Hace bastante tiempo que los vecinos y vecinas del populoso sector Camilo Olavarría, de la comuna de Coronel, vienen advirtiendo y clamando por colocarle atajo a la irresponsabilidad de los conductores, que han tomado la carretera del corredor de transporte público, por la Avenida Juan Antonio Ríos, como carretera de alta velocidad, aunque existe señalética que indica como máximo 60 kilómetros/hora. Las autoridades pertinentes deslumbran por su desidia ante la problemática.
A pesar de los pasos cebras, muchos de los conductores hacen caso omiso a la señal y no reducen velocidad ante los peatones. Pero también hay imprudencia de muchas personas a la hora de atravesar la carretera y lo hacen sin tomar las medidas precautorias, ocasionando la posible ocurrencia de un desenlace fatal o lo que ha sido la tónica, la ocurrencia permanente de accidentes. En días anteriores, se denunciaba públicamente una seguidilla de accidentes afectando a personas, en el curso de pocos días. Para coronar la semana, el viernes pasado, un camión que transportaba rollizos de madera, con doble carro, volcó en una intersección intensamente concurrida, ocasionando la detención del tránsito ante el derrame de los troncos. Felizmente no hubo daño a personas.
Pertinente es señalar que, la construcción del corredor de transporte público urbano, no consideró en su diseño las necesidades de los habitantes de los numerosos sectores habitacionales que conforman el sector norte de la comuna. Por el contrario, y no es secreto para nadie, fue construido especialmente para agilizar la entrada y salida de camiones que tienen por origen y destino los Terminales Portuarios y las Centrales Termoeléctricas emplazadas en el sur de la comuna. Así, por lo menos, lo señalan las innumerables modificaciones que están contempladas en el Plano Regulador, tanto comunal como metropolitano. Como tarea de Estado, a través de las entidades pertinentes, la comuna de Coronel ha sido destinada a convertirse en una gran zona industrial, por las condiciones favorables de la Bahía; por lo mismo, destinada a ser zona de sacrificio, como lo manifiestan recurrentemente los grupos ambientalistas.
La instalación de dos semáforos, en la Avenida Juan Antonio Ríos en Camilo Olavarría, tendría un costo de cuarenta millones de pesos, y el Municipio no está en condiciones de hacer el gasto, porque el presupuesto Municipal 2014 no lo contempló y ya estaría invertido. Se promete ‘para Abril o para Mayo’ próximos (como en la canción) la inversión en los semáforos y dar solución a la petición de seguridad de los pobladores; señaló en una entrevista a un medio radial local el Director de Tránsito de la Municipalidad coronelina. En tanto, los vecinos y vecinas deben vivir y transitar con el alma en un hilo a la hora de ocurrírseles atravesar la carretera, para tomar movilización colectiva tanto para el norte como para el sur. En Camilo, hay una gran población de adultos mayores, que son los que mayormente viven la incertidumbre de esta situación; pero, también, muchos niños y niñas que concurren de diversos lugares a dos Escuelas.
En estas circunstancias es cuando se alzan las voces de la opinión pública y se acuerdan de los grandes gastos que se hacen en financiar espectáculos, artistas y otras formas de entretención que el Municipio promueve durante el año y que no son despreciables sumas de dinero. Aunque, se dirá, muchas de esas actividades son financiadas por las empresas, ¿por qué no entonces estas mismas empresas no se ponen con los fondos necesarios para instalar los semáforos, si la carretera está en directo beneficio de ellos?
Tal como ocurre a lo largo de la Ruta 160, instalar pasarelas o colocar señales en el piso (ojos de gato y/o lomos de toro) ha sido lucha intensa de los pobladores luego de la ocurrencia de algún hecho fatal; lo más insólito, de quienes diseñan estos ingenios, es no pensar en las necesidades de la población y condenarlos a esas insufribles y extensa pasarelas, sobre todo en invierno, que atentan de todas formas contra la seguridad de las personas en tiempos en que los delitos hacen nata. ¿Será porque vivimos en una zona y comunas destinadas al sacrificio, por los grados de pobreza de su gente?
La paciencia de los pobladores fue colmada y en reacción ante la nula respuesta de las autoridades convocaron a una protesta y corte de tránsito en reclamo por la peligrosidad que reviste este corredor urbano. La actividad fue realizada a las 18:00 horas del reciente Lunes 20 de Octubre de 2014. En el lugar se concentraron unas cien personas, más bien adultas, que manifestaron su malestar; la respuesta de los conductores no fue para nada de solidaria, e incluso más de alguno vociferó improperios contra los manifestantes. Al sitio del suceso también concurrió la fuerza pública para resguardar y evitar la prolongación del corte, normalizando el tránsito vehicular.
Los asistentes acordaron participar en el Concejo Municipal del próximo día Miércoles, para exigir el cese del flujo de camiones y lo hagan por el bypass. Además pedirán que sea el Gobierno Regional el que financie la instalación de un semáforo; aunque, al decir de un personero Municipal, de nada servirá, pues, el 2015 habrá que instalar rejas de protección a lo largo de la vía férrea, por la extensión del Biotren, por lo cual las personas tendrán que usar una pasarela. Situación que en nada agrada a las personas más ancianas del sector. Con la instalación de la reja la comuna quedará dividida entre oriente y poniente, teniendo por frontera el corredor de transporte público y el Biotren, en todo lo que hace la extensión de norte a sur. ¿Si ocurriese un movimiento telúrico con magnitud parecida al 27-F, tsunami incluido, cuánta rapidez y facilidad se tendría para realizar la evacuación?-