AUDIO | Crónica de Ruperto Concha: Democracia en derrumbe

Por Ruperto Concha / resumen.cl Opción 1: archive.org Opción 2: Spotify https://open.spotify.com/episode/05BtMz9a83sCIRIqrmlBbm Más allá de los grandes titulares, las noticias del mundo occidental esta semana mostraron un panorama político de veras inquietante. Y muy similar al de fines de los años 20 del siglo pasado, que llevaron al triunfo del ala más socialista del Partido Demócrata de Estados Unidos. Fue el triunfo de Franklin Delano Roosevelt, que impuso la fórmula del llamado “New Deal”, o Nuevo Contrato Social, con planificación y regulación por el Estado de toda la actividad económica del país, especialmente los bancos y demás empresas financieras. Más allá del formidable triunfo económico del New Deal, que puso a Estados Unidos como ejemplo de prosperidad a nivel mundial, el gobierno de Roosevelt tuvo otro logro gigantesco, del que casi no se habla. Fue lograr que la gente de todas las clases sociales de Estados Unidos, eligieran ponerle fin a la polarización amarga entre ricos y pobres, que había desgarrado a la nación durante décadas de enfrentamientos sociales con protestas y represión muchas veces sanguinaria. Pero, de todos modos, no podemos olvidar que ese éxito deslumbrante de la economía cargada de sentido político y social terminó siendo el prólogo de la Segunda Guerra Mundial.   Luego del fracaso de la acusación constitucional contra Donald Trump, la escena política de Estados Unidos se mantiene en un tono ferozmente confrontacional, a tal extremo que un periódico tradicionalista y liberal como el Business Insider llegó a publicar el viernes un largo artículo en que llama a que se convoquen campañas de manifestaciones callejeras, así, a la chilena, para detener lo que llaman “el rumbo de los Republicanos hacia el fascismo”. Y, bueno, eso coincide con el potente aumento del apoyo popular al candidato socialista independiente Bernie Sanders, que no sólo ganó en los “caucus” o primarias de Iowa y New Hampshire, sino también, según las encuestas, en el poderosísimo estado de California, el que tiene más votos electorales en todo el país. En cuanto al tan moderado precandidato centrista Joe Biden,  ex vicepresidente de Barack Obama, que aparecía como la figura estrella de los demócratas para enfrentar a Trump en noviembre próximo… bueno, quedó patéticamente arrumbado en el quinto lugar. Como habíamos advertido en crónicas anteriores, sobre el infortunado Biden se acumularon el innegable e inocultable acto de corrupción que fue el nombramiento de su muy fracasado hijo Hunter Biden en el directorio de la más grande empresa de hidrocarburos de Ucrania, con un sueldo desmesurado que se le pagaba por no hacer nada… y, a la vez, por el otro lado, el síndrome del fracaso de las arremetidas políticas demócratas contra el gobierno. En esas circunstancias resulta harto dudoso prever qué reacción podrá tener el electorado, sobre todo ahora que, en varios estados importantes, la mayoría de la gente ya no está formada por “blancos evangélicos” sino por una mezcolanza de minorías de piel oscura o amarilla. Sin embargo, tradicionalmente, la gente de Estados Unidos está acostumbrada a tenerle miedo al socialismo. De ahí que, según muchos, resulta difícil que en noviembre próximo un candidato socialista logre vencer al ultraconservador y ultra violento Donald Trump. Y esto, a juicio de los analistas liberales, hace prever que Trump ganará su reelección en noviembre próximo, y que la confrontación interna en Estados Unidos puede aumentar hasta poner en riesgo el funcionamiento de la democracia misma. De hecho, se dio a conocer que las denuncias por agresiones violentas, que requirieron intervención policial, y en las que los atacantes voceaban frases amenazantes extraídas de los twitters de Donald Trump, aumentaron en un 300%. Y no sólo eso, periódicos como el Washington Post y el Boston Globe mencionaron que también en los colegios se ha detectado un peligroso aumento del bullying, como un matonaje contra estudiantes de piel oscura.   