[resumen.cl] Aumento de sobrepeso, obesidad y aparición de casos de desnutrición son algunas de las situaciones que reportó el Director del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), Francisco Pérez Bravo, en una reciente entrevista realizada por La Tercera. Junto a ello, planteó también que se hacía perentorio el establecimiento de bandas de precios para los alimentos.“El diagnóstico lo hizo recientemente la Junaeb, que midió a los niños a un año de la pandemia y los datos son impactantes. La obesidad se incrementó y muy sustantivamente en alumnos de 5° Básico, que alcanzaron 64% de obesidad y sobrepeso. Otro dato importante es que empiezan a aparecer pequeños focos de desnutrición”. Según Pérez Bravo, “es marginal, de 0,3 puntos. Todavía la magnitud es menor, pero están apareciendo focos de desnutrición en grupos vulnerables y nosotros teníamos erradicado ese problema”.
En un momento de la entrevista, el Director del INTA explica que “en términos alimentarios también hubo un incremento de los precios en ciertos productos que contiene fibra, frutas y verduras, por lo tanto la selección de alimentos de las personas va a ir mas orientada hacia el ahorro, en términos de su bolsillo, y con eso van elegir probablemente más pastas, más pan, y quedan en segundo plano las frutas, verduras u hortalizas”. Añadiendo en otro momento que “es fundamental el apoyo a la estabilización de franjas de precio, el poder moverse en un entorno donde los valores de productos críticos no se vean afectados”.
Las políticas de los sucesivos gobiernos han acabado por dificultar u obstaculizar la posibilidad de que una multitud de trabajadoras/es y productoras/es puedan generar una diversidad alimentaria a costos accesibles para la població. Una multitud de localidades cuenta con recursos cada vez más escasos para producir alimentos a costos sostenibles y accesibles, producto de la operación de una serie de actividades que acaban por agotar o destruir las fuentes de subsistencia. La franja costera ha sido sobreexplotada también por la gran empresa pesquera en perjuicio de quienes laboraban o laboran en ella y la comunidad en general. Así es como una creciente proporción de la población depende de lo producido por la agroindustria sin una normativa orientada a asegurar la nutrición de la población. Es este escenario de pauperización progresiva el cual se ha exacerbado en el actual contexto socio sanitario.
Ante la pregunta de ¿Cuál es el costo de dejar las cosas como están?, Pérez Bravo concluye “el costo va a ser dramático. Cuando tienes una población infantil como la que describió la Junaeb, tienes que pensar que son niños que van a terminar su enseñanza media siendo obesos y los diagnósticos de comorbilidad asociados a la obesidad, como diabetes tipo II o la hipertensión que esperabas tener a los 40 ahora los vas a tener a los 20 o 25 años...”.
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INTA