AUDIO | Crónica de Ruperto Concha: Peste automática

Por Ruperto Concha / resumen.cl Opción 1: archive.org Opción 2: Spotify https://open.spotify.com/episode/1H6BwuNcoEvzxrhuqLWPtg Con el debido respeto por las teologías y sus teólogos, tenemos que respetar también al poeta y filósofo griego Jenófanes que vivió casi seiscientos años antes de Cristo. Eso, porque él señaló que las gentes de Tracia, que eran rubios, pintaban a sus dioses también rubios, mientras que los egipcios los pintaban morenos. Jenófanes no pretendía discutir sobre quién tenía razón. Según él, los humanos siempre tratamos de darle a nuestras divinidades un aspecto  y un carácter similar al nuestro. Y entonces él comentó: “Si los caballos tuvieran dioses y pudieran representarlos, sus dioses tendrían cabeza de caballo”. Al menos en las religiones derivadas de la Biblia, le atribuyeron a Dios una personalidad y un carácter que parecen calcados de un jefazo semita, violento, vengativo y bastante vanidoso, como eran los de aquellos siglos pretéritos. Y ahora, en estos días angustiosos del Coronavirus, el derrumbe económico y la incertidumbre, muchísimos son los creyentes de las principales religiones bíblicas, judíos, cristianos y musulmanes, creen que la Pandemia no es un asunto médico sino teológico. En países islámicos, como Indonesia, Irán, y el mundo árabe, los gobiernos han tenido que suplicar, amenazar y hasta usar la fuerza militar para poner en cuarentena las congregaciones y peregrinaciones multitudinarias a los santuarios. En Israel, el gobierno ha tenido también que movilizar las fuerzas de seguridad para suspender la asistencia a las sinagogas e incluso al Muro de los Lamentos. En Brasil, obispos y pastores de las principales iglesias evangélicas, agresivos partidarios de Jair Bolsonaro, se declararon en rebeldía contra los decretos de los gobernadores estaduales, que prohíben actos religiosos colectivos. Los pastores-obispos Silas Malafia, de la “Asamblea de Dios Victorioso en Jesucristo”, y Edir Macedo, de la “Iglesia Universal del Reino de Dios”, llamaron a rebelarse y violar la cuarentena, afirmando que la Peste del Coronavirus es una mentira inventada por el diablo en persona. En Estados Unidos, causó estupor el caso del pastor evangélico Landon Spradlin, de Virginia, que también vociferaba que la Pandemia es una mentira diabólica. Se contagió el pobre y se murió antes de ayer… y acá, en Chile, los 8 casos de coronavirus diagnosticados en San Pedro de la Paz, región del Biobío, corresponden a evangélicos que confiaron más en los rezos que en la profilaxis.   En realidad, esta pandemia se produce en medio de muchísimas incógnitas. De hecho, las cifras obtenidas por los servicios de salud son sólo resultado de datos incompletos. De hecho, los períodos de latencia del COVID19, en que los contagios no presentan síntomas, pueden prolongarse hasta por varios meses, durante los cuales los contagiados son portadores asintomáticos que contagian a muchas otras personas. Así, súbitamente, suele aparecer un número enorme e inesperado de enfermos, y pueden variar las cifras de mortalidad de la pandemia, estimada en alrededor del 3%, pero que en países como Indonesia llega hasta el 8% de mortalidad de los enfermos. Asimismo, sigue en lo desconocido el origen del Coronavirus. Los análisis biológicos ya determinaron con claridad que se trata de la modificación de un virus endémico de murciélagos del sudeste asiático, que evolucionó para infectar a los armadillos llamados pangolines, y luego volvió a evolucionar para infectar a los humanos. Para muchos analistas científicos, incluyendo a prestigiosos biólogos del Japón, hay indicios que sugieren que la modificación del virus fue hecha en laboratorio. Más aún, los japoneses respaldaron la sospecha planteada por China, de que ello se hubiera realizado en Estados Unidos. A eso se agrega la decisión del Pentágono de vetar toda una gama de información sobre el COVID 19, fíjese Ud., “por razones de seguridad militar de Estados Unidos”. Sin embargo, ha prevalecido la posición de negar que el virus haya sido creado artificialmente, con el argumento de que es poco probable que se hubiera modificado el virus adaptándolo de los murciélagos a los pangolines, en vez de adaptarlo directamente a los seres humanos. O sea, se opta por desechar la idea sólo por ser “poco probable” y no porque haya evidencias científicas. En todo caso, el clima de temor, de tensiones estratégicas, y sobre todo el caos económico mundial provocado por el COVID19, aparecen como síntomas de una amenaza mayor y en parte muy oculta que puede demoler la mayor parte de la estructura económica, valórica y social de nuestro planeta.   