Por cierto la confrontación política de Estados Unidos irradia sus efectos más allá de sus fronteras. Fuertemente hacia Europa y América Latina. En nuestra América Latina, la confrontación ya no sigue las líneas de oposición entre neoliberales de ultraderecha contra socialistas de ultra izquierda. El domingo pasado, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, supuestamente de centro izquierda, invadió violentamente la sala de sesiones del Congreso, acompañado de una fuerza de militares con equipo de combate. Poniendo cara de jefazo, se sentó en el sitial del Presidente de la Cámara y exigió que los parlamentarios presentes aprobaran de inmediato un proyecto de ley que lo facultaba para pedir un cuantioso préstamo en bancos internacionales. Cuando los parlamentarios se negaron a realizar un remedo de sesión legislativa, Bukele no se atrevió a ir más allá de las amenazas y optó por salir del edificio, instalándose en el podio de una estatua, rodeado de los militares, donde pronunció un discurso que, según él, atrajo a una multitud de 50 mil personas. Según la prensa, la gente que se congregó sumaba algo más de mil personas. Lo que Bukele no había tomado en cuenta fue que actuar confrontando los poderes del estado, en este caso el Presidencial contra el Legislativo y el Judicial, configuraba precisamente lo que se está esgrimiendo en contra de Venezuela, para justificar las sanciones de Estados Unidos y otros asociados en su contra. Washington de inmediato declaró “inaceptable” el ingreso del presidente Bukele con tropas, violando el recinto del Poder Legislativo. El presidente Bukele, entonces, declaró ante la prensa  que había actuado así, fíjese Ud., “por inspiración divina”, y que las tropas lo habían acompañado voluntariamente a fin de protegerlo pues no se sabía qué podrían hacerle esos parlamentarios. ¿Qué tal?... Al menos, por ahora, la política salvadoreña ha vuelto a una cierta normalidad jurídica. Pero, para los observadores internacionales, resulta inquietante que el presidente Bukele tenga una desmedida presencia de opinantes en Facebook y otras redes sociales, que aparecen dándole un apoyo extraordinario, prácticamente absoluto y con cero críticas. Eso naturalmente lo vinculan a que Bukele es dueño de una empresa de publicidad especializada en redes sociales, y, además, a que Bukele  se opuso furiosamente a un proyecto de ley que prohibiría subir a las redes sociales mensajes anónimos o mensajes con identidades falsas. Obviamente, se sospecha que su empresa financia a equipos de personas a sueldo encargadas de subir cada una centenares de elogios a su gobierno a través de las redes sociales.   En Guatemala, en tanto, también esta semana el Congreso aprobó una ley que somete a rígido control por el Estado de las O Ene Ges, Organizaciones No Gubernamentales, que en toda Latinoamérica han llegado a constituir un factor decisivo de la formación de bases sociales sobre todo en términos de educación y derechos humanos. La nueva ley aprobada en Guatemala establece que cualquiera ONG, que reciba financiamiento internacional, será de inmediato suprimida si se la relaciona con ideas o llamamientos que puedan alterar la “tranquilidad social”. Por cierto esa nueva ley ha sido calificada como un intento funesto de obstaculizar la organización de las bases sociales, se opone a la formación de grupos de estudio y reflexión política, y le otorga exclusividad en ese campo a los partidos políticos tradicionales. En Venezuela, por otra parte, un tío del autoproclamado Presidente Guaidó fue detenido al desembarcar en el aeropuerto de Caracas, por llevar sustancias explosivas ocultas en el interior de unas linternas que llevaba en el equipaje. Además, el tío de Guaidó iba provisto de un chaleco antibalas, lo que está prohibido en todas las líneas aéreas comerciales del mundo. La detención de este personaje llevó declaraciones amenazantes del gobierno de Donald Trump, que anunció que podría iniciar acciones de castigo contra el gobierno venezolano. En respuesta, el gobierno bolivariano de Venezuela convocó a maniobras militares a gran escala, en las que participarán 2 millones 300 mil efectivos con capacidad de combate. Estas maniobras estarán bajo el mando el ejército profesional, la Fuerza Aérea, la Armada y el Ejército de tierra en sus ramas de infantería, blindados, artillería y misiles.   