[resumen.cl] La empresa Biobiogenera busca instalar en la región del Bio-Bio, una segunda central termoeléctrica de 600 MW mediante el nombre de Inversiones El Carmen. La empresa busca ganar un contrato en las licitaciones de suministro eléctrico que realizará el Gobierno el próximo miércoles 17 de agosto. La actividad de esta segunda central de Biobiogenera, en conjunto con la recientemente aprobada "El Campesino" y otras termoeléctricas de gas como "Tierra Noble" y "Las Arcillas", asociadas a nuevos terminales marítimos que se proyectan para la región, podrían contribuir a incrementar aún más el modelo energético liderado por las potencias exportadoras de combustibles fósiles en el hemisferio norte, lo que puede llevar a una peligrosa interferencia antropogénica en el sistema climático terrestre. El uso de gas natural no reducirá las emisiones globales de gases invernadero en las magnitudes necesarias, de hecho, puede que el uso masivo de gas natural incremente los efectos del cambio climático para las próximas décadas.
A inicios de esta semana, la Comisión Evaluadora de la Región del Biobio aprobó el proyecto “Central termoeléctrica El Campesino” de Biobiogenera en Bulnes en el edificio de la Intendencia Regional en Concepción, mientras manifestantes se concentraban en la cercana Plaza España para protestar por la contaminación y por la escasa incidencia de las comunidades locales en las decisiones acerca de su territorio y ambiente.
[caption id="attachment_30084" align="alignnone" width="800"] La Comisión Evaluadora de la Región del Bio-Bio aprobó el proyecto "Central termoeléctrica El Campesino" en el edificio de la Intendencia Regional en Concepción durante la tarde del lunes 8 de agosto de 2016.[/caption]Pocos días después, El Mercurio señaló que la empresa Biobiogenera, mediante el nombre de "Sociedad de Inversiones El Carmen" busca una licitación para una segunda central termoeléctrica de 600 MW y 804 millones de dólares de inversión. La empresa estaría participando para ganar un contrato en las licitaciones de suministro eléctrico que serán adjudicadas el próximo miércoles 17 de agosto. Según señala el artículo, el marcado crecimiento que este sector ha presentado en el último periodo podría comenzar a desacelerarse, pues la Comisión Nacional de Energía (CNE) estableció que estas centrales termoeléctricas deberían indexar sus tarifas con respecto a proyecciones futuras del precio del combustible fósil, lo que podría restarles competitividad frente a otras tecnologías o a centrales ya en operaciones. Sin embargo, el Gobierno continúa con la realización de una histórica licitación de suministro eléctrico, con un record de 84 ofertas de empresas que pretenden construir tanto centrales termoeléctricas, como hidroeléctricas, parques eólicos y solares, entre otros. De esta forma el Gobierno pretende continuar apoyando este tipo de iniciativas fósiles y de intervención masiva de ríos cordilleranos, licitando otros 19.900 GWh, además de los 12.430 GWh que ya ha licitado
Esta nueva central termoeléctrica de 600 MW que Biobiogenera pretende construir, al igual que la termoeléctrica El Campesino de 640 MW, también sería abastecida desde el Gasoducto del Pacífico, con gas natural importado y regasificado en el terminal marítimo GNL Penco-Lirquén, recientemente aprobado.
Ambas centrales termoeléctricas representan la segunda etapa del proyecto de importación masiva de gas de Biobiogenera, iniciativa empresarial anteriormente llamada Octopus LNG, y que está ligada a inversionistas chilenos tales como Juan José Gana y César Norton Sacre, en conjunto con las compañías Cheniere Energy de Estados Unidos y EDF (Electricidad de Francia). Además de El Campesino y esta segunda termoeléctrica de Biobiogenera, en la región del Bio-Bio se proyecta la instalación de al menos otras dos centrales termoeléctricas de ciclo combinado a gas natural: el proyecto “Tierra Noble” de Global Power Generation GPG (filial de la multinacional española Gas Natural Fenosa) en la comuna de Cabrero, y el proyecto “Las Arcillas” de la firma E-CL (filial de la franco-belga Engie-GDF Suez) en la comuna de Pemuco.
El uso masivo de gas natural puede incrementar los impactos del cambio climático.
El gas que ahora se pretende importar al Biobío por vía marítima, proviene de un escenario de bajos valores en el mercado mundial, principalmente debido al aumento en la producción del denominado shale gas o gas de esquisto. Desde principios del siglo XXI, la extracción de gas de esquisto por perforación horizontal y fractura hidráulica o fracking ha impulsado la producción de gas en Estados Unidos, transformando los mercados globales de energía y llevando a una fuerte disminución en los precios del petróleo y el gas natural, fomentando de esta forma su uso en países dependientes de combustibles fósiles, como Chile.
Aunque el gas natural ha sido considerado como un “combustible puente” para una transición desde otros combustibles fósiles como el petróleo y el carbón, hacia un sistema energético de cero emisiones invernadero, la expansión global del uso de gas natural arriesga un retraso en la introducción de tecnologías de cero emisiones, contrarrestando los potenciales beneficios de la disminución de emisiones en la sustitución de gas por carbón. Aunque la huella de carbono de la producción de gas de esquisto se compara favorablemente con otros combustibles fósiles, las filtraciones y la liberación de metano a la atmósfera durante su extracción, neutralizan los beneficios de menores emisiones, ya que el metano es un gas invernadero mucho mas potente que el dióxido de carbono.
De esta forma, la transición de carbón y petróleo a gas natural no puede proveer las profundas reducciones en las emisiones de gases invernadero necesarias para estabilizar las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera a un nivel que podría prevenir una peligrosa interferencia antropogénica en el sistema climático terrestre. El uso de gas natural no dará como resultado, reducciones en las emisiones de las magnitudes necesarias, de hecho, si la introducción de gas natural retrasa la transición hacia sistemas energéticos de cero emisiones, existe el potencial de que el uso masivo de gas natural incremente los efectos del cambio climático para las próximas décadas.