En el camino que une Tomé centro con Bellavista se encuentra la caleta de pescadores artesanales Quichiuto, en el mismo lugar se llevará a cabo un proyecto bicentenario (debiera haber estado listo para el 2010) que consiste en la construcción de una costanera a lo largo de todo el recorrido con palmeras, áreas verdes, barandas y torres de departamentos, todo lo anterior con la finalidad de fomentar el turismo que debiera ser “la gran fuente” de empleos de aquí a unos años más para los tomecinos.
Los planos ya están hechos, pero hay un sólo problema: dicho espacio se encuentra habitado por más de 50 familias de las cuales muy pocas tienen intenciones de abandonar el lugar y es que muchas de las familias tienen sus fuentes de trabajo justo frente a ellos, trabajan en el mar y un cambio de hogar, a la punta del cerro, literalmente, complicaría mucho sus labores sobre todo en aquellos días en que la mar se pone brava y deben vigilar sus embarcaciones.
Conversamos con dos vecinas del sector y nos contaron que ambas nacieron ahí y que la mayoría de los habitantes del sector se han apropiado del sector mediante procesos de tomas espontáneas en terrenos que pertenecen a Ferrocarriles del Estado. La mayor está hace 68 años en el lugar y nos comentó que con lo del terremoto y tsunami no tendría problemas en cambiarse si le dan otra casa, pero admite que opina eso porque ella ya no depende del trabajo en el mar; asimismo su hija discrepa y nos comenta que ella no se quiere ir de ahí, pues en este lugar ella tiene su trabajo.
Además de la caleta de pescadores en el sector se encuentra una fábrica de lanchas de madera, un taller mecánico, una ferretería y un negocio de abarrotes que dan trabajo a varias personas, esto contradice lo planteado por las autoridades que argumentan que la construcción de la costanera y edificios dará trabajo a la gente, la pregunta es ¿por cuántos meses? Ya que una vez finalizadas las obras el requerimiento de mano de obra es mínimo, a diferencia del trabajo ya realizado por los vecinos.
Es así como todas estas familias están en la incertidumbre, a la espera de lo que se viene, sin ser considerados por las autoridades, quienes planifican sin permitir la participación de los reales afectados. Al parecer este es el bicentenario que quieren celebrar marcado por la exclusión y la marginación de los sectores populares y maquillando las avenidas para que los turistas vean que todo marcha a la perfección.