Cobquecura en alerta ante 8 proyectos de salmoneras en la costa de Ñuble

[resumen.cl] Cerca de 11 proyectos acuícolas de la empresa Inversiones Pelícano S. A. buscan instalarse en la costa de la provincia de Ñuble, comuna de Cobquecura. Agrupaciones de vecinos de esa localidad se encuentran en alerta y rechazan la llegada de esta industria, denunciando los impactos ambientales que podría generar.

SalmonerasCob2Desde la agrupación Todos Somos Cobquecura declaran que ocho de estos proyectos buscan cultivar 3000 toneladas de salmón, 1900 toneladas de cojinova del norte, 618 toneladas de choros y 20 toneladas de huiro, cada uno de forma anual. El restante, cultivaría choros y huiros, siendo su ubicación muy cercana a La Lobería de Cobquecura, la cual se encuentra protegida por ser Santuario de la Naturaleza de vital importancia para la poblaciones de lobos y otros mamíferos marinos.

De acuerdo a lo declarado por la empresa ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), los proyectos son: Centro de Cultivo. Suroeste de Punta Santa Rita, Sector 1.; Centro de Cultivo. Noroeste de Río Colmuyao; el Centro de Cultivo. Oeste de Punta Mela; Centro de Cultivo. Oeste de Punta Monte del Zorro; Centro de Cultivo. Suroeste de Punta Santa Rita, Sector 2; el Centro de Cultivo. Oeste de Punta Achira; el Centro de Cultivo Noroeste de Cobquecura y el Centro de Cultivo Noroeste de Punta Rinconada. Cada uno de estos proyectos declara una inversión de 2,600 millones de dólares.

Estos proyectos buscan localizarse en una amplia zona geográfica frente al litoral de la provincia de Ñuble, desde la desembocadura del río Itata hasta el límite con la región del Maule. Se proyectan construír centros de cultivo en el sector de Mela, en Monte Zorro, frente a Colmuyao, en el sector de Santa Rita, frente a la caleta rinconada, frente a Pilicura, y frente a Pullay. Todos son sitios con condiciones oceánicas de mar abierto, donde las instalaciones no contarían con la protección de fiordos y bahías, como en la zona sur del país, donde esta industria se ha desarrollado.

La industria acuícola en Chile, ha buscado reposicionarse luego de grandes pérdidas de producción y catastróficos efectos ambientales y sanitarios durante su actividad en las regiones de Los Lagos y Aysén, donde han recibido fuertes críticas y denuncias por sus impactos ambientales y sociales. En Cobquecura, Inversiones Pelícano a través de Mark Stengel, su representante legal, hace énfasis en el cultivo de mitílidos (choritos) y algas, sin embargo, la principal producción de estos centros de cultivo será la salmonicultura, denuncian los vecinos.

Impactos ambientales de la producción salmonera

En el sur del país, la industria salmonera se desarrolló durante los últimos 20 años a la par del declive de la explotación pesquera en Chile continental. Gran parte de la producción de harina de pescado en la zona central que se elabora en base a la reducción de poblaciones de peces pelágicos como Sardina, Anchoveta y anteriormente Jurel, van directamente a la producción de alimento para salmonicultura o a agroindustria. Aproximadamente 7 toneladas de peces silvestres son necesarias para producir suficiente harina de pescado para alimentar la producción equivalente a una tonelada de salmón, reduciendo así irracionalmente los nutrientes desde las poblaciones de peces pelágicos, en un mundo cada vez más amenazado por las carencias alimentarias.

Además, el empleo excesivo de antibióticos, necesarios para la supervivencia de los salmones bajo contante stress, produce una selección de bacterias resistentes en los peces, la que podría generar graves problemas de salud pública. De estos antibióticos 14 de ellos están prohibidos por ser altamente tóxicos y potencialmente cancerígenos. Un informe de Sernapesca dio cuenta que las salmoneras chilenas usaron 450.700 kilos de antibióticos el año 2013, 120 mil veces mas que la industria Noruega o EEUU es la cifra más alta para esta industria en todo el mundo.

