[resumen.cl] No parece haber diferencia para gran parte de la población entre un hospital público y un hospital concesionado. La razón parece estar, en que a las personas solo les interesaría que los atiendan, de ahí la gran critica a las listas de espera y la utilización del sistema privado para resolver los problemas de salud urgente en sus servicios. Lo cierto es que la utilización de los recursos públicos en recintos privados, ha aumentado aún más la deuda hospitalaria, porque el endeudamiento viene de la mano con el alto costo de esta política que busca la atención inmediata y en vez de inyectar recursos en recursos humanos y la infraestructura necesaria en recintos públicos, se traspasan gran parte de esos dineros al sector privado a través de la compra de servicios.
La construcción de 27 hospitales es parte de el compromiso del gobierno de Michelle Bachelet. 27 hospitales serán construidos a marzo de 2018, de los cuales 22 serían financiados con la partida presupuestaria que está viendo el Congreso, y el resto corresponden a Fondos Regionales.
En un escenario enmarcado en la idea de “austeridad” y responsabilidad fiscal y que el Ministro de Hacienda Rodrigo Valdés ha intentando imponer la falta de presupuesto podría hacer peligrar esta promesa. Estas palabras han abierto, abruptamente, la idea de buscar financiamiento alternativo y han puesto en la opinión pública -medios del duopolio y partidos políticos mediante- la criticada idea de concesionar los hospitales. Si bien la Ministra de Salud estableció en la interpelación hecha en la Cámara de Diputados que "No es política de este Gobierno continuar con los hospitales concesionados” siguiendo la línea de la renunciada ex Ministra de Salud Helia Molina, el Ministro de Hacienda Rodrigo Valdés abre la puerta a las concesiones, pues, como señaló el presidente de la Comisión de Salud de la Cámara, Juan Luis Castro, reducir el presupuesto significa “dejar la puerta abierta la sistema de concesiones hospitalarias”. En una reunión entre la bancada del PS y Valdés, según consignó el diputado Manuel Monsalve a La Tercera, Valdés habría dicho que “Cuando no existe la plata suficiente, la única forma de hacer inversión pública es mediante el modelo de concesiones”
La reducción de recursos es bastante drástica. Para el 2016 serían en total 479 mil millones de pesos de presupuesto y el año 2017 estos bajaran más: $ 326 mil millones. Es decir, se crea una situación límite para el Ministerio de Salud en la medida que se le presiona con la deuda hospitalaria más grande de la historia y a la vez, se disminuyen sus presupuestos.
En un gráfico realizado a partir del informe de la DIPRES, el tuitero @quintanadonoso comparó la transferencia de gastos en clínicas versus la inversión sectorial en salud y concluyó que de cada 1 peso que se va a inversión sectorial, 4,8 pesos se van a las clínicas.
Hay solo 2 hospitales que funcionan bajo el mecanismo de Hospitales concesionados, que es una forma sutil de decir privatizados. Bajo un modelo empresarial, los recintos trabajan muy bien su imagen de “limpios” y “aseados” como se señaló en una nota de La Tercera, sin embargo, surgen serios problemas entre lo sanitario -es decir, para lo que fueron hechos- y la administración de tipo empresarial -que por definición busca el lucro y no resolver los problemas de salud de la población.
Tras esta problemática hay un trasfondo ideológico, Tras la dictadura se despilfarran millones de dólares anualmente comprando servicios en este modelo público/privado de concesiones que han empeorado a niveles catastróficos el sistema de salud pública. En vez de invertir directamente en el sistema público, dotándolo de la infraestructura necesaria, el personal necesario y bien remunerado, se prefiere dar espacio al lucro en la salud, disfrazándolo de servicio público.