AUDIO | Crónica de Ruperto Concha: El gran colapso

Por Ruperto Concha / resumen.cl Contra lo que muchos escépticos esperábamos, en Hamburgo, Alemania, la Cumbre de los 20 concluyó con resultados parcialmente concretos y promisorios, y, aunque Ud. no lo crea, con algún mejoramiento de imagen para el presidente Donald Trump. Por cierto, hubo fuertes manifestaciones en contra de la Cumbre, con grupos de manifestantes llegados de toda Europa, que hicieron coros, a gritos y carteles, diciendo “Bienvenidos al Infierno”. Se dice que sólo hubo 70 manifestantes detenidos y unos 160 policías lesionados. Además, quemaron varios automóviles. En cuanto a los refugiados recién llegados de África y el Medio Oriente, se veían estupefactos. Tan estupefactos como se sentirían unos diablejos, recién colados en el Paraíso, que vieran una protesta de angelitos y querubines en contra de San Pedro. ¡No lo podían creer! Pero, según dice la Deutsche Welle, las protestas finalmente son convenientes para el sistema establecido, pues permiten que los descontentos “se desahoguen”, se sientan heroicos por un rato y después vuelvan a sus quehaceres de siempre. Eso, de algún modo, muestra el tono institucional de Europa donde, la semana pasada, el Presidente de la Unión Europea, Jean Claude Juncker, declaró que el Parlamento Europeo, siendo la única institución democráticamente elegida de la Unión, no era más que “una ridiculez”. Pero veamos qué resultados surgieron de la Cumbre de las 20 naciones más ricas del mundo. Lo que todos esperaban era ver una reacción al retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático, y el primer encuentro cara a cara de los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump. Sobre el Cambio Climático, el retiro de Estados Unidos fue dulcificado en parte por la promesa de Trump de participar haciendo un aporte para financiar los acuerdos que se establecieran. Además, otros países dejaron pendiente la ratificación hasta que se aclaren algunos tópicos dudosos. Pero, en mayoría abrumadora, ratificaron los acuerdos y anunciaron que, en diciembre, harán otra cumbre más para fijar procedimientos financieros y calificar los proyectos de las naciones pobres. En ese campo, destaca el hecho de que China, aunque sigue siendo el principal emisor de gases con efecto invernadero, pasó, sin embargo, a tener el récord en reemplazar la energía de combustibles, por energía renovable y no contaminante. Pero fue la reunión de los presidentes Putin y Trump la que resonó con más fuerza y tuvo mayor impacto en la estrategia mundial. En esa reunión sólo participaron 6 personas: Putin y Trump, con sus ministros de exteriores Sergei Lavrov y Rex Tillerson, más sus dos respectivos traductores. Se había programado que la reunión duraría alrededor de 20 minutos, pero se prolongó por bastante más de dos horas. El diálogo fue intenso, y además fue realmente amistoso, fíjese, dentro, claro, de las posiciones antagónicas de ambos gobernantes. Al parecer no eludieron ningún punto de una agenda que sólo podía ser de política y estrategia, sin tocar la economía para nada. Para todo el mundo, excepto quizás para los demócratas estadounidenses y sus afines europeos, esta reunión fue un avance primero e intenso hacia la posibilidad de una cooperación real. Pero, por encima de eso, como lo señaló el célebre analista brasilero Pepe Escobar, de Asia Times, fue una prueba de que el diálogo es más poderoso que la demonización del adversario a través de un periodismo histérico. Ellos no tocaron el tema de las sanciones contra Rusia impuestas por el Senado nortamericano. Trump simplemente aceptó la negativa de Putin sobre el supuesto hackeo ruso en las elecciones de Estados Unidos. Putin fue claro y sencillo: presenten pruebas y evidencias de la supuesta intervención, y no sigan con vagas opiniones de supuestos expertos anónimos que llegado el caso resultan inexistentes. Como tuvo que reconocerlo la propia cadena estadounidense CNN, el asunto de la intervención rusa en las elecciones no era más que una fábula que llegaron a calificar como una “Hamburguesa de Ninguna