AUDIO | Crónica de Ruperto Concha: Tantos tontos

Ruperto Concha / resumen.cl   El viernes pasado, la gran agencia noticiosa USA Today le preguntaba a todo el mundo: ¿Es John Bolton el individuo más peligroso del mundo?”. Eso, luego de que el presidente Donald Trump declarara enfáticamente que él no quiere que haya guerra con Irán… de lo que se deduce que es John Bolton el que está endilgando a Estados Unidos hacia una inminente guerra con Irán. Aliado con Turquía, Irak y Paquistán, además, por supuesto, de China y Rusia. ¡Vaya enemigos! Al mismo tiempo, la Presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, declaraba ásperamente que el gobierno de Trump no está autorizado para declarar la guerra a Irán. Por su parte, el embajador de Irán ante las Naciones Unidas, Majid Ravamchi, reiteró que su país no desea aumentar la tensión bélica, pero, por supuesto, debe prepararse ante las amenazas. Y agregó, fíjese Ud.: “Acumular un enorme y amenazante aparato bélico junto a nuestras fronteras trae consigo, proporcionalmente, una acumulación de peligro de que algo salga mal y que se desate una tragedia en la que todos resultaremos perdedores.” En tanto, el gobierno de Paquistán emitió un fuerte llamado a Washington y Teherán instándolos a bajar el tono de las amenazas y preferir, con urgencia, el empleo inteligente de la diplomacia. Ahora,  por su parte, Arabia Saudita, que no parece ser muy inteligente, instó a que Estados Unidos, de inmediato, comience a lanzar ataques “quirúrgicos” contra Irán, con misiles Tomahawk, tal como lo hizo contra Siria. Eso, luego de que varios barcos petroleros cargados de petróleo Saudita y de los Emiratos, fueron desbaratados con drones de ataque lanzados desde las costas de Yemen y Paquistán, como una demostración de que, si hay guerra, no hay petróleo, no hay petróleo árabe, y el precio mundial de los combustibles se dispararía por encima de los 450 dólares el barril.     Ciertamente, todos saldríamos perdiendo. Incluso los pobrecitos como Ud. y como yo. Ya sabemos que ese pequeño y pobre paisito llamado Vietnam le propinó la más vergonzosa paliza al tremebundo poderío militar de Estados Unidos, que terminó huyendo, derrotado y abandonando un inmenso tesoro en oro, dólares, equipamiento militar y de logística. En el caso de Irán, su defensa cuenta con armamento y recursos humanos que, aún en caso de que fuera derrotado, provocará daños enormes a sus agresores. De hecho,  según analistas del Pentágono, el ejército iraní es notoriamente superior al ejército de Israel. Sus defensas costeras están dotadas de cientos de misiles supersónicos rusos SS-NX-26, que, a casi 3 mil kilómetros por hora, vuelan a ras del agua y han sido desarrollados precisamente por su capacidad de burlar los equipos Aegis de la defensa antimisiles de Estados Unidos. Y, además, claro está, China y Rusia harán sentir muy fuerte su apoyo a Irán. De hecho, está implícito que el destino de Irán será un anticipo de lo que le espera a ambas súper potencias si es que se quedaran con los brazos cruzados. Recordemos que, en estos momentos, según el florido lenguaje de  Donald Trump y sus asesores Bolton y Pompeo, China y Rusia comparten con Irán estar etiquetados como “amenazas contra la seguridad de los Estados Unidos”. Ah, bueno, y también lo mismo le pasa a Venezuela, Cuba y Nicaragua, también ellos son “amenazas”.     Así, pues, todas las señales apuntan a que, una vez más, el ruido de sables de Washington terminará sonando más bien como el ruido que hacen los chimpancés golpeándose el pecho para meter miedo. De hecho, ante el tono amenazante que se venía provocando, ya tres de los principales aliados de Estados Unidos, Alemania, España y Gran Bretaña, resolvieron retirar de inmediato sus efectivos militares destacados en Irak, dejando en claro que ninguno de ellos participaría en una guerra contra Irán. Es decir, Washington aparece, peor que solo, ¡muy mal acompañado! Un ejército de Arabia Saudita, que ni siquiera gastando miles y miles de millones ha logrado quebrantar a los rebeldes hutíes yemenitas… Y un ejército de Israel que, diga lo que diga el reelecto señor Netanyahu, considera que una guerra con Irán puede ser letal para la supervivencia de Israel físicamente como país. De hecho, el arsenal de bombas atómicas israelíes no tendría valor alguno para enfrentar un ataque nuclear desde Irán Según analistas militares de Estados Unidos, Europa y Rusia, la actual crisis de casi-guerra con Irán parece haber sido una maniobra concebida por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, partiendo de la  base de que, ante acciones concretas y fuertes de que Estados Unidos iba a declararle la guerra de veras, Irán terminaría por rendirse aunque fuese a último momento. Bueno, según se ha sabido, los altos mandos militares de Israel siempre consideraron que ese plan era muy tonto. Y muy caro, y, quizás también, muy cruento.     