Por Maira Nascimento / resumen.cl
Desde principios de octubre empezó una ola de tomas de escuelas secundarias y de universidades públicas en todo Brasil. En 22 de los 26 estados del país hay -por lo menos- una escuela o una universidad pública ocupada por estudiantes. El movimiento, que se inició en el estado de Paraná (sur de Brasil), es parte de las reacciones en contra de la propuesta de enmienda constitucional 241 (PEC 241), propuesta hecha por el gobierno de Michel Temer, que plantea el congelamiento de gastos públicos por los próximos 20 años.
La iniciativa del gobierno para modificar la constitución brasileña tiene como justificación el alto valor de la deuda pública que, según los partidarios del gobierno de turno, solamente podría ser sanada con la aprobación de medidas como la PEC 241. Por otro lado, la implementación de tal propuesta significaría una disminución de un 40% en los gastos sociales para los próximos años. Representaría, además, la inviabilidad de la mantención de los sistemas públicos de salud, educación y previsión social.
Junto con la propuesta de cambio constitucional, el gobierno brasileño también defiende una reforma en la enseñanza secundaria, sacando de la obligatoriedad disciplinas como Historia, Geografía, Biología, Sociología, Artes y Educación Física. Otro punto de la reforma es la ampliación de la carga horaria de clases, actualmente de 800 a 1400 horas anuales. Las críticas a la reforma apuntan a la total ausencia de debate en torno de la propuesta, además de analizarla como una forma de precarización de la formación de los y las jóvenes, volviéndola más técnica. En ese sentido, se afirma que no fueron considerados los problemas estructurales de la educación brasileña y que esta medida colaboraría más todavía a la reproducción y la profundización de las desigualdades sociales.
En reacción a ello, desde el comienzo del mes de octubre, estudiantes de todo el país están movilizándose a través de tomas de escuelas secundarias y universidades. La demanda general es que el Congreso brasileño no apruebe las medidas, a lo que se suma que varias de las tomas presentan petitorios relacionados a problemas internos de las escuelas.
Son aproximadamente 1000 escuelas e institutos de enseñanza media y 100 universidades públicas las ocupadas. En algunas de ellas hubo intentos violentos de terminar la toma por parte de la policía y de grupos de derecha. Hay relatos de estudiantes agredidos física y verbalmente. En el estado de Tocantins (región Norte de Brasil), menores de edad fueron llevados esposados a una comisaría tras el intento policial de desalojar una escuela ocupada.
Hasta el momento, dos cenas de gala fueron ofrecidas por el presidente Michel Temer a parlamentarios, en el intento de cooptar votos a favor de la enmienda. Mientras tanto, las y los estudiantes en toma sufren con la violencia de los aparatos estatales. Por ejemplo, el Judiciario del Distrito Federal (Brasilia) autorizó el uso de técnicas de tortura contra los estudiantes en toma, como el corte del suministro de agua, imposibilidad de comunicación con familiares y/o amigos fuera de las escuelas y el uso de instrumentos sonoros continuos, direccionados a la toma, para impedir los periodos de sueño.
https://www.facebook.com/jornalistaslivres/videos/366923496764867/(Escuela en São Paulo, Capital)
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