[resumen.cl] El 1 de octubre del 2017 la ciudadanía catalana dio un ejemplo de desobediencia civil sin precedentes, más de 2 millones de personas refrendaron en una elección, ilegalizada y reprimida por el reino de España, su deseo de convertirse en una república independiente.
El mundo fue testigo ese día de los brutales ataques de las fuerzas de seguridad del Estado español en contra de los centros de votación y de la ciudadanía ejerciendo su derecho a voto. Las imágenes de la represión dieron la vuelta al mundo, sin embargo, el pueblo catalán demostró una organización y una fuerza impresionante. Cada 11 de septiembre, día de Cataluña, con cientos de miles de personas reclamado la independencia en una de las mayores concentraciones políticas de la historia contemporánea de Europa, en donde las vacilaciones de la dirigencia política catalana, no estuvo, ni lo está aún, a la altura de la fuerza y determinación de su pueblo.
Por su parte, el Estado español vía judicial aprovechó esa debilidad y desató una ola represiva que concluyó con los principales líderes políticos catalanes, presos o en el exilio. El presidente Carles Puigdemont escapó de la prisión exiliándose en Bélgica, mientras el vicepresidente Oriol Junqueras permanece en prisión, como también lo hacen ex consejeros (ministros del gobierno catalán), la ex presidenta del parlamento de Cataluña y los principales dirigentes sociales y del movimiento cultural.
1/O en España
Este segundo aniversario de aquella movilización popular que fue el referéndum del 1 de octubre, encuentra al Estado español en una inestabilidad política sin precedentes, incapaces de formar un gobierno estable desde que Mariano Rajoy, responsable de la represión en Cataluña, fuera desbancado por una moción de censura el 25 de mayo del 2018.
Tras las pasadas elecciones del 22 de abril que suponían el fin de la inestabilidad, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) triunfante en ese proceso debía conformar mayoría con la izquierda española (Podemos), además de otros grupos como el Nacionalismo Vasco (PNV) y alguna fuerza catalana también. Sin embargo razones de Estado y de intereses de los grupos económicos, habrían hecho naufragar cualquier posibilidad de acuerdos a pesar que tanto Podemos y grupos tanto catalanes como vascos flexibilizaban posiciones. Así el PSOE que triunfó en las elecciones con un discurso de parar a las derechas (Vox, Ciudadanos y PP), agotó los plazos de conformación de gobierno, desatando una nueva convocatoria electoral este próximo 10 de diciembre.
Tras los resultados electorales del 22 de abril, los votantes socialistas concentrados en su sede en Madrid gritaban al líder su partido “¡Con Rivera (líder de Ciudadanos) no! , sin embargo los grandes empresarios, los barones del PSOE y en definitiva los poderes fácticos del Estado Español se inclinaban ese acuerdo PSOE-Ciudadanos. Las presiones llegaron a tal que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, buscó apoyo en el premier francés Emmanuel Macron, de gran influencia en Ciudadanos.
El clásico bipartidismo de Derecha (Partido Popular) e Izquierda (PSOE) se derrumbó tras la crisis económica y el surgimiento de los indignados (2011), de donde surge por la derecha Ciudadano y por la izquierda Podemos, pero además tanto el nacionalismo Vasco como Catalán siguen ganando fuerzas en sus respectivos territorios.
Así España se encuentra divida en cuatro grande bloques políticos: por un lado las derechas del PP, Ciudadanos y Vox, un movimiento de ultraderecha parte del fenómeno en los últimos años en toda Europa; el PSOE como partido del régimen o la estabilidad; la izquierda española hoy descompuesta en varios sectores como Izquierda Unida, Podemos, Más País, Equo y finalmente por los independentistas, principalmente vascos como catalanes, los cuales igual tienen sus propias categorías. Los vascos están divididos entre la burguesía vasca del PNV y la izquierda en EH Bildu, mientras los catalanes entre la derechista Junt per Cataluña, la socialdemócrata Esquerra Republicana y la izquierdista CUP.
En este escenario el PSOE se presenta como el claro favorito de las elecciones del 10 de noviembre, es el partido del régimen, el partido de Estado, pero debe garantizar un triunfo tal que le baste solo aliados satélites para alcanzar el gobierno, nada que implique poner el cuestión los sustentos del régimen del 78, acuerdo político vigente hasta hoy surgido del franquismo, tras la muerte del dictador, y algunas fuerzas políticas españolas.
