Recién después de la salida del sol aquel día del terremoto/tsunami se pudo apreciar el daño instantáneo producido. Hoy, 4 meses después de la tragedia los problemas aún no terminan.
De las 2.454 solicitudes de becas solicitadas por los estudiantes de la UCSC ante el MINEDUC, solo 711 fueron atendidas, un paupérrimo 29% del total.
Frente a este panorama Carlos Ruminott Barrera, presidente de la Federación de Estudiantes de la UCSC nos explicó que es un tema que no esta libre de responsabilidades políticas. Ellos, como organización estudiantil legitimada por estudiantes e institucionalmente, realizaron además de los trabajos voluntarios de primera urgencia, un catastro que contenía la información de los estudiantes de la Universidad afectados por la tragedia, documento que fue ignorado por el ministerio aludiendo inexactitud de los datos.
Todos recordamos que en la puesta en marcha del Gobierno de Sebastian Piñera, Joaquín Lavín, el ministro de educación designado prometió becas y ayudas a todos los estudiantes que se vieran afligidos por problemas ocasionados por el terremoto, labor que se asigno a municipalidades saturadas en aquellos momentos por efectos del mismo hecho. Ante esto Ruminott muestra su desconcierto argumentando que las organizaciones intermedias como lo son las federaciones de estudiantes pudieron haber aportado en rapidez y eficiencia si se hubiera optado por ellos para dirigir y/o canalizar la ayuda.
Con un 71% de los estudiantes solicitantes de ayuda desatendidos los dirigentes optaron por dialogar soluciones con la propia universidad, consiguiendo becas de alimentación, residencia para los casos más extremos y asegurando también que ningún alumno deserte por problemas económicos durante el periodo de 1 año.
Al igual que otros sectores estudiantiles la federación optó en primer momento por exigir al gobierno un “perdonazo” para los alumnos afectados, pero por lo urgente de la situación, entendiendo que aquella lucha conlleva tiempo, sus energías se volcaron a exigir que se perfeccione el sistema de asignación de los beneficios sin dejar de ser el ideal la condonación completa de sus estudios.
En un caso particular nos expresó que la imprecisión llegó a tal que se le concedió la beca a un alumno que pertenecía a otra universidad y sin embargo a su hermana, residente en la región y con los mismos problemas, no se le otorgó.
Fuera de las críticas por inexactitud y soberbia percibidas, los estudiantes también ponen de manifiesto lo bajo de la beca de emergencia, ya que consideran que 30 mil pesos por 6 meses no son suficientes para cubrir la necesidad urgente de estos afectados, fuera de no ser correctamente destinada, ya que solo se asigna a los alumnos de los primeros quintiles estipulados así ANTES del cataclismo y no a los que su situación económica se vio disminuida por el mismo.
Comprendiendo que estas imprudencias fueron responsabilidad del nuevo gobierno de derecha posicionado en el gobierno nos cuenta también que están en total desacuerdo con la postura de implantar la visión de que el mercado soluciona todos los problemas, considerando que es necesario que se desenmascaré la agenda privatizadora que tienen e invitando a los estudiantes a tomar cartas en lo que es la construcción de su propio futuro y de sus hijos.