis económica. De los países europeos, Alemania es la que está mejor, y su crecimiento se estima en un máximo de 1,9%, mientras que Francia sólo puede optar a un máximo de cero coma 9%. Igualmente, en forma inesperada, las exportaciones de manufacturas de Alemania mostraron una reducción del 6%, que parece relacionada con la crisis de Ucrania y las sanciones contra Rusia. Igualmente, las posturas amenazantes de la Unión Europea aparecen patéticamente desmentidas por los acuerdos con Rusia suscritos, fíjese Ud., por Alemania, Italia, Austria, Bulgaria y Hungría, para la construcción del inmenso oleoducto y gasoducto que abastecerá a Europa pasando por el fondo del Mar Negro, sin cruzar por Ucrania. Conforme a los acuerdos suscritos, el gasoducto bautizado como ”Corriente Sur”, podrá entrar en funciones el próximo año y llevará no sólo hidrocarburos rusos sino también de Kasakhstán e Irán Y, como si fuera poco, las gigantes petroleras  Exxon y Shell ya replicaron secamente que ellas tienen contratos con Rusia y que, con sanciones o sin sanciones, seguirán adelante en extracción y refinamiento en Rusia.     Otro tema que ha sido muy conversado sobre la crisis de Ucrania es el provechoso efecto de los terrores de la OTAN, para aumentar las ventas de las grandes corporaciones estadounidenses fabricantes de armas y pertrechos de guerra. Pero también en eso los resultados han sido poco significativos. Los gobiernos europeos no están dispuestos a asumir los costos de una carrera armamentista, pese a las apocalípticas advertencias de la cúpula de la OTAN. De hecho Alemania, Francia y Gran Bretaña han reducido considerablemente su presupuesto militar, dejándolo muy por debajo del 2% recomendado por la propia OTAN. Los países bálticos, Estonia, Lituania y Latrvia, han hecho esfuerzos, pero sus inversiones no llegan ni a mil millones de dólares. Otro miembro de la OTAN, Turquía, sacó pecho y anunció que comprará este año dos aviones F-35. Claro que prometió que después, en los próximos 10 años, va a comprar muchos más. En realidad, las principales ventas de armas de Estados Unidos han sido en Australia, Japón y Corea del Sur. Frente a eso, China está haciendo excelentes negocios de armas con Arabia Saudita y las demás monarquías petroleras. Eso, porque los potentados árabes, lo mismo que Israel, están resentido con Estados Unidos y lo califican de aliado no confiable. Según Israel, el presidente Barak Obama está en la misma parada que el rey de Francia Luis 15, cuando decía: “Después de mí, el diluvio”.     Y sobre el diluvio que amenaza con relámpagos y estallidos,  esta semana hemos visto también como, contrastando con la aparente pasividad de Rusia, de repente la China puso cara de combate y se trenzó a disparos de  agua con los buques guardacostas de Vietnam. Los vietnamitas intentaban copar unas plataformas petroleras chinas que están operando en aguas del golfo de Tonkín, cuya soberanía está en disputa. Embarcaciones chinas dispararon chorros de agua contra los guardacostas e incluso, quizás  intencionalmente, embistieron a los vietnamitas dejando dos guardacostas averiados. El encontrón causó asombro, de partida por tratarse de dos países comunistas, y luego porque China y Vietnam pueden muy fácilmente negociar un acuerdo pacífico de beneficio mutuo. También aquí, los analistas de estrategia avisoran una realidad distinta de lo que parece ser. Se trataría de aguijonear al Japón, que ya asumió un rol de defensa militar de los países que estén en conflicto con China. La idea es ver hasta qué punto el Japón es capaz de realizar alguna acción de defensa militar de Vietnam contra China. Y, si no hace nada, aparecería exhibiendo una lamentable debilidad. Y eso mismo llevaría, de corolario, una nueva acción de China, esta vez sobre los islotes en disputa con Filipinas, donde barcos de guerra filipinos capturaron a varios pesqueros chinos que estaban de faenas en aguas reclamadas por Filipinas. Para Japón, la coyuntura es difícil, ya que Estados Unidos le dio instrucciones fuertes de no elevar las tensiones con China ni menos crear un conflicto armado. Y en estos momentos, las escuadras de China y Rusia inician maniobras conjuntas y ejercicios de guerra en el Pacífico Norte, entre Japón y Estados Unidos. Eso, mientras Corea del Norte insiste en que va a detonar una nueva bomba atómica experimental. Con razón el escritor que está redactando la biografía del presidente Barak Obama, dice que Su Excelencia es un hombre profundamente decepcionado. Decepcionado de Siria, decepcionado de Afganistán, decepcionado de Rusia y también decepcionado de China. ¡Qué lástima que el primer presidente negro de Estados Unidos, sobre el cual se habían cernido tantas esperanzas, entre al tramo final de su mandato sumido en la decepción! En los medios políticos de Estados Unidos se rumorea que los propios demócratas ya lo tienen como el Pato Cojo, o sea, como un personaje que ya sólo puede administrar el tiempo final de su mandato. Ahora, la misma precandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, prefiere tomar distancia de Barak Obama.   Así pues, estamos en otro punto de inflexión de la Historia de la Humanidad. Como quien dice, estamos junto a las bisagras sobre las que se abrirán o cerrarán quizás, puertas y ventanas. El tiempo no espera a nadie. Ni siquiera a los que ahora son niñitos pequeños. Y, claro está que todo está oscuro y muchas cosas no son lo que parecen ser. Hasta la vista, amigos. ¡Cúidense!.   Fuente Imagen:© AFP Serguéi Supinski   Relacionados:   Crónica de Ruperto Concha: La sombra de Ucrania. Crónica de Ruperto Concha: El Verbo. Crónica Ruperto Concha: Bomba Demográfica   Crónica de Ruperto Concha: El Ojo del Huracán.   Crónica de Ruperto Concha: El Colapso del dólar   Crónica de Ruperto Concha: Mentiras fáciles   La Vergüenza   Ucrania y Venezuela  

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