Cosa”. Por otra parte, el día antes de la Cumbre ya Putin había anunciado que, pese a todas las sanciones económicas, ya Rusia superó su recesión y este año tendrá un crecimiento del orden del 3 al 4%. Pero lo verdaderamente significativo fue el principio de acuerdo de Rusia y Estados Unidos para un cese total del fuego en la zona del sudeste de Siria, el triángulo de fronteras con Jordania e Irak. Más aún, fuerzas de paz de Jordania y Estados Unidos controlarían el cese del fuego en las alturas del Golán, para evitar enfrentamientos que impliquen a Israel. Fuerzas de paz de Rusia e Irán, por su parte, controlarán la zona del sudeste y el centro del país, mientras fuerzas de Turquía controlarán el noreste de Siria, y los kurdos, con apoyo de Estados Unidos, tendrán control del norte hasta la frontera de Turquía. Todo eso, sin embargo, sólo como parte del proceso de paz diseñado por Rusia, Irán y Turquía, en la ciudad de Astaná, Kasakhstan y aprobado por las Naciones Unidas. Y, ello, manteniendo en términos absolutos la integridad territorial de la República de Siria. Fuera de ello, Estados Unidos retiró sus apremios por derrocar al presidente sirio Basher Assad, y, aunque insistió que finalmente Assad tendrá que dejar el poder, ahora se habló de un futuro indeterminado, sin fechas. Por su parte, Alemania y Francia confirmaron su intención de normalizar cuanto antes su relación con Rusia. En rueda de prensa, la primera ministro alemana, Angela Merkel, enfatizó que con un buen entendimiento con Rusia se pueden encarar con éxito incluso problemas tan agudos como los que existen con Corea del Norte. Francia e Italia, por su parte, confirmaron el establecimiento de nuevos acuerdos comerciales con Rusia, además de respaldar por completo el nuevo gasoducto de Rusia hacia Europa central, por el fondo del mar Báltico, sin pasar por Polonia ni los Estados Bálticos. Junto con ello, la participación de China en la cumbre incluyó la confirmación de una alianza estrecha y sólida con Rusia, unida a un vastísimo programa de inversiones nuevas de capitales chinos en proyectos industriales de tecnología de punta rusos. En tanto, a la sombra de estos grandes titulares, pasaron desapercibidos tres temas de enorme relevancia estratégica. Uno, la debilidad de Arabia Saudita y sus aliados en su enfrentamiento contra el diminuto reino de Qatar. Fuera del temblequeante gobierno de Gran Bretaña, ninguna potencia ha respaldado el bloqueo de Arabia Saudita contra Qatar, y de hecho ha habido un llamamiento casi unánime a que pongan fin al bloqueo y normalicen las relaciones. El segundo tema fue el amplio acuerdo comercial y de inversiones contraído por la Unión Europea y Rusia, con Japón. Y el tercero fue el estado de alerta militar en la frontera de China con Bután, en el que han intervenido tropas de la India, y por el cual el ministro de guerra de la India hace tres días llegó a afirmar, fíjese Ud., que su país no siente ningún temor de ir a la guerra contra la China y Pakistán, al mismo tiempo. En gran medida son estas noticias de trasfondo las que están motivando un clima de bronca, principalmente entre los jóvenes europeos, donde la cesantía sigue siendo superior al 20% para los de menos de 30 años. Para ellos, todo el juego actual de una economía falseada a nivel mundial no es más que el preludio de lo que llaman el Gran Colapso Económico Global, que implica la desvalorización ruinosa de las principales monedas del comercio mundial y su reemplazo por un dinero nuevo, respaldado, o bien con oro físico o bien con algoritmos algebraicos imposibles de falsificar, como es el caso del Bitcoin. Sin poderse recuperar realmente de la crisis que estalló en 2008, Estados Unidos, Europa, Japón, China, Australia y prácticamente todos los países más desarrollados del sudeste asiático, recurrieron a gigantescas emisiones de dinero sin más respaldo que bonos de los propios gobiernos y sujetos a una tasa de interés de prácticamente cero, a fin de postergar un huracán inflacionario. Ya en enero de este año, el Fondo Monetario Internacional y el Instituto Internacional de Finanzas admitieron que el endeudamiento global del año pasado superó los 217 billones de dólares. 