Por otra parte, el gobierno de Donald Trump anunció que aplicará severas sanciones en contra de México, en caso de que el gobierno mexicano compre helicópteros de fabricación rusa, fíjese. Más al sur, el gobierno del Perú sigue debatiéndose en el pantano de corrupción, venalidad y sobornos que parecen dar de comer a toda la clase política. De hecho, el Presidente Martín Vizcarra ha tenido ahora que enfrentar las renuncias de tres de sus ministros más un subsecretario, involucrados en sobornos de la megaempresa brasilera Oderbrecht. Y en Argentina, el gobierno del Presidente Alberto Fernández enfrenta peligro inminente de que el país no pueda pagar sus compromisos internacionales, y caiga en “default”, o sea, en una virtual bancarrota. Las gestiones ante el Fondo Monetario Internacional sólo han producido por ahora una postergación de pocos meses en el vencimiento de los pagos, luego de que el gobierno del neoliberal presidente Mauricio Macri duplicara el endeudamiento nacional, llevándolo a más de 300 mil millones de dólares. Esto es, un 92% del Producto Interno Bruto de la Argentina. Y agravando las cosas, los préstamos que suscribió el gobierno de Macri fueron otorgado con una abrumadora tasa de interés, del 8%, que Argentina simplemente no podrá pagar.   En tanto, en Europa, la Conferencia de Seguridad, de Munich, que reúne a las naciones europeas más Estados Unidos y Canadá, también ha dejado en evidencia que hay un tono confrontacional impuesto por Washington, que los europeos consideran extremadamente innecesario y peligroso. De hecho, quedó en claro que los más fuertes países europeos, Alemania, Francia, Inglaterra e Italia, en estos momentos están desafiando prácticamente todas las exigencias de Estados Unidos. De hecho, Donald Trump cayó en un paroxismo de rabia cuando el primer ministro británico, Boris Johnson, se negó a prohibir la instalación en Inglaterra del sistema chino Huawei para las comunicaciones 5G. Tanta fue la ira de Trump, que le colgó el teléfono a Johnson, creando una situación insultante para Gran Bretaña que de inmediato canceló  la visita a Washington del primer ministro, que estaba programada para estos días. Más aún, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, respondió a las beligerantes palabras de Trump y su valido Mike Pompeo en contra de Rusia y China, afirmando claramente que para el gobierno de Francia es indispensable mejorar y aumentar el diálogo con Rusia. También Alemania y Francia se negaron a prohibir la tecnología 5G Huawei, porque la consideran claramente superior a la de sus competidores estadounidenses, europeos y sudcoreanos. Especialmente confrontacionales fueron las declaraciones del Presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, que, directamente, acusó a Estados Unidos de, fíjese Ud., “no soportar ni siquiera la idea de una verdadera comunidad internacional, y que, en cambio opera a expensas de exigirle sacrificios a sus vecinos, sus socios y sus aliados”.   Así, una vez más, nos encontramos con que está llegando a punto crítico un proceso de descomposición de las estructuras económicas, política, y culturales incluyendo en ello la moralidad. Quizás ya estamos en guerra, pero, en términos reales, ¿una guerra de quiénes contra quiénes?... ¿Hay todavía quienes creen que a balazos pueden lograrse soluciones buenas? Hasta la próxima, gente amiga. Hay peligro. Hay que cuidarse ¡a ver si todavía podemos hacer algo!   *Imagen: Soldados armados de pie en la Asamblea Legislativa de El Salvador, enviados por el presidente del país Nayib Bukele | REUTERS. Obtenida de publico.es Bukele
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