El régimen y los poderes fácticos idealizan con el acuerdo PSOE-Ciudadanos, pero no verían tan mal un acuerdo del PSOE con parte de la izquierda española, especialmente con Más País, pero sin que se requiera de apoyos de ninguno grupo independentistas.
La situación política en el Estado español es muy compleja tras el 1 de octubre y es muy difícil llegar a acuerdos políticos de estabilidad sin la necesaria negociación con las fuerzas políticas vascas y catalanas. Ello acuerdo político de Estado PSOE-Derecha arrastraría a importantes sectores del electorado de los socialistas hacia la Izquierda.
1/ O Cataluña
Cataluña se enfrenta a este nuevo 1/O ante dos situaciones que podrían encender nuevamente el descontento social: la primera, las recientes detenciones de 9 militantes de los Comités de Defensa de la República (CDR), organización de base y transversal constituida en toda Cataluña para resistir la represión desatada por el Estado español contra la población catalana.
Los 9 militantes son acusados por las autoridades españolas de terrorismo y se encuentran actualmente detenidos, a pesar de que los CDR como organización hasta el día de hoy solo se han involucrado en acciones de resistencia pacífica y desobediencia civil. Dos años después del 1/O, el Estado ha desatado una ofensiva para tapar su violencia brutal, contra ciudadanos que querían ejercer su derecho a votar, recreando una violencia inexistentes de parte del independentismo catalán, que en todo momento ha desarrollado la “no violencia activa”, los propios CDR en sus manuales de formación anti-represivos citan constantemente de Ghandi.
El parlamento catalán respondió en forma contundente, tras votación del pleno se determino el día 26 de septiembre, tres días después de la detención de los CDR, exigir la salida de la Guardia Civil Española de Cataluña.
Quim Torra, presidente del gobierno catalán, señaló “que la única violencia que ha habido en Catalunya es la de la policía el 1-O y que nunca se ha condenado”. Pedro Sanchez sostuvo declaraciones cruzadas con Torra y le conmino a condenar la violencia de los CDR, ante los cual Torra respondió fuerte y claro: "No podemos condenar aquello que no existe".
La CUP, con mucha presencia en los CDR, está convencida de que las detenciones “forman parte de una campaña bien orquestada por el régimen y sus agentes, lo que incluye a sus partidos políticos, los medios de comunicación que les apoyan y los diversos aparatos del Estado, con la finalidad de generar miedo de cara a la sentencia, criminalizar la disidencia y crear un relato de criminalización del movimiento independentista”.
El tema de la política antiterrorista es parte de la deriva totalitaria y antidemocrática que se vive en el reino de Españal, a pesar de que ya hace años que ETA dejó las armas y se autodisolvió, este año un grupo de jóvenes vascos fue condenado con penas de hasta 13 años de prisión por una pelea de bar, en la pequeña localidad de Alsasua (Navarra) ya que la contraparte implicada en la riña eran guardias civiles españoles. La fiscalía de hecho pidió condenas por delito terrorista.
La segunda cuestión que podría hacer hervir la política catalana es que los presos políticos en juicio hace ya casi dos años por la realización del referéndum del 1 de octubre, están próximos a sentencia la cual debería darse a conocer antes del día 15 de octubre. Se esperan condenas por sedición contra los dirigentes independentistas lo que nuevamente desencadenaría la protesta de los catalanes.
Mucho se especula en torno a la respuesta que darán los catalanes a las sentencias. Destaca la frase “lo volveremos a hacer” dicha por el preso Jordi Cruixart, líder “Òmnium Cultural” organización de defensa de la cultura y la lengua catalana, surgida durante la dictadura de Franco (1961) y con más de 173 mil socios activos.
Independentistas, desde el 17 de octubre del 2017, resuena en las instituciones españolas y en cada localidad catalana tras el cierre de los alegatos de las defensas durante el juicio.
Lo que ocurra con las sentencias a los líderes políticos y sociales catalanes, lo que ocurra con los nuevos prisioneros catalanes de los CDR y la respuesta que la sociedad catalana de a esta situación represiva del Estado español, incidirá mucho en la situación electoral este próximo 10 de noviembre, de hecho ya las CUP, organización de la izquierda independentista catalana, que jamás se presento a una elección que estuviera fuera del marco territorial catalán, anunció su presentación a las elecciones españolas, por el contexto de anormalidad y como forma de dar respuesta también a la represión, impidiendo la formación de gobierno en España.