Por Ruperto Concha / resumen.clcripto-yuan
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A la sombra de su tragedia del virus Sars CoV2 o Virus de Wuhan, China se las arregla para lucir deslumbrante a pesar de todo. De hecho, la disminución en un 50% de los contagios dentro de su territorio muestra que la epidemia ya está bajo control, y que el peligro ahora se centra en los contagios en el resto del mundo.
También quedó en claro que los contagios representan un grado de mortalidad notoriamente bajo, mientras que, de hecho, dentro de Estados Unidos, la influenza común ha causado ya 92 muertes en menos de un mes, y los médicos admiten que los virus comunes evolucionaron y las vacunas sólo son eficaces en un 50% de los casos. De hecho, recomiendan volver a vacunarse cada seis meses.
Es, entonces, el momento de que los demás gobiernos aprendan la manera en que China encaró esa calamidad.
Y, fíjese Ud., eso implica la capacidad de aplicar los recursos digitales avanzados. La llamada “Inteligencia Artificial”.
Con una velocidad extraordinaria, el gobierno chino puso en marcha más de 20 servicios digitales ultra rápidos en redes similares a las que operan el dinero digital como el bitcoin. Son las llamadas “redes de blockchain”, que la gente pudo utilizar gratis para realizar prácticamente todas sus actividades normales, sin salir de sus zonas protegidas.
Con ese contacto digital, toda la gente quedó en condiciones de comunicarse con los servicios médicos, realizar sus trabajos en la mayoría de los casos, continuar sus estudios, y, por supuesto, adquirir los artículos de consumo que les eran enviados a domicilio mediante sistemas perfectamente antisépticos.
Así, los más de 60 millones de personas que quedaron bloqueadas en las zonas de seguridad pudieron comunicarse, trabajar, hacer negocios e incluso cobrar los seguros médicos que tuvieran contratados. Por ejemplo, cada persona con seguro médico contagiada por el virus Wuhan está facultada para cobrar por una vez algo más de 14 mil dólares.
En tanto, dentro de los recintos hospitalarios y luego en lugares públicos, recintos educacionales, edificios de departamentos y condominios, patrullan verdaderas brigadas de robots especialmente equipados realizando labores de desinfección acuciosa.
Son robots de tamaño mediano provistos de potentes focos que emiten rayos ultravioleta, y vaporizadores que chisguetean los aparatos mecánicos, los muros y los suelos con compuestos antisépticos a base de peróxido de hidrógeno.
Así la aplicación de tecnología digital avanzada aseguró que la gente conservara un máximo de sus facultades y posibilidades dentro de las zonas sujetas a bloqueo sanitario en las cuales, incluso se suspendió completamente el uso de billetes o monedas, que fueron reemplazados por el antiséptico dinero electrónico.
En realidad, durante ya varias décadas China venía desarrollando investigaciones, experimentación e inversiones, estatales y privadas, que acumulan ya centenares de patentes de propiedad intelectual en el campo de la Inteligencia Artificial, incluyendo los más bien oscuros campos de la llamada “nanotecnología”, que contempla manipular objetos microscópicos de un cienmilésimo de milímetro.
Recordemos que un “nanómetro” equivale a la mil millonésima parte de un metro… Y se está trabajando con esas partículas incluso para crear microscópicas maquinitas de investigación, capaces de penetrar en los microorganismos vivos.
Ya hace 20 años, cuando se dio a conocer mundialmente el Genoma Humano, la Universidad Biológica de Hunán, China, admitió estar ya en condiciones de modificar el ADN de cualquier mamífero, incluyendo al ser humano.
Por supuesto, en el resto del mundo desarrollado también se está trabajando en ese campo. De hecho, el físico estadounidense Charles Lieber, fue condenado por ocultar su asociación con colegas chinos en investigaciones, experimentos y desarrollo de programas de nanotecnología en la China. O sea, se descubrió que existe una colaboración secreta entre científicos chinos y estadounidenses.
Los avances en ese campo se combinan con el desarrollo de materiales artificiales, como polvo o cenizas de platino aglomeradas, para fabricar diminutos instrumentos digitales capaces de penetrar en las células, incorporarles o sacarles partes, o, incluso, instalarse allí, con capacidad de emitir descargas eléctricas que alteren la conducta celular.
Supuestamente, esos aparatitos microscópicos tendrían la capacidad de provocar sensaciones y “sentimientos” corporales. Por ejemplo, elevar la intensidad del placer y unirlo a una sensación de confiada seguridad.
Se entiende, así, el temor que genera la posibilidad de una tecnología capaz de interconectar la actividad mental de los seres humanos, hasta formar artificialmente una multitud unida, unificada, en lo emocional y lo intelectual.
En los últimos meses, científicos chinos, europeos y estadounidenses han logrado dar pasos importantes para la aplicación de la Inteligencia Artificial en más y más áreas de la actividad humana.
Hace poco, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts lograron, por ejemplo, producir un nuevo antibiótico, completamente distinto de los ya conocidos, que son todos derivados de la penicilina, y que ya se habían vuelto ineficaces porque las bacterias desarrollaron resistencia.
El nuevo antibiótico, llamado “Hacilina”, fue descubierto mediante un programa de inteligencia artificial que le enseñó a una red neuronal de computadoras el modo de analizar las estructuras moleculares de diversos compuestos, y seleccionar las moléculas según ciertos parámetros.