El impacto económico del COVID19 ha sido inmensamente mayor que el de cualquiera de las pandemias anteriores, incluyendo la pandemia del virus del SIDA, el dengue y las pandemias respiratorias que alcanzaron un índice de mortalidad muchísimo mayor. En Europa, donde se concentran los más eficientes y bien dotados servicios médicos, ya superó los 23 mil, que era la cifra de muertos por el COVID19, y la Unión Europea acordó el jueves pasado un fondo de 40 mil millones de euros para frenar la pandemia. Pero, más allá de los objetivos médicos y sociales, tanto la Unión Europea como el Grupo de los 20 comprometieron crear un fondo de más de 5 billones de dólares para reactivar la economía. Por su parte, el congreso de Estados Unidos ya aprobó el fondo de dos billones de dólares más para rescatar la economía interna de ese país. El anuncio de esos fondos para Europa y Estados Unidos provocó de inmediato una recuperación de las bolsas de comercio y un aumento del precio de las acciones. Sin embargo, como lo señala el analista financiero David Goldman, del Asia Times, esas enormes sumas de dinero en realidad son sólo deuda. La aparente recuperación mostrada por las bolsas de comercio parece no ser más que un intento acelerado de agarrar la mayor parte posible de aquellos billones de dólares y euros, ya que la economía real no tiene cómo generar con su producción de bienes y servicios el pago de una deuda que se ha elevado hasta lo impagable. Se estima que el crecimiento económico de Europa será de menos uno por ciento, en el mejor de los casos, y el de Estados Unidos no pasará de ser una ficción o una recesión mal cubierta por el endeudamiento.   Por cierto, el descalabro económico no puede ser realmente corregido como se intentó en la crisis de 2008, simplemente inyectando un dinero que finalmente es sólo deuda. También China sufrirá un frenazo intenso de su economía, pero aun así alcanzará un crecimiento del orden del 6%. Y una vez más su rol en el sistema internacional será el de locomotora que empuja a los que están varados. De hecho, en todo el sudeste asiático, incluyendo a Japón y Corea del Sur, las naciones ya están vinculando sus expectativas a nuevos acuerdos comerciales con China y no con Estados Unidos. Por su parte, los europeos ven con muchísima alarma cómo inversionistas chinos han adquirido ya una parte muy grande de las empresas europeas. Por ello, Alemania y los países escandinavos están considerando aprobar leyes que prohíban la venta de empresas claves a inversionistas extranjeros. Asimismo, el viernes, la Unión Europea, junto a Australia, Canadá, China, Nueva Zelandia, Noruega, Singapur, Suiza, más los latinoamericanos México, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay, ya asestaron un poderoso golpe al predominio comercial de Estados Unidos, al aprobar la creación de un Tribunal Arbitral en el seno de la Organización Mundial de Comercio, para independizar la solución de los conflictos comerciales sin participación de Estados Unidos. O sea, entre los efectos secundarios de la catástrofe del Coronavirus, se cuenta la exclusión de Estados Unidos en asuntos como la aplicación efectiva de sanciones impuestas por Washington.   Otros de los fenómenos de la pandemia ha sido la desaparición del oro de los mercados mundiales. No hay oro. Al parecer, los inversionistas ya buscaron la seguridad de los cospeles y las monedas de oro hasta agotar las existencias disponibles en el mercado. El precio de la onza troy de oro cerró ayer sábado en casi 1.800 dólares… eso si es que aparece alguna onza que esté a la venta. También el bitcoin subió su valor en casi 1.700 dólares en los últimos dos días, y se estima que se estabilizará en la primera semana de abril, en un precio en torno de los 7.600 dólares. Con ello, parece afianzarse la firmeza económica de China, junto a la inesperada fuerza de Rusia, que prácticamente tiene cero deuda externa mientras que sus reservas de oro son las mayores del mundo. Asimismo, el desarrollo científico de Rusia y China se está expresando también en la lucha contra el Coronavirus, tras anunciarse, ayer, que el Ministerio de Salud de Rusia ha recibido para su aprobación un medicamento basado en el compuesto antipalúdico mefloquina, que paraliza la reproducción del virus y elimina la respuesta inflamatoria que provoca la enfermedad. Se espera que tras la aprobación final de la Agencia Federal Médico-Biológica de Rusia, el medicamento será puesto a la venta, a un precio muy bajo.   En Estados Unidos, en tanto, junto con la noticia de que 3 millones y medio de trabajadores quedaron cesantes en la última semana, impactó a la opinión pública el dudoso estado de salud mental del casi precandidato presidencial demócrata Joseph Biden, que ha tenido incidentes penosos incluyendo algunas incoherencias al ser entrevistado en TV. De hecho, el pasado jueves, entrevistado por un canal de TV, apareció hablando en forma confusa y terminó repitiendo la afirmación de Donald Trump, de que “la cura del COVID 19, hará que el problema se ponga peor, sea la que sea.”. Ciertamente para los demócratas es un alivio que ya 14 de los estados de la nación hayan resuelto postergar hasta junio las primarias para lanzar la campaña presidencial que, incluso, podría eventualmente postergarse también uno o dos meses.   Aparentemente la amenaza biológica del Coronavirus puede estar próxima a su término. Pero estos tres o 4 meses de pandemia nos dejarán un mundo muy descalabrado. Posiblemente Estados Unidos se volverá de nuevo hacia su interior. Ya Trump le rogó al príncipe Mohammed bin Salman, de Arabia Saudita, que no siga estropajeando el precio del petróleo que se mantiene en 25 dólares el barril, y está arruinando la industria petrolera estadounidense. También, se están yendo de Afganistán las tropas americanas, y parece ser que se acerca el retiro de las tropas que siguen en Irak. Pero, ¿qué líderes se harán cargo del futuro?... Hablando en serio, ¿quién sabe quién fue el que inventó la rueda, o las poleas, o la mayonesa? El pasado nos muestra que la humanidad encuentra sus más valiosas soluciones como si surgieran por sí solas. Hasta la próxima, gente amiga. Hay peligro. Pero parece que vamos hacia el futuro con piloto automático.
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