El apoyo al mandatario izquierdista aumenta incluso hasta en los nichos electorales del bolsonarismo: en el sur del país y entre los evangélicos.Por Joaquín Pérez
Cumplidos siete meses en el gobierno Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, disfruta de un buen momento de respaldo popular. Según la encuesta Genial/Quaest publicada el miércoles, el 60% de los brasileños aprueba su labor como presidente, la que ha ido en aumento mes a mes. Asimismo. el rechazo a su gestión también disminuye, llegando del 40% en la última medición al 35%. Un número significativamente importante si comparamos, por ejemplo, lo ocurrido en nuestro país donde el presidente Boric no supera el 27% de aprobación en ninguna encuesta.
Según diversos analistas, el alza en popularidad obedece a la mejora de la situación económica que los brasileños ven con optimismo. Durante el primer trimestre de este año el PIB aumentó un 4% respecto al mismo periodo del año pasado, todo ello mientras Lula mantiene una intensa agenda internacional, que ha vuelto a posicionar a Brasil en el contexto mundial. Sin ir más lejos, la próxima semana desarrollará una gira por África, siendo Brasil y Cuba los únicos países latinoamericanos con agenda y política exterior hacia el continente negro.
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Se estima que la popularidad de Lula seguirá incrementándose luego del anuncio de un ambicioso plan de obras público-privadas en todos los Estados que pretende inyectar 350.000 millones de dólares en la economía, lo que redundará en un nuevo incremento del PIB, de una economía que retrocedió mucho en los años del bolsonarismo.
El apoyo al líder del Partido de los Trabajadores (PT) en el sur del país, la macrorregión más blanca, racista y rica, ha dado un salto espectacular de 11 puntos en la aprobación al Gobierno, para colocarse al borde de la media nacional. Los Estados sureños que fueron pilares de apoyo del exmandatario de ultraderecha, cambian de posición política gracias a planes estatales de intervención económica como el plan “Safra” (cosecha) de apoyo a pequeños y medianos agricultores.
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Las encuestas revelan datos importantes, por primera vez Lula tiene más partidarios que retractores entre los evangélicos (50% versus 46%). La alianza de los líderes religiosos evangélicos con la extrema derecha bolsonarista, ha comenzado a ser horadada por el mandatario izquierdista.
Pero a pesar de la mejora de los niveles de aprobación, aún Lula está lejos de ese récord de aprobación tras dejar su anterior mandato, donde su popularidad se empinaba por sobre el 80% de la población, niveles nunca alcanzados por nadie no sólo en Brasil, sino que en ningún país de Sudamérica.