Cobertura mediática y represión policial. Parte 1: El método de los falsos enfrentamientos en dictadura

altHablar del vínculo entre las fuerzas del orden institucional y los medios masivos de comunicación hegemónicos, es hablar de la intrínseca relación entre estas dos esferas y el disciplinamiento ejercido, a través de la represión (considerada en todos sus ámbitos), hacia la sociedad en su conjunto. Cuestión que no solo estriba en el castigo o amedrentamiento físico, tal y como lo ha ejercido y siguen ejerciendo hoy en día la policía o las F.F.A.A, sino que además, cabe considerar el importante papel que han cumplido los “mass media” en lo que respecta al modo de abordar la subjetividad del conjunto de individuos en el mundo actual. Cabe aclarar, además, que este último proceso es paulatino, gradual y sistemático, pero no mecánico. Puesto que los medios tienen la “virtud”  de ir acoplándose a las nuevas e “imprevistas” (puede que no lo sean tanto) necesidades del público.

¿Y cómo se ha materializado la colusión entre estas dos entidades en Chile? Ya desde hace mucho antes, pero con mucho mayor ahínco en el Chile del último cuarto del siglo XX e inicios de éste, el profuso desarrollo tecnológico y la complejización de la gestión productiva, significaron nuevos y más sofisticados métodos a través de los cuales se ha intentado ejercer el disciplinamiento de la subjetividad. Y es que el que cree que tan sólo “a palos” se ha efectuado buena parte del consentimiento al modo de vida que llevamos todos hoy en día, peca de ingenuo y niega de paso el papel que han jugado los medios de comunicación (escritos y audio-visuales) en todo esto.

Ejemplo evidente de ello (si acaso fuese tan evidente, ¿valdría la pena escribir sobre esto?) ha sido la cobertura hecha ante evidentes casos de agresión por parte de la policía u otros tipos de “funcionarios del orden” a personas implicadas o no, en sucesos que intentan llevar un mínimo cuestionamiento al modo que se articula este modelo económico y político. Poniendo un especial énfasis en que estos primeros sólo hacían lo que  debían hacer ante el actuar delictual de los “violentistas”.

Pero esto no sólo ocurre ahora en la actualidad, pues, como ya hemos mencionado, este ha sido un proceso paulatino que se ha ido efectuando desde hace varios años. Y en esta primera parte y en conmemoración a los casi 30 años de tal nefasto incidente, retomaremos el caso de la calle Fuente Ovejuna y Janequeo, en Stgo. Un caso más de los llamados falsos enfrentamientos. ¿Y en qué consistieron estos falsos enfrentamientos?

-          El método de los falsos enfrentamientos.

Estos consistían, básicamente, en un modo de operar en el que se ejecutaban a cierto número de blancos, cubierto bajo el velo de que todo esto se trato de un enfrentamiento entre las “fuerzas del orden” contra un grupo de “terroristas” o “agitadores”. Amparados bajo el visto bueno del gobierno y con el apoyo de los principales medios de prensa, tal práctica adoptada por la CNI fue utilizándose de forma paralela al método de detención, tortura y asesinato  el cual disminuyo en uso con el avance de los años en dictadura.

Casos de estos supuestos enfrentamientos, son la matanza de la Vega Monumental (u Operativo Alfa Carbón según la CNI) o el que trataremos ahora.

-          Fuenteovejuna y Janequeo: lo acontecido.

El 7 de Septiembre de 1983, un amplio contingente de la CNI, Investigaciones, Carabineros y los servicios de seguridad de las F.F.A.A perpetro un ataque a la casa Nº 1330 en la calle Fuenteovejuna, en el sector alto de Santiago. En su interior se encontraban Lucia Vergara, Arturo Villabela y Sergio Díaz. El ataque a tal casa se perpetro por 3 frentes en los que cabe destacar el uso de una ametralladora punto 50 (¡que llega a disparar más de 1000 balas por minuto!) ubicada en la parte posterior de un jeep con la cual se abrió fuego contra frontis de la casa. Luego de lo cual emerge Sergio Peña, quien resulta acribillado e inmediatamente alguien desde dentro del inmueble responde. Acto seguido, la balacera por parte de la CNI y continúa, culminando con una bengala arrojada a la casa ocasionando el incendio de ella y la muerte de sus habitantes.

Luego, el mismo día, los agentes ejecutan el mismo operativo en calle Janequeo, en la casa Nº 5707, cerca de Quinta Normal, acabando con las vidas de Alejandro Troquián y Hugo Ratier.

Tales operativos se efectuaron a raíz de las investigaciones para aprehender (y no precisamente apresar) a los supuestos victimarios del, en aquel entonces, intendente de la Región Metropolitana, General Carol Urzúa Ibañez. Quien fue atacado por un comando mirista la mañana del 30 de Agosto de 1983.

Sin embargo, hay cuestiones respecto de las declaraciones oficiales de la CNI en la prensa que cabe analizar.

-          Contradicciones y cobertura mediática.

Un somero examen de las versiones entregadas a la prensa los días posteriores de ocurrido el asesinato, evidencian cuestiones cuando menos curiosas.

