[resumen.cl] Un nuevo grupo de más de 4 mil personas, de todas las edades y familias enteras, camina desde Honduras con dirección a EEUU, país que provocó la actual crisis política y social que atraviesa su nación de origen, sin embargo, el derechista gobierno de Giammattei en Guatemala cerró las fronteras y tiene a miles de policías y soldados custodiando.
El gobierno de Guatemala, uno de los principales servidores de Estados Unidos en Centroamérica, señala que impide el paso de este grupo de personas que camina desde este viernes 15 desde Honduras por no portar documentos de identificación y sanitarios en relación a la pandemia.
La gran mayoría comenzó su camino desde San Pedro Sula, ubicada 180 km al norte de Tegucigalpa, para recorrer cerca de 260 km hacia Agua Caliente, en la frontera con Guatemala, donde policías y soldados les esperaban armados para impedirles el paso.
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Guatemala decretó "estado de prevención" en siete departamentos, lo que le permite disolver aglomeraciones públicas incluso "por la fuerza". Aunque según declaran las autoridades, habrían dispuesto puntos de apoyo a los migrantes.
Si bien la gran parte del grupo se quedó en Agua Caliente, una parte caminó hacia El Florido en Copán, donde lograron romper el cerco fronterizo e ingresar a territorio guatemalteco.
Por su parte, el gobierno de México -inmenso país que deben cruzar en su travesía- también advirtió que "no permitirá el ingreso irregular de caravanas de personas migrantes" y desplegó 500 agentes en los estados de Chiapas y Tabasco, fronterizos con Guatemala.
La crisis que dejó el paso de dos huracanes en noviembre y la falta de empleo por la pandemia incrementaron los problemas económicos de Honduras, que se suman a la violencia asociada a las pandillas y el narcotráfico.
Según recogen medios de comunicación, algunos participantes de la caravana esperan que la administración Biden, que comienza el 20 de enero, será más flexible que la de Donald Trump en la materia, sin embargo, ya descartó la posibilidad de un trato especial para el grupo.
Si bien la crisis sanitaria producto de la pandemia dificulta cualquier tipo de migración, la crisis social, económica y política que sufre el pueblo hondureño es de responsabilidad directa de Estados Unidos, que tras auspiciar el derrocamiento de Zelaya en 2009 ha sostenido gobiernos de cuestionada legitimidad de origen en complejos comicios y administraciones que han generado seguidillas de protestas y choques armados.