El 17 de diciembre pasado, José Rubén Brito Ramos, un joven venezolano de 21 años de edad que se encontraba con una situación migratoria irregular, fue abatido con 5 disparos de bala mientras estaba en una fiesta con otros sujetos. El crimen encendió las alarmas en la Población Juan Riquelme, que ha protestado incluso con barricadas contra lo que aseveran es un prostíbulo.
El mismo día del plebiscito, los vecinos del kilómetro 10 camino a Cabrero, en la Población Juan Riquelme del sector de Nonguén, cortaron el tránsito vehicular con barricadas incendiarias, protestando por lo que había ocurrido unas horas antes en el lugar: un homicidio de un joven venezolano, presuntamente, en un prostíbulo.
Según los antecedentes que se manejan del caso, Brito Ramos sostuvo una pelea con un sujeto desconocido quien portaba un arma de fuego con la cual le propinó cinco disparos en la cabeza y extremidades superiores, falleciendo en el lugar por traumatismo cráneo encefálico producto de proyectiles balísticos.
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Los vecinos del sector acusan que los hechos se produjeron en un lugar que ya está mal valorado por los habitantes de Juan Riquelme. Se trata de una franja fiscal que ahora es una toma donde funcionaría también el prostíbulo donde ocurrió el crimen.
El crimen ha hecho que un pequeño poblado penquista invisible para la prensa, ahora apareciera en los medios, no precisamente por una situación positiva. El viernes pasado en el Juzgado de Garantía de Concepción, la Delegación Presidencial del Bío Bío interpuso una querella criminal por homicidio calificado y porte de arma de fuego contra quienes resulten responsables.
La situación ha sido tan impactante, que vecinos del sector incluso están pidiendo el desalojo de la toma.
No ha sido el único crimen de impacto público en las últimas semanas. En las horas previas a la Navidad, una balacera terminó con la vida de 2 personas y dejó a otras 2 heridas de gravedad en Centinela, en los cerros de Talcahuano.