Así, por ejemplo, en la 1º versión oficial de la CNI a la prensa, se nos dice que mientras se encontraban cumpliendo con una “inspección de rutina” se interceptan en las calles Visviri y Alejandro Fleming, en las Condes, con 2 hombres y una mujer, quienes al ser sorprendidos se batieron a tiros con el personal de seguridad, para inmediatamente huir y encontrar refugio en la casa Nº 1330 en Fuenteovejuna. Desde ahí, los tres sujetos se enfrentaron con los efectivos de seguridad, quienes en ese momento contaban con mayor apoyo para finalmente culminar la balacera con una detonación y el posterior incendio de la casa. Incendio que acabo con la vida de uno de ellos. Posteriormente, dos de los que quedaron (un hombre y una mujer) fueron acribillados en la calle Fuenteovejuna a eso de las 21:30 hrs..

Sin embargo, extrañeza despierta la segunda versión que ya no habla de un automóvil interceptado, sino que dice derechamente que los agentes abordaron la casa Nº 1330, en la que se encontraban los 3 sujetos, quienes fueron baleados desde fuera de ella.

Más sorpresas despierta aún el hecho de que en una de las versiones se dice que dos de ellos (hombre y mujer) huyeron de la casa disparando contra el personal de seguridad, sin embargo, no se encontraron armas junto a los cuerpos de los caídos. Cuestión que puede ser corroborada de igual manera con lo ocurrido en la calle Janequeo. Además, según el material fotográfico, el cuerpo de Lucía Vergara se encontraba tendido en la calle vestido solo con calzones y sin ningún arma a su alrededor.

Otro elemento a considerar son las declaraciones de los vecinos que dan cuenta de que ambas casas se encontraban vigiladas desde hace más de un mes. Ahora, de ser así, y si es que en realidad según el personal que declaro, tales cinco sujetos estuvieron implicados directa o indirectamente en la muerte del general Urzúa, ¿no pudieron acaso intervenir antes de que el comando efectuara tal operación? Tal vez, “su eliminación [la de las 5 personas] ya estaba resuelta, estaban desde mucho antes vigilados y solo se esperaba la ocasión pública propicia para hacerlos morir en un ¨enfrentamiento¨ ” *

altUnido a todo ese énfasis que hizo la prensa en torno a las declaraciones oficiales de la CNI, esta la manera acerca de cómo se llevo a cabo la cobertura mediática a estos “enfrentamientos”. Y es que titulares como “Abatidos cinco terroristas que asesinaron al general Urzúa” (La Nación, 8 de Sept., 1983) o “Vecinos cuentan como vivían las células de los terroristas (El Mercurio, 9 de Sept., 1983), son ejemplo respecto de cómo se publicito el juicio desde los medios a tales personas sin siquiera haberse corroborado de manera plena que ellos fueron los implicados en el asesinato.

Otro recurso utilizado fue el de la publicación de declaraciones de ciertos personajes con cierta relevancia social en tal época, con el fin de dar una imagen de amplio apoyo, desde diversos sectores de la sociedad, al actuar de las fuerzas del orden institucional. Tras ello reforzando la idea de un estado de “guerra interna” en la cual el antagonismo giraba en torno a los buenos contra malos, las fuerzas del orden contra los terroristas, los patriotas y antipatriotas, etc.

-          Conclusiones y consideraciones a futuro.

Ante todo esto expuesto, alguien podría hacer mención de “lo cruel o perversa que fue la dictadura ante el manejo de situaciones de esta índole” o que “tal cosa fue en otra época”, “en otro gobierno”. Sin embargo, cabe recalcar que cuestiones como el manejo y la cobertura mediática de hechos como esos (desde golpizas hasta asesinatos por parte de carabineros a civiles), por parte de los medios en función de los intereses de la hoy llamada clase política y empresarial, es una cuestión que, en sí misma, se mantiene vigente hoy (¡y seguirá estándolo!). Claro, alguien podría argüir que hoy por hoy, “tenemos medios de contra-información”. Medios que también existían en época de dictadura (y gracias a ellos tenemos documentación necesaria para levantar este articulo). Tal vez un poco más precarios que los de hoy en día, pero los habían.

Simplemente, y para finalizar, cabe dar cuenta que la forma acerca de cómo se efectúa la cobertura a ciertos hechos de violencia, se ha sofisticado y limado en estos últimos años y aunque hablemos de “otros gobernantes”, el intento de incidir en la subjetividad individual, el disciplinamiento de ella y el intento de moldear o prefigurar un modo de ver la vida (a pesar de los “imprevistos” a los cuales se acomoda el mercado), sigue siendo el mismo.

 

Fuentes:

-          Los muertos en falsos enfrentamientos. Janequeo y Fuenteovejuna. Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU. [ http://www.derechos.org/nizkor/chile/libros/sobarzo/fuente/index.html ]

-          Historia del MIR. Cristián Pérez. “El ocaso del MIR: Fuente Ovejuna y Janequeo (1983)”. [ http://www.scribd.com/doc/51835313/5/El-ocaso-del-MIR-Fuenteovejuna-y-Janequeo-1983 ]

-          La costumbre de matar y el método de los falsos enfrentamientos. [ http://tinyurl.com/6y4h4fs ]

 

* Extraído de: Los muertos en falsos enfrentamientos, 3. Utilización del método del "enfrentamiento”.

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