217 millones de millones de dólares. Lo que equivale a más de tres veces la suma total del producto interno bruto de todos los países del mundo. O sea, toda la economía mundial en estos momentos se basa en un endeudamiento políticamente autorizado por gobiernos que ya únicamente concentran sus esfuerzos en seguir chuteando hacia adelante un desenlace que se sabe inevitable. Y el más famoso de los economistas convencionales, el premio Nobel Paul Krugman, se vio obligado a reconocer que el crecimiento económico sostenido de los países, simplemente se ha vuelto imposible. Según él, la crisis no se puede superar porque se origina en la estructura misma de la economía capitalista. O sea, que sin cambiar la estructura misma de la economía capitalista, sin cambiar el capitalismo, la crisis no se puede resolver. Y, fíjese Ud. que el mismo Paul Krugman acepta el hecho de que el crecimiento económico actual exige que siga habiendo explosión demográfica. Pero, como la natalidad y la planificación familiar están frenando el crecimiento demográfico, se vuelve difícil o imposible salir de la depresión. Y bueno, como confirmando esos dichos de Paul Krugman, ya varias economías han caído en bancarrota en estos momentos por su endeudamiento. Entre varios otros, es el caso del estado de Illinois, en Estados Unidos, el de Puerto Rico, y el de El Salvador, en América Central, cuyo endeudamiento ya los llevó a una parálisis sin solución. En buenas cuentas, se está hablando de un Gran Colapso total de la economía, con todas las implicaciones políticas y estratégicas que eso implica. Pero, ¿se trata de un colapso inevitable?... ¿O es que la clave dialéctica de los fenómenos naturales donde los derrumbes generan renacimientos… esa dialéctica se aplicará también sobre este engendro artificioso que es la economía capitalista centrada en el dinero? Son muchos y muy brillantes los economistas, sociólogos, historiadores y estrategas de negocios, los que están mostrando la aparición de síntomas que apuntan a que una nueva forma de sociedad está gestándose, en un estado todavía embrionario pero ya bastante avanzado. Es decir, el Gran Colapso de la economía llamada “neoliberal” no sólo implica un nuevo modelo o paradigma del quehacer comercial y financiero. Más allá de eso, lo que está cobrando forma es una nueva sociedad. De hecho, es prácticamente una nueva civilización. Ya en 1998, el analista Alvin Toffler había afirmado que el llamado Capitalismo estaba condenado a muerte, no por una revolución política sino porque el concepto mismo de Capital, como dinero y poder financiero, está quedando obsoleto. La producción de bienes y servicios requiere cada vez menos inversión de dinero, y la tecnología, por su parte, hace innecesario a un número creciente de trabajadores. O sea, los conceptos básicos de Capital y Trabajo están perdiendo vigencia. De hecho, en estos momentos la adquisición de robots y sistemas autómatas de producción ciertamente son parte del capital… ¡No hay sindicatos de robots! Más aún, la nueva tecnología ya está teniendo por efecto que el aparataje de máquinas inteligentes y robots comiencen a independizarse de las grandes inversiones de capital. Según describe el economista Thomas Picketty, durante los últimos 250 años la economía se basó en acumulación del poder financiero en pocas manos, en muy pocas manos. De hecho, la economía de mercado y la libre competencia tienen invariablemente el efecto de generar monopolios abiertos o monopolios encubiertos mediante los acuerdos entre empresas dominantes que sólo fingen competir entre ellas. Pero ahora, en cambio, está cobrando velozmente fuerza un nuevo tipo de economía, bautizada como la Economía Gig, que en el hecho genera un campo de actividad económica basado en la oferta de servicios por trabajadores independientes, por términos temporales reducidos, que actúan como contratistas para las grandes empresas o como proveedores directos al mercado consumidor. En el mismo modelo, participan también