Desde la invasión española, el cuerpo de mujeres indígenas ha sido interpretado como territorio de conquista en América Latina. De los atropellos cometidos en su contra, nació un pueblo mestizo igualmente violado en sus derechos más fundamentales. Las repúblicas, en su ideal ilustrado europeo, y el capitalismo continuaron en el mismo camino, una historia brutal de racismo y violencia que se mantiene hasta hoy en nuestro continente y de la cual dan cuenta algunas expresiones de la literatura y el arte.
Joaquín Pérez / resumen.cl
En enero de 2021 Netflix incluyó en su catalogo la película peruana “Canción sin nombre”, opera prima de la directora peruana Melina León (2019). Esta película investiga el robo del bebé recién nacido de Georgina Condori, una joven quechua ayacuchana llegada a las barriadas de Lima metropolitana.
Antes de llegar a esta plataforma, la película fue presentada con éxito en números festivales internacionales, como el Festival de Cine Latinoamericana de Huelva, en Sydney, Estocolmo, Thessaloniki, Múnich, llegando incluso al Festival de Cannes. La obra también fue seleccionada para representar a Perú en la categoría de “mejor película internacional” en la 93ª edición de los Premios Óscar, ademá de postular a los premios Goya en categoría de Cine iberoamericano.
El robo de las guaguas a las jóvenes indígenas, fue una práctica masiva durante la dictadura de Fujimori (1990-2000), pero no fue la única. La esterilizaciones forzadas a mujeres indígenas, fue otra práctica sistemática utilizada contra mujeres campesinas, pobres y quechua hablantes en Perú, las estadísticas oficiales reconocen 300 mil casos, otras investigaciones elevan el numero hasta el millón de afectadas.
El año 2011 el director peruano Manuel Legarda, abordó este drama, en su documental de larga duración “La cicatriz de Paulina”, centrando el drama de las esterilizaciones forzadas en la Provincia de Anta, en el departamento del Cusco. Este no es el único film que aborda este problema, en Perú existe más filmografía al respecto: en 1997 “Nada personal” del director Carlos Cárdenas, el año 2012 “Una voz estéril” de Inés Ruíz que relata el caso de las esterilizaciones forzadas en la provincia de Huancabamba, Departamento de Piura; el 2017 “Quipu: llamadas por justicia”, de Rosemarie Lerner y Maria Court, que relató la historia de un proyecto desarrollado en Perú que permite, mediante un numero telefónico, a las víctimas de esterilización forzada de todo el país, a compartir sus impactantes testimonios.
La filmografía no solo de Perú, sino de varios países de la región documentan esta práctica racista y genocida, como bien lo demuestra la obra de uno de los directores que bien puede considerarse uno de los más relevantes de la historia en nuestro continente, el boliviano Jorge Sanjinés que en su película del año 1969, “Yawar Mallku” (sangre de mallku), representa la esterilización forzada de mujeres indígenas en Bolivia por parte de la agencia estadounidense "Cuerpo del Progreso", en referencia al Cuerpo de Paz que en aquellos años Washington hacía funcionar a través de “la alianza para el progreso”.
https://www.youtube.com/watch?v=pZ45eT5X-5M
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