Así, pareciera que el huracán de la guerra se está reduciendo a poco más que una especie de eructo. Así, poquito. Pero, ¿es tan inocuo el fracaso de ese plan tonto? Ya en una semana vertiginosa pudimos ver cómo los principales aliados europeos de Estados Unidos lo abandonaron sin más trámite llegado el momento de una  guerra de veras. Y no sólo eso. Cómo Europa ya ha materializado su primer sistema financiero internacional independiente de Estados Unidos. Es decir, un sistema capaz de neutralizar las capacidad de Washington de imponer sanciones sobre el comercio internacional. Por cierto ese desastre de la política internacional de Washington bajo la presidencia de Donald Trump ya está alterando el mapa político tradicional de Estados Unidos. Y en el nuevo diseño se cuenta una transfomación profunda en el seno del Partido Demócrata. De hecho, las últimas encuestas de opinión realizadas por las dos principales instituciones, las encuestas Gallup y PEW, han revelado que, en estos momentos, un 58% de los norteamericanos se declara a favor de reconocer al Estado Palestino como entidad políticamente soberana dentro de sus fronteras legítimas. Entre los republicanos, según la Gallup, el apoyo a los palestinos llega al 33%, y entre los demócratas se dispara al 62%. Y, según la encuesta PEW, por primera vez los jóvenes estadounidenses se han declarado mayoritariamente en favor de la intervención del gobierno, con medidas democráticas de carácter socialista, regulando la economía y, sobre todo, la protección ecológica global. El apoyo alcanzó al 58% entre los menores de 30 años, principalmente entre los militantes demócratas. Y junto con ello, en estos momentos, en el seno del Partido Demócrata, se está haciendo sentir con fuerza una postura extremadamente crítica respecto del gobierno derechista y militarista de Israel. Eso, en Estados Unidos, está repercutiendo agriamente en la convivencia de los judíos con el resto de las comunidades en el país, tanto de blancos como de otras etnias. Según una investigación de la Brandeis University, un 75%, o sea 3 de cada 4 de los estudiantes universitarios judíos, han sido objeto de expresiones de desagrado y de crítica con conotaciones claramente ansijudías. Incluso entre los grupos blancos conservadores que apoyan a Trump, se han multiplicado los incidentes unidos a la consigna “No vamos a dejar que nos reemplacen con judíos”.     En términos generales, las actitudes antijudías se relacionan con la derechización de la política israelí que, tras el asesinato del líder laborista Menahem Rabin por un ultraderechista, impuso en el país  una sensación de miedo agresivo respecto de la gente étnicamente árabe. Con ello, ciertamente se ha vuelto ya prácticamente imposible una reconciliación verdadera israelo-palestina. Y, respecto del uso de la palabra “antisemita” utilizada para los grupos antisionistas, ya se ha generalizado la noción de que, en términos étnicos, raciales o  genéticos, los principales antisemitas serían los de la derecha israelí, ya que, por análisis de ADN, ya los árabes son los últimos grupos claramente identificables por su raza semita. La imensa mayoría de  los israelíes, por siglos de mixigenación, ya no presentan caracteres genéticos semitas que los puedan distinguir étnicamente. La historia de los judíos, sobre todo en el llamado Mundo Occidental, los muestra como una poderosísima fuerza que participó en generar la gran arquitectura de nuestra civilización. En las ciencias, la filosofía, las artes y la política, encontramos protagonistas judíos realizando aportes enormes, formidables. Un Enrico Fermi en el dominio del átomo, un Alberto Einstein en la comprensión de la física, un Maimónides y un Baruch Spinoza en la filosofía, un David Ricardo diseñando la economía liberal, un Carl Marx, junto a Lenín, a Trotski, a Lavrenti Beria y Rosa Luxenburgo, diseñando el socialismo… Podemos agradecer o no esos inmensos aportes, en cada una de las expresiones de la civilización. ¡Pero sólo alguien que fuera muy, muy tonto, podría desconocer que los judíos han sido siempre nuestros hermanos en la marcha hacia el futuro! Desde esos judíos, Raquel y Vidas, que fingieron ser engañados por el Cid Campeador, para poder financiarle la conquista de su destino, Hasta ese otro Raquel, transformado ya en Rostchild, que le financió a Inglaterra la fundación de su imperio… . Hablando en serio, odiar a los judíos equivale a odiar a la condición humana.     Hasta la próxima, gente amiga. Hay peligro. Y un gran peligro es el de equivocarnos cuando calificamos a otros como enemigos.
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