Por: Jaritza Rivadeneira, Antropóloga
Un proyecto de tal magnitud, como lo es la búsqueda del tesoro, donde se involucra parte importante de la historia del archipiélago, resulta absolutamente necesario e importante que se involucre a la comunidad local, educando y siendo transparentes en el proceso.
Para la comunidad sería tremendamente enriquecedor involucrarnos con la historia pirata y corsaria de la isla. Este proyecto podría ser una tremenda oportunidad educativa para valorizar el patrimonio que guarda la isla bajo el suelo y de esta manera contribuir a un proceso respetuoso mediante el cual el Estado, la comunidad y Bernard comprendan que la búsqueda del tesoro es valorizar la historia y una oportunidad para apreciarla en su materialidad.
Sin embargo, el buscador de tesoros ha sido absolutamente hermético por los más de 20 años que lleva trabajando en este proyecto. A la fecha sólo es parte de la especulación decir que Bernard posea o no piezas que haya encontrado bajo tierra.
En el año 2016, cuando trabajaba como encargada de cultura en el municipio, busqué archivos que pudieran darme mayor información respecto a las excavaciones, puesto que no tenía información detallada y me llamaba la atención que el historiador trabajara sólo con mano de obra local, sin un arqueólogo a cargo como dicta la normativa chilena.
En ese momento lo poco que encontré fueron copias de los permisos del Ministerio del Medio Ambiente para realizar sondajes en una zona determinada del Parque. Al ser entonces sondaje y no excavación, Bernard podía trabajar sin arqueólogo y por periodos determinados, debiendo renovar cada tres años dicho permiso. Sin embargo, nunca existió fiscalización de las faenas por profesionales competentes y hoy no sabemos si se ha efectuado específicamente sólo sondaje o si ha encontrado o no piezas históricas.
Por su parte, las faenas se desarrollan al interior del Parque y en todos estos años, nunca el investigador ha realizado acciones para apoyar el hermoseamiento y cuidado del sector. Esto considerando que ocupa la zona de picnic que Conaf, con los pocos recursos que tiene, ha puesto en el lugar para quienes van a apreciar lo encantador del paisaje.
En los meses de búsqueda del tesoro, los alrededor de 10 trabajadores utilizan mesas y baño diariamente, incluyendo fines de semana, expuestos al sol del verano y utilizando los espacios que están destinados para todos, debido a que el contratante no les provee infraestructura de descanso, ni de sombrea ni de baños. Tampoco aporta en el mantenimiento de éstos, empañando inclusive la imagen turística de Puerto Inglés.
Todo ello se ha traducido en un proyecto poco amigable para la comunidad, que se muestra ambicioso y peligroso para la isla. Gran parte de la comunidad no está de acuerdo con esta búsqueda ni les interesa su hallazgo, puesto que el mayor tesoro es la riqueza natural de la isla y su tranquilidad. En este sentido, la llegada de maquinarias al sector resulta violenta para el ojo isleño, que ve amenazada la identidad del territorio, ya que los títulos que ha logrado como Parque Nacional, Reserva Mundial de la Biosfera y Área Silvestre Protegida, no tienen la garantía suficiente para protegerla de los intereses económicos.
De esta manera resulta también desilusionante que los aparatos del Estado no puedan hacer valer los esfuerzos por proteger los territorios pero puedan hacer vista gorda a la normativa por intereses ambiciosos. Esto mientras que se muestran rígidos e inamovibles a la hora de hablar sobre las tomas de terreno que los isleños necesitan regularizar, debido a la compleja situación demográfica que vive la comunidad, donde la condición de Parque Nacional no permite mayor expansión para habitar y los lugareños deben buscar en qué espacio construir su vivienda, un derecho básico; quedando en muchos casos, fuera de lo que permite el plan regulador, imposibilitando el acceso a un titulo de dominio. Una problemática que fue transmitida al Ministro de Bienes Nacionales en su visita este año, sin solución concreta.
Resulta bajo este contexto, indignante y poco respetuoso que el Gobierno hoy acomode sus normas para un fin económico y se muestre inamovible frente a las necesidades básicas de un Pueblo que por derecho consuetudinario merece que sean cubiertas.
Fotografía principal: Mirador Selkirk, Isla Robinson Crusoe. Extraída de: Flickr cochogno