Tras la digitalización de la vida en todas sus esferas, la educación sufrió transformaciones que impactaron en todos los niveles. Estas modificaciones trajeron consigo cambios en la forma de adquirir el conocimiento, y también se abrieron las posibilidades para más opciones, una de ellas son los Colegios Virtuales. Sin embargo, al no contar con un reconocimiento estatal, se encuentran en un vacío jurídico que no ha sido puesto en evidencia con claridad. Es por ello que cabe preguntarse: ¿Bajo qué fiscalización actúan? ¿Cómo se han ido modificando en este último periodo? ¿Cómo es la relación con sus docentes?
Por Valentina Luza Carrión
Estas modificaciones trajeron consigo cambios en la forma de adquirir el conocimiento, y también se abrieron las posibilidades para más opciones, una de ellas son los Colegios Virtuales.
A diferencia de la educación a distancia instalada por establecimientos reconocidos por el Estado, dada la crisis sanitaria, los llamados Colegios Virtuales poseen una modalidad completamente e-learning, o homescolling. Esto quiere decir que todo su programa e implementación está pensando para ser siempre dirigido a distancia, sin llegar a acudir de forma presencial a ellos en algún momento.
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Actualmente en nuestro país, según la página cursando.cl, hay 19 opciones que ofrecen sus servicios como establecimientos educacionales, desde básica hasta enseñanza media, e incluso prekinder. Se postulan como la mejor opción para quienes, deseen enseñar a sus hijos en casa o bien, quieran terminar sus estudios inconclusos.
Sin embargo, al no contar con un reconocimiento estatal, se encuentran en un vacío jurídico que no ha sido puesto en evidencia con claridad. Por un lado, se entiende que para que un establecimiento sea reconocido como tal, se necesita la autorización del Ministerio de Educación sujeta a una evaluación de los componentes materiales, ya sean físicos como pedagógicos del colegio en cuestión.
Por otro lado, también se entiende que aquellos estudiantes que no deseen incorporarse a los colegios, puedan acceder a dar exámenes libres con formación autónoma. Es en este último punto y bajo este precepto, que se sustenta la existencia de los Colegios Virtuales.
Actualmente en Chile, según datos entregados por el Ministerio de Educaciòn en 2016, se autorizaron cerca de 80.000 personas para rendir exámenes libres, de los cuales cerca de 12.000 eran menores de edad. La gran mayoría, equivalente al 85% que acude a esta opción, son mayores de edad. Los más conocidos actualmente son Colegio Virtual Chile, Imagina Colegio Virtual, Colegio Alumno Libre, entre otros.
Sin embargo, dicho modelo no ha sido puesto en perspectiva en el escenario que actualmente se atraviesa mundialmente. Donde familias, han visto en estas opciones un lugar obligado para la mantención de la educación de sus hijos/as. Es por ello que cabe preguntarse: ¿Bajo qué fiscalización actúan? ¿Cómo se han ido modificando en este último periodo? ¿Cómo es la relación con sus docentes?
Irregularidades que se mantienen: ¿Quién fiscaliza?
Bajo este escenario, es que se da el cuestionamiento sobre la fiscalización que puede llegar a tener los llamados Colegios Virtuales. Al cumplir con requerimientos para apoderados, profesores y alumnos, como un establecimiento formal, pero por otro lado, no contar con un sustento estatal que resguarde ante cualquier irregularidad.
RESUMEN, bajo la ley de transparencia, emplazó al Ministerio de Educación sobre marcos normativos que pudieran permitir este tipo de dinámicas en la actualidad. En lo cual expresaron desde la Coordinadora Comité Lobby, Transparencia y Presidencia División Jurídica Ministerio de Educación que:
“El Ministerio de Educación solo cuenta con la información registrada de los establecimientos educacionales que cuentan con reconocimiento oficial del estado, el cual se obtiene luego de cumplir con los requisitos técnicos pedológicos, infraestructura y jurídicos. A su vez, señalar que el Ministerio de Educación, no acredita en específico ‘establecimientos virtuales’ u otras modalidades de enseñanza fuera de aquellas reconocidas válidamente por la normativa educacional hoy vigente”
Agregando que todos los niños y jóvenes que estudien fuera de la educación formal deben rendir exámenes libres para certificar los estudios realizados. Por lo que en consecuencia tampoco existe un registro de este tipo de entidades, porque no se encuentran reconocidas por el Ministerio de Educación.