productores de una vasta gama de productos, que van de joyería, ropas y accesorios, hasta servicios complejos y altamente calificados, como la medicina, los servicios jurídicos de abogacía, y los diseños de arquitectura o procedimientos ingeniería de ejecución. Obviamente, junto con ello está cobrando fuerza la oferta de trabajos de carácter artístico, desde producciones musicales hasta realizaciones de arte dramático, artes plásticas. En fin, una gama de actividades que se desprenden de las grandes empresas tradicionales, incluso del estado, y penetran en todos los niveles del mercado a través de contactos por empresas de tecnología digital, cuyo rol es articular la oferta y la demanda, obteniendo por ello una comisión. De hecho, el rubro más vigoroso en esta economía “Gig”, es el de expertos en Tecnología Informática, donde los contratistas independientes están ya obteniendo ganancias enormemente superiores a los niveles de sueldo ofrecidos por las empresas tradicionales. Por cierto, este proceso está en su etapa emergente, y sin duda presenta todavía imperfecciones, puntos débiles o inconvenientes. Pero, precisamente, el trabajo de ir corrigiendo esas fallas o incluso esos fracasos, es lo que sigue fortaleciendo esa nueva forma de economía que se caracteriza especialmente por no provocar concentración de riqueza en pocas manos. En vez de eso, tiende a crear innumerables focos de prosperidad. La nueva realidad que comienza a perfilarse, aunque todavía esté en su etapa embrionaria, aparece inevitablemente ligada a otros procesos políticos, culturales, e incluso biológicos. Como ya tuvo que admitirlo Paul Krugman, el propio pontífice de la Economía Neoliberal, el avance cultural ligado al desarrollo económico, y a la angustia por la incertidumbre hacia el futuro, ya está teniendo por efecto una disminución de la natalidad. Junto a ello, ya un sector muy grande de la población, sobre todo en los países en vías de desarrollo, entiende que la oferta de trabajo en términos tradicionales, está disminuyendo mucho más rápido de lo que se esperaba. Se estima que en los próximos 5 años se perderá alrededor de un 15% de los puestos de trabajo existentes. Oiga, y eso en sólo 5 años, o sea lo que toma estudiar una carrera. ¿Qué carrera deberán estudiar esos chicos y chicas que hoy tienen 17 o 18 años? Pero la planificación familiar ahora se proyecta también en otros aspectos. Cada vez más las parejas buscan información biológica sobre la compatibilidad genética de ambos, y cada vez hay mayor oferta médica para corregir rasgos que pudieran ser hándicap, que pudieran poner en desventaja al bebé que desean tener. Y, al menos por ahora, resulta claro que son las parejas con mayores recursos económicos, las que ya pueden elegir lo que consideren mejor para sus hijos en términos de salud, inteligencia y belleza. Las nuevas tecnologías, incluyendo el reemplazo de fábricas completas por simples impresoras tridimensionales, seguirán poniendo la capacidad de producir riqueza al alcance de personas emprendedoras, creativas, soñadoras y dispuestas a aguantar todos los fracasos que hagan falta antes de alcanzar el éxito completo. Pero eso implica una contrapartida oscura y dolorosa: la realidad de que cada vez habrá más seres humanos que estarán de sobra por una u otra razón. Y eso implica que cada vez estará más determinado el número de hijos que una familia podrá responsablemente generar. Pero lo doloroso y lo trágico puede también generar buenos efectos. Por ejemplo, gracias a la Primera Guerra Mundial, millones y millones de mujeres lograron salir de la servidumbre. Pudieron ingresar al trabajo remunerado y a la educación en todos sus niveles. Y gracias a la Segunda Guerra Mundial, la humanidad logró entender eso que los Jaivas expresaron tan bien cuando cantaban que… “este mundo es uno y para todos… todos juntos vamos a vivir”. ¿Será entonces tan malo que se produzca el Gran Colapso? ¡Hasta la próxima, amigos! Cuídense, es necesario, Ud. lo ve, hay peligro… pero en una de esas, todo puede resultar bien.  
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