Hace más de dos semanas que los vecinos de la Caleta El Soldado denuncian un hostigamiento constante de parte de la Armada de Chile. La Caleta está ubicada en un predio fiscal que en 1973 el Estado otorgó a la Armada. Sin embargo, ellos ya vivian ahí, por generaciones.
En la caleta viven 19 familias, que en total suman unas 60 personas, sólo 4 niños y muchos ya son adultos mayores. El estancamiento del poblamiento de la caleta se explica porque la Armada no permite que los vecinos construyan más casas y que llegue gente a vivir al lugar. Entonces, si los hijos quieren formar una familia, deben irse. De esta manera, El Soldado se va quedando con su gente antigua, sin hijos ni nietos.
Los vecinos dicen que, desde 1989 la Armada hace acciones para que se vayan de ahí. En estos momentos, se ha ordenado el cierre del portón de acceso a la caleta, controlado por marinos, impidiendo el paso de vehiculos. Las implicancias de esta medida has sido múltiples.
A pesar de que el 2007 se vieron afectados por un derrame de petroleo de responsabilidad de Enap, en la caleta se puede mariscar y de hecho, viven de lo que da el mar. Así es como las vecinas que van a vender sus productos al centro de Talcahuano, deben acarrearlos a pulso la larga distancia entre sus casas y el portón de la Armada.
Otra consecuencia del cierre del portón para vehiculos, tuvo lugar la semana pasada, cuando una vecina retornó enferma del Consultorio del los Cerros de Talcahuano, con un alza de presión. El portón estaba cerrado y la ambulancia que la transportaba tuvo que dejarla ahí. Ella, acompañada de su hija de 4 años, tuvo que caminar hasta su casa por el largo camino.
Tomás Wilson
Los vecinos sindican a Tomás Wilson, como el personaje que ha orquestado todo este hostigamiento. Wilson es un marino en retiro y administrador de "Predios Fiscales". Él ordenó el cierre del portón para impedir, segun dijo, una tala ilegal de árboles del recinto de El Soldado. Sin embargo, los vecinos dicen que detrás de todas sus acciones siempre ha tenido la intención de echarlos de ahí.
En 1998, también ordenó cerrar el portón. En ese entonces no los dejaba pasar ni a pie. Los niños tenían que pasar por debajo de el portón, los más grandes tenían que saltar y los ancianos estuvieron encerrados por el tiempo hasta que consiguieron que les abrieran de nuevo el portón.
Ni agua, ni luz, ni alcantarillado.
Las acciones de la Armada alejan la posibilidad de que consigamos los servicios básicos por los que hemos trabajado -dice Angelica Parraguez. Esta frase tiene profundo sentido, si se considera que no tienen agua potable, no están conectados a la red de energía eléctrica y tampoco tienen alcantarillado.
El agua la reciben de un camión algibe, que es el único vehiculo que los marinos están dejando pasar, por que ellos también se abastecen con él. Sólo hay 4 familias que tienen un generador de electricidad a combustible, ya que el gasto puede llegar hasta los 60 mil pesos mensuales.
Los servicios básicos no se han instalado porque las autoridades no les han dado seguridad a las empresas prestadoras de esos servicios que los vecinos se quedarán ahí. Por ejemplo, Essbio les ha pedido un comprobante de parte de la Armada de que ellos van a estar 5 años más, pero hasta el momento no lo pueden conseguir.
Autoridades, desde el gobernadior al alcalde, han dado palabras de apoyo y asistencialismo. Pero no se han comprometido con los objetivos de los vecinos: conseguir los títulos de dominio del lugar que por generaciones han habitado.
Este miércoles tendrán una reunión con la Armada para tratar esta situación, que hace mucho tiempo tiene un grave carácter inhumanitario.