Hace casi cuatro años que el proceso por el crimen del universitario José Randolph Segovia fue reabierto por el ministro para causas de derechos humanos, Carlos Aldana, que por estos días vive momentos cruciales.
Es lo que piensa Catina Randolph, la hermana del joven cuyo cuerpo fue encontrado en los acantilados de Rocoto, en Talcahuano, el 26 de mayo de 1985.
“Estoy satisfecha y ansiosa también”, dice Catina quien tiene confianza en el trabajo del ministro Aldana y no escatima palabras para reconocer su labor: “Tengo mucha fe en el ministro Carlos Aldana, que ha sido fundamental en todo el proceso. Su actuación ha sido con gran valentía y perseverancia”.
En el marco de las indagaciones realizadas por el Ministro Aldana, quien en julio de 2010 reabrió el proceso, en noviembre de 2010, sometió a proceso a dos oficiales en retiro de carabineros por el crimen de José Randolph. Se trata de Mauricio Vera Contessi y Jaime Barría Sánchez.
Tras la apelación respectiva de la defensa de los procesados, la Corte de Apelaciones de Concepción confirmó la resolución de Aldana, en marzo de 2011.
Este caso había sido investigado durante la dictadura por el ministro en visita, José Martínez Randolph, quien también había establecido la responsabilidad de los ex oficiales Vera y Barría, sin embargo el tribunal de alzada desechó tal resolución.
Y si bien no se trató de un crimen con motivación política, el hecho causó gran revuelo en la comunidad local y nacional por las circunstancias que lo rodearon, con falsificación de parte policial, intentos de hacerlo aparecer como un suicidio, amedrentamientos a la esposa del actuario de la causa y otras maniobras para desviar la atención de lo que realmente ocurrió.
A casi treinta años de este crimen, que fue considerado por la Comisión Rettig como un caso de violación de los derechos humanos, las esperanzas de alcanzar la justicia parecen más cercanas.
Especialmente por la diligencia que el ministro Aldana realiza este martes en Santiago, que considera el interrogatorio a un ex carabinero quien contó a un sobrino de Catina Randolph antecedentes que serían vitales para esclarecer el caso. Fueron los abogados de la hermana del universitario, quienes solicitaron al magistrado esta diligencia.
“Tengo confianza en que si el ex carabinero mantiene lo que le dijo a mi sobrino y tiene la valentía de decirlo al ministro, imagino que todo saldrá más rápido y bien. Mi gran fe en Dios me dice que así será. Tal vez se siga tardando un poco, pero la causa es noble y justa… hemos esperado tantos años que un tiempo más no tiene mayor trascendencia, lo importante es avanzar”, recalca Catina Randolph, quien gracias a su perseverancia consiguió que la causa de su hermano fuese reabierta.
Y sus deseos de justicia la han llevado a seguir adelante sin desmayar, tocando puertas, hablando con personas, incluso, realizando acciones osadas. Consciente de lo que está en juego, Catina envía un mensaje a quienes tengan alguna información que pueda ayudar a aclarar lo sucedido.
“Imagino que el cargo de conciencia de esas personas debe ser terrible y nada se podría comparar con la tremenda satisfacción de contar lo que saben. Dios misericordioso sabrá perdonarlos, yo desde siempre lo he hecho, mi afán no es de rencor ni venganza, como no la fue de mis papas, sólo de saber la verdad de tan macabro e injusto crimen que no sólo le costó la vida a mi hermano, de una forma atroz, sino también a mis padres”.
Por TBB
Fuente original: http://www.tribunadelbiobio.cl/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=8294&Itemid=100