Asimismo, la red neuronal de los computadores estaba capacitada para ir aprendiendo ciertas características de bioactividad a medida que las descubría como útiles para clasificar los resultados.
La red analizó 2.500 clases de moléculas, obtenidas a partir de 1.700 fármacos y 800 productos naturales, cada cual con sus diversas estructuras.
Así la red neuronal de computadoras programadas en inteligencia artificial, con capacidad de aprendizaje y de auto-corrección, en sólo 3 días logró identificar más de cien millones de compuestos, clasificando alrededor de 10 nuevos medicamentos eficaces sobre bacterias de enfermedades que se habían vuelto incurables para los antibióticos conocidos.
Fue así que llegaron al descubrimiento de la Hacilina, que mostró ser capaz de eliminar por completo a esos microorganismos.
En estos meses sacudidos por el temor de una pandemia del Coronavirus de Wuhan, el mundo de los inversionistas se volcó a analizar las nuevas perspectivas que surgen de las aplicaciones chinas de Inteligencia Artificial.
Una multitud de aplicaciones cibernéticas que van desde las comunicaciones hasta la producción digital de bienes y servicios concretos, y desde las máquinas y el armamento de guerra hasta juegos y entretenciones, que parecen estar anunciando una feria de ofertas y de negocios.
Para la estrategia político-militar de China, las novedades van desde el lanzamiento de nuevos mini-buques de guerra dotados de formidable armamento y capaces de cumplir misiones de combate, sin tener ningún ser humano a bordo, hasta el anuncio ya inminente de los nuevos cohetes de transporte orbital, con capacidad de 20 toneladas de carga.
Beijing anunció un programa de diez misiones espaciales para los próximos meses, incluyendo la puesta en órbita de una estación espacial permanente, dotada de laboratorios y talleres.
Pero, en relación a la economía mundial, el impacto más fuerte lo produjo el anuncio del Banco de China, de haber planificado ya y tener próximo el lanzamiento de un nuevo dinero digital, el Yuan Electrónico, que será la primera moneda soberana que irrumpirá en el comercio mundial.
Inicialmente, China se había mostrado adversaria del dinero digital. Pero, tras el lanzamiento de la cíber-moneda emitida por Facebook, la llamada Libra, el gobierno aceptó emitir el Cíber Yuan, con respaldo del Estado, garantizando sus características de nula inflación, instantaneidad de los pagos internacionales, y control en cuanto a lavado de dinero fraudulento o financiamiento terrorista.
Sin embargo, a la vez, el gobierno chino garantiza que el yuan electrónico mantendrá la privacidad de las operaciones legítimas, garantizando que se mantendrá el carácter anónimo de los traspasos de dinero.
Por supuesto, el lanzamiento del yuan electrónico, llamado también el “cripto-yuan”, provocó horror en Estados Unidos, que ya desde antes ha visto todas las formas de dinero digital, desde el bitcoin adelante, como una amenaza a la hegemonía del dólar en la economía mundial.
Sobre todo, la Dirección de Inteligencia Nacional de Washington anunció que está investigando las amenazas del dinero electrónico contra la seguridad nacional de Estados Unidos.
De hecho, la declaración formal de Washington señala que, para la Seguridad Nacional de Estados Unidos, es indispensable mantener el poder hegemónico del dólar como moneda de reserva y comercio mundial.
Señala que el poder del dólar sobre el comercio, le permite a Washington imponer control estricto de cumplimiento de las sanciones económicas sobre otros gobiernos u organizaciones que considere criminales.
Sin embargo, en su misma declaración, la Dirección de Inteligencia admite que son reales las amenazas graves contra la hegemonía mundial del dólar, sobre todo por el uso del cíber dinero y, más aún, de las poderosas economías rivales, como las de China y la India.
Según el análisis del economista Paul Muir, en Asia Times, el poder y la seguridad del cíber dinero, radica en que es inmune a la inflación, es inmune también a las falsificaciones o las emisiones inorgánicas que no están respaldadas más que por la deuda, como es el caso del dólar americano.
Y es por ello que parece inevitable que una nueva economía basada en el dinero digital llegará a desplazar al dólar en un plazo bastante breve, abriendo así el espacio para una nueva economía internacional multipolar, independiente de las decisiones políticas de Washington o de cualquiera potencia nacional.
Una economía multipolar es, necesariamente, una economía mundial democratizada. Sujeta a un criterio jurídico internacional que realmente constituya derecho, y cuyas leyes deban ser acatadas por cada una de las naciones.
Ciertamente los recursos técnicos de la Inteligencia Artificial pueden ser aplicados para definir una suerte de Constitución Mundial coherente con los valores y el derecho mundialmente aceptados y que sea poderosamente vinculante, por ejemplo, para hacer que de una vez por todas se vuelvan imposibles esas estúpidas guerras que sólo son deseadas por una ínfima minoría de la clase política.
Pero, ¿quiénes serán los que tengan el poder de diseñar, generar y activar aquella inmensa fuerza de la inteligencia? ¿Qué inteligencia puede ser esa que, siendo artificial y creada para enfrentar el peligro de la auto destrucción, puede salvarnos de la estupidez natural en que estamos sumidos?...
¿Será que todavía la inteligencia humana es capaz de crear otra inteligencia superior o al menos más benigna, como una especie de Ángel de la Guarda de nuestra civilización?
Hasta la próxima, gente amiga. Hay peligro. Hay que cuidarse ¡a ver si todavía podemos hacer algo!
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