Y aunque muchos colegios en línea toman pruebas (de igual forma que los colegios tradicionales) estas no son válidas para el Estado. Lo único que es válido y legal para evaluar el contenido recomendado desde el Ministerio, son los exámenes libres que se realizan desde un colegio examinador.
En su página, Colegio Virtual Chile, indican que en 2020 fueron más de 1.400 los matriculados, y que cuentan con más de 150 colaboradores entre personal docente y administrativo.
En ese sentido, Rodrigo Cornejo director de Opech (Observatorio Chileno de Politicas Educativas ) indicó que “han surgido muchos proyectos desde lógicas lucrativas, o también apoderados que crean instancias de aprendizaje. Hay de todo. Si bien no pueden certificar que pases de curso como tal, estos Colegios Virtuales te preparan para exámenes libres”
La precarización de la docencia
Además de las ambigüedades jurídicas que traen los Colegios Virtuales, existen prácticas que concuerdan con un escenario de precarización de la docencia. Ejemplo de ello, han sido las denuncias de profesores/ras por no pago de sueldos.
Una fue durante el mes de enero, desde una docente que denunciaba la inexistencia del pago de su sueldo durante cuatro meses. Dos meses después, en abril, se recibió otra denuncia por no pago de sueldos y también un bloqueo de parte de administradores de Colegio Virtual, que impedía los reclamos por parte del trabajador. En ambos casos, al no contar con contrato y trabajar en modo honorario, dificultaba la opción de una indemnización justa.
Así, la precarización de los profesores se ve intensificada bajo el alero de los vacíos legales que no responden ante las irregularidades. Bien porque no existe como certificar, o un ente a quien acudir que pueda tener incidencia directa para sancionar.
Testimonios de apoderados matriculados en pandemia
En la página Reclamos.cl, plataforma pública donde personas pueden expresar sus descontentos frente a servicios y entidades, se encuentra una constante respecto al nivel de satisfacción de apoderados en estos Colegios Virtuales.
Uno de los reclamos emitido por un apoderado anónimo de iniciales C.J en la página, expresa que “Son realmente sólo un negocio, de educación nada. Un fraude” y agrega que, tuvo problemas sobre la incorporación de su hijo al programa y que finalmente fue “una pérdida de tiempo y dinero” acusando de ser una publicidad engañosa. Asimismo, piden devolución de dinero y compensación económica sobre las matriculas adelantadas que se les requieren.Las consecuencias a largo plazo
No es sorpresa que la crisis sanitaria-social ha traído desigualdades, o que ha intensificado las que ya se estaban. Una de ellas ha sido la poca interacción que han tenido los niños/as por la educación a distancia, afectando directamente a su forma de aprendizaje y sociabilización.
Al respecto, Cornejo comenta que, según las investigaciones sobre la escuela y su relación con los infantes “El vínculo que se realizan en la escuela es algo irremplazable para la formación y el aprendizaje”.
Si bien, la educación exclusivamente a distancia existe anterior a la crisis, aquello requiere una evaluación sobre los requerimientos a mayor profundidad, para que sea una realidad tangible que entregue buenos resultados a largo plazo. Según datos de CIPER, la educación que actualmente se lleva en curso, ya tiene consecuencias considerando que para poder hacer de educación a distancia de la manera adecuada, se requiere un plazo mínimo de 9 meses para su programación.
“Lo que se necesita es defender la escuela y refundarla, desde un sentido de valores comunitarios y pensando desde allí”, agrega Cornejo.
Entendiendo también que, no todos pueden acceder a modalidades online y la brecha digital es un tema pendiente en nuestro país. Todo lo anterior, sumado a un escenario de incertidumbre, da paso para que docentes y alumnos, requieran opciones que puedan satisfacer de mejor manera el acceso a educación con lineamientos claros desde las entidades pertinentes para ofrecer soluciones.
Lee la respuesta vía transparencia a continuación: