AUDIO | Crónica de Ruperto Concha: Chiste fome

Por Ruperto Concha / resumen.cl Opción 1 : archive.org Opción 2: Spotify https://open.spotify.com/episode/24kSSHvqTbbcvvlQoSOB4G   En estos momentos, más que el follaje florido de los titulares, son las raíces de las noticias las que de verdad importan. Desde el “Stalinoide” Lenin Moreno de Ecuador hasta el “casi Trump” Bolsonaro del Brasil, pasando por el Presidente Electo de Guatemala, Alejandro Gianmattei que trató de colarse a Venezuela haciéndose pasar por italiano, fijesé, hasta el Premio Nobel de la Paz al primer ministro de Etiopía por haber no conseguido la paz con su vecina Eritrea, y la furia de los escritores “políticamente correctos” por el Nobel de Literatura al escritor y poeta austríaco Peter Handke… Todos los grandes titulares parecen estar confesando que lo que realmente importa no debe revelarse a la gentecita común. Incluso el tan célebre Francis Fukuyama, que saltó a la fama por imaginarse que con el neoliberalismo ya la Historia de la Humanidad no tendría razón de existir, ahora está afirmando que las clases altas, la élite social, son indispensables para que haya una verdadera democracia. La élite, la clase social superior, es indispensable. Los otros, como Ud. y yo, no lo somos. En realidad somos “desechables”. En fin, vamos viendo. Escarbemos en la raíz de las noticias.   Todos sabemos que el Premio Nobel es otorgado por un jurado de 5 miembros designados por la Academia de Suecia, para Literatura; por la Real Academia de Ciencias, de Suecia, para Física y Química; por el Instituto Karolinska, de Suecia, para Medicina y Biología, y, por el Banco de Suecia, para el Nobel de Economía. En cambio, el Premio Nobel de la Paz es otorgado por el gobierno de Noruega, a través de una comisión de 5 miembros designados por el Congreso. Sea cual fuere el número de candidatos, el Premio Nobel se otorga al postulante que obtenga el apoyo de la mitad más uno de los jurados. A lo largo de toda su historia, el Premio Nobel ha sido respetable y respetado, con las excepciones de los premios Nobel de la Paz de 2009, otorgado al recién elegido presidente Barack Obama antes de que hubiera realizado cualquier cosa para merecerlo, y el de 2012, otorgado a la Unión Europea, por haber sido tan excelente para los europeos. Ahora, el Nobel de la Paz fue para el Primer Ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, supuestamente por haber logrado la paz de su país con su vecina Eritrea. Una paz que simplemente está muerta desde hace ya dos años. Pues bien, ya es secreto a voces que ese premio Nobel fue otorgado para eludir otras postulaciones problemáticas. Incluso se ha mencionado por ejemplo, que alguien había propuesto al autoproclamado Presidente Interino de Venezuela, Juan Guaidó. Y que también habían postulado a la joven líder de la protesta ecológica, Greta Thunberg. En otras palabras, el Nobel de la Paz a Abiy Ahmed habría sido otorgado sólo para no declararlo vacante. Eso resulta triste, ¿verdad?   El otro Premio Nobel, el de literatura, le fue conferido al poeta y novelista austriaco Peter Handke, a quien hasta sus más enconados enemigos reconocen como un maestro profundo en la percepción y expresión del espíritu humano. Sin embargo, pese a ello, se lanzó una marejada de insultos y protestas en su contra, por haber sido duro crítico de la guerra que lanzó la OTAN contra Yugoeslavia desde 1992 hasta 2001, que dejó cientos de miles de muertos, destruyó la economía de esa ex república federal y la reemplazó por las débiles y pobres mini repúblicas de Eslovenia, Croacia, Bosnia, Macedonia, Montenegro, Serbia y Kosovo. Peter Handke fue uno de los pocos intelectuales que se negaron a participar del coro que mostraba a los defensores de la unión federal de Yugoslavia como monstruos diabólicos. Más aun, Peter Handke defendió la visión del presidente serbio Milosevic, como una opción que había sido honesta aún si hubiera sido equivocada. Y, oiga, esos escritores, en coro, están ahora lanzando las mismas acusaciones que antaño se entendían como intrusión de los comunistas en el arte: cuando se acusaba a la Unión Soviética de tratar de someter a los artistas a una especie de legitimidad ideológica marxista leninista, bajo peligro de condena al que no la tuviera. Lo acusan de ser “éticamente ciego”, y de ser “simpatizante con los verdugos y no con las víctimas”, y en esa semi república y base militar de la OTAN, llamada Kosovo, se hizo una recolección de 30 mil firmas exigiendo que Suecia le retire el premio Nobel a Peter Handke. Es decir, exigen ahora que el Premio Nobel de Literatura pase a ser también un premio político aprobado por el stablishment neo liberal.   En tanto, la prensa occidental sigue avivando la fogata noticiosa sobre las llamadas “protestas democráticas de la juventud en Hong Kong, contra la tiranía China”. Sin embargo, el viernes, la agencia noticiosa estadounidense Associated Press fue la primera en atreverse a mostrar que las supuestas multitudinarias protestas en realidad ya son sólo acciones realizadas por grupos muy pequeños, aunque violentos y bien organizados. Las protestas de los últimos 5 días, convocadas a las calles céntricas, son acogidas  por grupos tan pequeños que a menudo no pasan de diez personas, que al darse cuenta de ello, se apresuran a desaparecer escondiendo sus máscaras. Y las acciones más duras sólo se realizan de noche y con fuertes acciones de violencia. La actividad de Hong Kong ha sufrido pérdidas cuantiosas, incluyendo la suspensión de campeonatos deportivos y conferencias tradicionales, a la vez que gran parte de la actividad comercial y financiera ya se desplazó a las ciudades vecinas de Shentzhou y Macau. Es la gente común de Hong Kong la que se siente víctima de una operación antichina, financiada y organizada desde el exterior, que de hecho se caracterizó ya por la aparición de miles de banderas estadounidenses, totalmente ajenas a la ex colonia que era británica y no de Washington.   Así, resulta indispensable escarbar también ahí las raíces de esas noticias que siguen acaparando las primeras planas de la gran prensa occidental. El viernes y ayer sábado, los principales medios de la India, Japón y China coincidieron en destacar que la reunión del presidente Donald Trump con el Vice Presidente chino Liu He, concluyó en su primera parte con una serie de acuerdos que al parecer pondrán fin por completo a la guerra comercial entre Estados Unidos y China. El impacto en Estados Unidos y Europa ha sido tan grande que, como lo tituló el periódico Asia Times, puede darse por asegurado que Donald Trump ganará su reelección en las elecciones de 2020. Por lo pronto, los estados del centro agrícola estadounidense aparecen en condiciones de exportar a China una producción de más de 45 mil millones de dólares en la próxima cosecha. Y en tanto, el presidente chino Xi lin Ping se reunió con su par de la India, Narendra Modi, para trazar nuevas estrategias apuntadas a optimizar mutuamente su intercambio comercial y, a la vez, desarrollar una nueva estrategia para evitar que surja desconfianza entre ambas naciones, cuya población ya superó los mil millones de habitantes: Mil cien millones en la India y 1.340 millones en China. Esas tres reuniones: China, Estados Unidos e India, están claramente exhibiendo voluntad de bajar las tensiones internacionales y alejar el fantasma de la guerra. En Estados para destituir al presidente Trump, se está mostrando que, desde el seno del Partido Demócrata, la estrategia política se basa precisamente en el mismo nacionalismo militar que antes se le criticaba. Más aún, Trump insiste en mostrarse abierto a reanudar diálogo con Irán, a la vez que reitera su intención de poner fin a las guerras interminables de Estados Unidos en el Medio Oriente. Y ahora son los demócratas, junto a un sector de los republicanos, los que se oponen desesperadamente al retiro de las tropas estadounidenses del norte de Siria. Es decir, en estos momentos, ante la opinión pública de Estados Unidos, Trump aparece perfilándose como un tipo que, aunque sea torpe y violento, está buscando alcanzar una paz que todavía parece extremadamente difícil pero que la mayoría de la gente quiere. ¿Se está volviendo Trump el “Candidato de la Paz”, frente a un bloque bipartidista que aparece como el “Partido de la Guerra”?   En estos momentos, la estrategia política electoral contra Trump apunta a lograr que un alto número de republicanos se decidan a unirse a los demócratas votando para destituir a Trump. De ahí que el Comité Central del Partido Demócrata se esté jugando con todas sus fuerzas para apoyar la candidatura de Joseph Bidden, en contra de las candidaturas progresistas de Elizabeth Warren y Bernie Sanders. Y eso, en momentos en que ya Elizabeth Warren superó a Biden en intenciones de voto y en donaciones financieras de la gente para su campaña. Pero ya la imagen de Biden quedó irremediablemente sucia tras conocerse su participación en negociados y operaciones financieras con distintos países en las que obtuvo lucro personal y en favor de su hijo Hunter Biden. ¿Se atreverán los operadores del comité central demócrata, a unirse a los belicistas republicanos aprovechando el ataque de Turquía sobre las posiciones kurdas en el norte de Siria? ¿Querrán los kurdos de Siria una vez más dejarse seducir por las promesas militares de Estados Unidos, en momentos en que su esperanza está en la reconciliación con el gobierno sirio? ¿Querrá la Comunidad Internacional, la verdadera comunidad Internacional, apoyar la tesis de que las naciones deben limitarse cada cual a su propia “etnia”, y que cada etnia tiene derecho a crear un país independiente y soberano?   Finalmente, dos noticias han pasado casi completamente desapercibidas a pesar de su importancia. Una es que las Naciones Unidas se encuentran al borde de paralizar por falta de fondos. Estados Unidos sólo está debiendo más de mil millones de dólares en cuotas. También Brasil, Israel, Arabia Saudita y muchos otros países no han cumplidos sus compromisos con la Organización que de veras es la Comunidad Internacional. Y, al mismo tiempo, China, la India, la Unión Europea, y la mayoría de los estados del sudeste asiático, incluyendo al Japón, han reiterado que sólo las Naciones Unidas, debidamente reformada y dotada de recursos, puede asumir la dirección de un mundo globalizado y democrático. En Estados Unidos, el candidato Bernie Sanders planteó esa misma tesis, agregando que se debiera prohibir por completo la intervención de las Sociedades Anónimas en el financiamiento de campañas políticas.   ¿Se puede tomar en serio este giro inesperado de la política mundial?... ¿Se está produciendo un entendimiento real de los grandes líderes mundiales, de China, Estados Unidos, la India, Rusia, Alemania, Austria, Francia, los países escandinavos, en busca de un gobierno coherente a nivel planetario? Hasta aquí se nos venían presentando perspectivas de un futuro incoherente, tan desarticulado que parecían parte de un chiste fome y demasiado largo. ¿Son los nuevos y juveniles movimientos ecológicos los que la están dando una alegre (aunque enojada) seriedad a las propuestas de futuro humano?   Hasta la próxima, gente amiga. Hay que cuidarse para tener fuerzas y hacer lo necesario cuando llegue el momento. El peligro está en la pasividad resignada.
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