[caption id="attachment_25584" align="alignleft" width="760"]Antibioticos Tasa de Consumo de Antibioticos de las distintas unidades del Grupo MARINE HARVEST en el mundo. Años 2007 y 2008. Tasas expresadas como gramos de droga pura/ton producida de salmón, en círculos rojos, la comparación entre el consumo de antibióticos Chile 2007 y Noruega 2007. Fuente : Salmonicultura en Chile La agonía 2.0 fundación Pumalín.[/caption]

Bajo los cultivos de salmones, la acumulación de fecas y residuos de alimentos no consumidos puede modificar en gran medida las condiciones físico-químicas y la biota del fondo oceánico generando condiciones anaeróbicas y por consecuente la mortandad de gran parte del fondo marino. Además, puede facilitarse la transmisión de enfermedades entre los peces, tales como la caligidosis, el Síndrome Rickettsial y el virus ISAv. Estas enfermedades pueden dispersarse por miles de kilómetros en el océano, a través de los peces que escapan de las jaulas, con consecuencias imprevisibles.

Para el Estado chileno y sus órganos con jurisdicción en el tema de la acuicultura, cultivar una hectárea de salmones es equivalente a cultivar una hectárea de choritos. Para tan disimiles actividades, el Estado usa el mismo instrumento de evaluación: una declaración de impacto ambiental.

La industria acuícola hacia la provincia de Ñuble.

Vecinos y agrupaciones en Cobquecura han alertado además que de construirse las salmoneras, los lobos marinos que constituyen una colonia de más de 3 mil individuos pertenecientes al Santuario de la Naturaleza Islote Loberia e Iglesia de Piedra, podrían intentar alimentarse de los salmones en cautiverio, siendo afectadas así sus rutinas normales de alimentación y desplazamiento. Tampoco han sido consideradas la alimentación y el desplazamiento de mamíferos marinos tales como: ballenas, orcas y delfín chileno. No se ha determinado cual podría ser el impacto sobre las aves locales o migratorias, y cómo se comportaría la estructura ante las marejadas de invierno, la dispersión de residuos y los movimientos telúricos.

Ante el declive de la pesca en la región del Bio-Bio, el empresariado y el Estado buscan reconvertir a pescadores artesanales en cultivadores de mitílidos y algas, con fuertes incentivos económicos. Sin embargo, los impactos ambientales, los abusos laborales que suelen ser comunes en esta industria y el peligro de modificación de la biodiversidad en la vida oceánica, podrían ser más que suficientes para que la población rechace de plano esta nefasta industria en la costa de Ñuble.

Desde la consultora, GEOGAMA aseguraron a La Discusión de Chillán que los proyectos asumieron compromisos ambientales voluntarios, haciéndose cargo de los denominados “impactos no significativos”. Sin embargo, el desarrollo de la acuicultura en Chile se ha caracterizado por sus altos impactos ambientales y nada podría asegurar que los proyectos mantendrán en el tiempo los niveles de contaminación que aseguran emitir.

Desde la agrupación ciudadana Todos Somos Cobquecura, se advierte a la población que este tipo de empresas “Nos dirán que su proyecto no contamina, no causa daño alguno a la comunidad, que tiene tecnologías nuevas e innovadoras que mitiga todo impacto (…) contratarán a una empresa consultora, con profesionales especializados y expertos en convencer a la comunidad que su proyecto no causará ningún daño a nuestro medio ambiente y sus recursos, harán un estudio de nuestra comunidad para ver qué cosas necesitamos y ofrecernos, por ejemplo, puestos de trabajo, arreglo de escuelas, construcción de sedes o espacios comunitarios. Es decir: verán cómo nos pueden comprar”. ParCCob

Los días 8, 9 y 10 de febrero la comunidad ha sido participe de la participación ciudadana organizada por el SEA en la cual ha sido presentado el proyecto por la empresa consultora, evidenciando que no tienen nada de innovador y que utilizaran las mismas practicas utilizadas en el sur de Chile que van en total desmedro del medio ambiente marino. Hoy la industria salmonera está en agonía, la ciudadanía está mucho más despierta y el movimiento Todos Somos Cobquecura ha hecho una gran labor en informar y concientizar a la comunidad de los nefastos impactos de esta industria, hoy más que nunca se hace presente el refrán: “No hay forma correcta de hacer lo incorrecto”.

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