La Educación en Chile; una buena excusa para ganar plata

 Por estos días que ha quedado al descubierto el inmenso robo de plata en el Ministerio de Educación, queda la pregunta de cómo es posible....

            El proceso de privatización de la educación, se expresa básicamente en que ahora la mayor parte de los liceos están a cargo de sostenedores quienes se encargan de administrar las subvenciones (alrededor de $30.000 por alumno) que el Estado entrega mensualmente para el funcionamiento de los liceos.

El negocio de ser sostenedor funciona reduciendo al máximo los gastos de mantención del liceo, lo que se traduce en: malos sueldos e inestabilidad laboral para los trabajadores (profesores, auxiliares, etc), infraestructura deficiente para las necesidades de los jóvenes (salas en mal estado, falta de gimnasios y espacios en general, etc). De hecho, el mismo Ministerio de Educación estima que los sostenedores logran quedarse con unos 6 mil millones de pesos a costa de estos “ahorros”.

Por otro lado, para “mejorar la educación” el Estado financia estudios a consultoras y universidades que en realidad no tienen ninguna repercusión en la realidad y estas se han convertido en empresas de “estudios” para que todo siga igual.

Entonces cuando escuchamos de parte del Gobierno el gran gasto de plata que se hace en Educación (millones de dólares) debemos tener en cuenta que esto no se traduce en mejorar las condiciones en que los jóvenes estudian, sino que se traduce en ganancias para las verdaderas empresas que se han formado a costa del dinero que el Estado le otorga a la Educación.

¿Cómo ocurre esto en el país donde las “instituciones funcionan”?

Las instituciones del Gobierno funcionan y muy bien, el problema que funcionan a favor de los empresarios, en este caso los de la educación. El gobierno sabe que hay una educación para pobres y una para ricos. Los ricos hacen sus propios colegios y forman a sus hijos para administrar las empresas que heredarán de sus padres.

La educación para los pobres es para preparar a los jóvenes para el trabajo, y si quieren seguir estudiando se tendrán que endeudar hasta a cuello con un titulo que no les asegura un bienestar económico (preguntémosle a los egresados de Institutos y Centros de Formación Técnica en que trabajan).

            Para esto se requiere tener lo indispensable; un liceo que parezca que enseña y alumnos que parezcan que aprenden. Toda esta apariencia justifica un gran negocio:

1.-El gobierno se beneficia porque nadie le puede decir que no ha “invertido en educación”, además en las estadísticas aparece que la mayoría de los jóvenes termina la enseñanza media (aunque no sepan ni leer) e incluso accede a la educación superior, lo que habla muy bien de la situación del país.

2.- Los empresarios (sostenedores de liceos, dueños de universidades y consultoras) que se hacen ricos con la plata destinada a la educación. Los dueños de Universidades, Institutos y Centros de Formación Técnica que se enriquecen diciendo que endeudándose en sus Carreras los jóvenes serán exitosos técnicos y profesionales, lo que es mentira.

Como conclusión, podemos decir:

1.- Que los robos que han sido de conocimiento público son sólo una muestra de un robo que se viene haciendo desde hace mucho tiempo y que el mismo sistema educacional propicia y ampara.

 2.- Que en este juego de plata para allá y para acá, los únicos que no ven ni uno son los estudiantes de familias trabajadoras y que esta situación no se cambia pidiendo mas plata, porque ya sabemos para donde se va y ni tampoco pidiendo más fiscalización porque el gobierno ya no nos da ninguna confianza. Sino que un paso importante que los estudiantes, los apoderados y los trabajadores de los liceos pueden dar, es la organización y la lucha contra estas injusticias, levantando demandas que sirvan para que la organización se fortalezca y ya no aspire a limpiar el sistema educativo que ya es una cueva de ladrones, sino que aspire a crear una nueva educación, donde todos puedan desarrollar sus capacidades.